KnoWhy #748 | Agosto 27, 2024

¿Por qué eran tan peligrosos los juramentos secretos de los ladrones de Gadiantón?

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Equipo BMC

Imagen de Kishkumen y Gadiantón por James H. Fullmer
Imagen de Kishkumen y Gadiantón por James H. Fullmer

"Y he aquí, estos juramentos y pactos secretos no llegaron a Gadiantón de los anales confiados a Helamán; mas he aquí, los inculcó en el corazón de Gadiantón aquel mismo ser que indujo a nuestros primeros padres a que comiesen del fruto prohibido; sí, aquel mismo ser que conspiró con Caín, que si asesinaba a su hermano Abel, el mundo no lo sabría. Y desde entonces conspiró con Caín y sus secuaces". Helamán 6:26–27

El conocimiento

Al principio del libro de Helamán, se presenta a los lectores una nueva organización social, política y tal vez incluso religiosa que, señala Mormón, "probó ser la ruina, sí, casi la completa destrucción del pueblo de Nefi" (Helamán 2:13). Esta sociedad secreta era una "banda de ladrones y asesinos secretos" que comenzó inicialmente por el asesino Kishkumen, pero fue finalmente dirigida y nombrada en honor al maestro conspirador Gadiantón (Helamán 2:10). Se destacó por su continua amenaza a la religión nefita y al sistema de gobierno. Estos ladrones aparecen de alguna manera en los libros de Helamán, 3 Nefi, 4 Nefi y Mormón.

A lo largo de estos libros, Mormón deja en claro que los ladrones practicaban combinaciones secretas relacionadas con el asesinato, la intriga y la iniciación en su grupo. Según Mormón, "tenían sus señas, sí, sus señas y sus palabras secretas; y esto a fin de reconocer al hermano que hubiese concertado el pacto", y cualquiera que las revelara al mundo sería castigado por los ladrones (Helamán 6:22; véase también el versículo 24).

Aunque Mormón proporciona los inicios históricos de esta banda en los dos primeros capítulos de Helamán, sitúa el origen de estos juramentos y combinaciones secretas mucho más atrás en la antigüedad. Mormón declara que estos juramentos “los inculcó en el corazón de Gadiantón aquel mismo ser que indujo a nuestros primeros padres a que comiesen del fruto prohibido; sí, aquel mismo ser que conspiró con Caín. ... Y he aquí, es él el autor de todo pecado” (Helamán 6:26–27, 30). Mormón también afirma que estos juramentos, de los cuales Alma trató de evitar la diseminación entre los nefitas, se tenían entre los jareditas, como se ve en el libro de Éter (véase Helamán 6:25, 28).

Moroni incluye la introducción histórica de estos juramentos y combinaciones secretas entre los jareditas en el libro de Éter. Sin embargo, al igual que su padre, no profundiza en ellos: "Y yo, Moroni, no escribo la manera de sus juramentos y combinaciones, porque ... cualquier nación que favorezca tales combinaciones secretas para adquirir poder y riquezas, hasta que se extiendan sobre la nación, he aquí, será destruida" (Éter 8:20, 22).

Según el registro jaredita, estos juramentos y combinaciones se introdujeron en un intento de recuperar el trono. Cuando el malvado Jared "se apesadumbró en gran manera por causa de la pérdida del reino", después de ser expulsado por sus hermanos, su hija le preguntó: "He aquí, ¿no hay en ellos una relación concerniente a los antiguos, de cómo por medio de sus planes secretos lograron reinos y gran gloria?" Por lo tanto, enviaron a buscar a Akish, quien hizo que sus cómplices le hicieran juramentos (véase Éter 8:4–19). Como ha señalado Matthew L. Bowen, todo este episodio parece derivar de una versión antigua del relato de Moisés 5, en la que Caín hizo un juramento a Satanás y comenzó a difundir obras similares de oscuridad1. Desafortunadamente para Jared, Akish lo traicionaría y buscaría el trono para sí mismo, llevando a la propagación de estos juramentos secretos y guerras por toda la tierra.

Como Bowen y Daniel L. Belnap han observado, los juramentos de Akish, Kishkumen e incluso el juramento de Caín en el libro de Moisés son similares: cada uno implica ciertos juramentos y formas de castigo para aquellos que los traicionan, y cada uno se basa en obtener ganancias2. Bowen señala especialmente un juego de palabras entre el nombre de Caín y la palabra hebrea para ganancia, que subyace en muchos de los pasajes relacionados con estos juramentos y combinaciones, y recuerda el acto de asesinato de Caín para mejorar su propia posición en la vida3.

Estos juramentos parecen haber sido una perversión retorcida de la adoración en el templo, como era conocida entre los nefitas y probablemente también entre los jareditas4. Se dice que los ladrones vestían ropas que se burlaban de la vestimenta sagrada del templo, incorporando "señas y... palabras secretas" para obtener ganancias y evitar ser víctimas entre ellos de sus propios planes, e incluso es probable que se dieron nombres nuevos, como lo hizo Caín (Helamán 6:22; Moisés 5:31)5.

Además, los gadiantones resurgieron poco antes de que naciera Mormón después de años de paz (4 Nefi 1:46). El experto en el Libro de Mormón, Brant A. Gardner, ha señalado que el momento de este resurgimiento también refleja la aparición de una sociedad secreta en Teotihuacán que comenzó a "ejercer su influencia desde la cuenca central de México sobre casi toda la Mesoamérica"6. Esto no es diferente a la descripción de Mormón de que "los ladrones de Gadiantón se extendieron por toda la superficie de la tierra" y continuaron siendo un problema para los nefitas hasta el final (4 Nefi 1:46).

Aquellos en este grupo fueron llamados nonotzaleque, y continuaron apareciendo en el registro histórico de vez en cuando desde los días de Mormón hasta la conquista española. El término nonotzaleque se traduce de diversas maneras como "conspiradores", "asesinos" o "conjuradores", y se dice que los conocidos por el término son "guardianes de la tradición, degradantes de las personas". Llevaban pieles de jaguar para mantener oculta su identidad y "aparentemente se organizaron en un grupo cuyo objetivo era alterar el gobierno"7.

Además, es probable que adoraran a un dios de la guerra prominente en Teotihuacán, ya que Teotihuacán ejerció su militarismo y robó bienes de las tierras conquistadas para almacenarlos en su capital8. Entre las características de la cultura de Gadiantón en el Libro de Mormón también esta el mantener los bienes robados en un depósito central e incluso practicar "sortilegios, y hechicerías, y encantamientos" a través de "el poder del maligno", tal vez en ceremonias idólatras (4 Nefi 1:46; Mormón 1:19). Como tal, la descripción de Mormón de los ladrones de Gadiantón coincide estrechamente con las organizaciones envueltas en secreto en la América precolombina que resultaron ser peligrosas para cualquiera que se opusiera a ellas9.

Todo esto resultó ser motivo de preocupación entre los profetas nefitas y subraya por qué sentían que estos juramentos y combinaciones secretas eran tan peligrosos tanto para la fe como para la política nefita. La naturaleza malvada de estos juramentos y combinaciones practicadas por los jareditas tuvo probablemente un profundo efecto en la decisión de Mosíah de promulgar un nuevo sistema de gobierno10. De manera similar, una de las razones por las que Alma pudo haberle dicho a su hijo Helamán que mantuviera en secreto partes del registro jaredita fue que había visto con sus propios ojos los peligros de los malvados nefitas que buscaban la destrucción del pueblo y pudo haber "temido que todavía hubiera facciones entre los nefitas que podrían llevar a la formación de tales sociedades" si se enteraban de estos juramentos11.

El porqué

Según Mormón y Moroni, estos juramentos y combinaciones secretas no solo llevaron a la destrucción de los jareditas, sino que también casi fueron totalmente responsables de la destrucción nefita (Helamán 2:13). En resumen, así como los juramentos secretos y las combinaciones siguen apareciendo, también lo hicieron sus consecuencias desastrosas sobre naciones enteras.

Para ayudar a los lectores modernos a evitar el destino de los jareditas y nefitas, Moroni advirtió a su futura audiencia: "[E]stá en la sabiduría de Dios que se os muestren estas cosas, a fin de que así os arrepintáis de vuestros pecados, y no permitáis que os dominen estas combinaciones asesinas", no sea que "la espada de la justicia del Dios Eterno [caiga] sobre vosotros para vuestra derrota y destrucción, si permitís que existan estas cosas" (Éter 8:23).

Moroni esperaba que si su audiencia futura rechazaba estos juramentos y combinaciones, "que sea destruido el mal, y llegue el tiempo en que Satanás no tenga más poder en el corazón de los hijos de los hombres, sino que sean persuadidos a hacer el bien constantemente, a fin de que vengan a la fuente de toda rectitud y sean salvos" (Éter 8:26).

La recurrencia de estos juramentos y combinaciones secretas es uno de los temas clave que Gregory Steven Dundas identificó en el Libro de Mormón, proporcionando un mensaje claro sobre los peligros del orgullo, la vanidad y la crueldad. Sin embargo, señala Dundas, esto no es todo lo que enseña: "Cuando se considera desde un punto de vista histórico... uno podría decir que el significado principal del libro es la necesidad básica de arrepentimiento"12. Cuando los nefitas continuaron arrepintiéndose, las combinaciones secretas de los inicuos no pudieron vencerlos, como se evidencia en 3 Nefi 3–5. Solo cuando dejaron de arrepentirse, su situación fue tan terrible que las combinaciones secretas de los gadiantones ganaron poder sobre la gente.

Por lo tanto, Bowen observa: "El mal será eliminado y la humanidad salvada tan pronto como, y en la medida que, los gentiles y toda la casa de Israel presten atención a sus palabras de advertencia"13. Dundas concluye de manera similar: “[El arrepentimiento], en pocas palabras, es el mensaje histórico del registro de Mormón. Si elegimos prestarle atención es otra cuestión”14.

Otras lecturas

Daniel L. Belnap, “‘They Are of Ancient Date’: Jaredite Traditions and the Politics of Gadianton's Dissent”, en Illuminating the Jaredite Records, ed. Daniel L. Belnap (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2020), 1–42.

Brant A. Gardner, Traditions of the Fathers: The Book of Mormon as History (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2015), 325–342.

Matthew L. Bowen, “Getting Cain and Getting Gain”, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 15 (2015): 115–141.

Central de las escrituras, “Evidencia del Libro de Mormón: Combinaciones secretas”, evidencia 234, septiembre 7, 2021.

Gregory Steven Dundas, Mormon’s Record: The Historical Message of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2024), 397–409.

  • 1. Véase Matthew L. Bowen, “Getting Cain and Getting Gain”, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 15 (2015): 134–137. Como señaló Noel B. Reynolds, “The Brass Plates Version of Genesis”, en By Study and Also By Faith: Essays in Honor of Hugh W. Nibley, 2 vols., ed. John M. Lundquist y Stephen D. Ricks (Provo, UT: Foundation for Ancient Research and Mormon Studies [FARMS]; Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1990), 2:136–173, es posible que los nefitas tuvieran una versión de Génesis que coincidiera más con la Traducción de José Smith, o el libro de Moisés, que con el texto recibido de Génesis. Si este es el caso, es posible que los jareditas también tuvieran una versión similar de la Creación y la vida de Adán y Eva y sus hijos que se encuentra en sus escrituras o Moroni (consciente de la tradición bíblica nefita) por su propia cuenta incorporó algunos de los juegos de palabras que Bowen observó. Daniel L. Belnap, “‘They Are of Ancient Date’: Jaredite Traditions and the Politics of Gadianton's Dissent”, en Illuminating the Jaredite Records, ed. Daniel L. Belnap (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2020), 5–16, sugiere que la hija de Jared y Akish puede haber tenido un texto escrito por el propio Caín, este no es el caso cuando se encuentra material comparable del libro de Moisés, como observa Bowen.
  • 2. Véase Belnap, “‘They Are of Ancient Date’”, 20–22; Bowen, “Getting Cain and Getting Gain”, 125–139.
  • 3. Véase en general Bowen, “Getting Cain and Getting Gain”, 115–141.
  • 4. Para una discusión más completa sobre esto, véase Stephen O. Smoot, “Gadiantonism as a Counterfeit Temple Priesthood”, Ploni Almoni Mormon (blog), julio 25, 2017.
  • 5. Véase Central de las Escrituras, “¿Por qué los ladrones de Gadiantón llevaban una piel de cordero? (3 Nefi 4:7)”, KnoWhy 191 (agosto 25, 2017); Bowen, “ Getting Cain and Getting Gain”, 119n14.
  • 6. Brant A. Gardner, Traditions of the Fathers: The Book of Mormon as History (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2015), 328. Gardner también propone que la migración hacia el norte registrada en Helamán 3:4–7 llevó a los nefitas al área donde se encontraba Teotihuacán, ya que es la única área en Mesoamérica que se ajusta a la descripción de una tierra del norte con muchas aguas, pocos árboles y edificios de cemento desde el 100 a. C. hasta el 600 d. C. Esto, según Gardner, es significativo porque Mormón 2:20 señala que los nefitas fueron expulsados hacia el norte en sus batallas contra los lamanitas y los ladrones de Gadiantón. Como tal, las migraciones hacia el norte sirvieron como un vínculo por el cual los nefitas habrían estado más cerca del corazón del poder y control de Gadiantón, justificando el aumento de la actividad del grupo en el texto.
  • 7. Véase Gardner, Traditions of the Fathers, 332–334, así como sus notas.
  • 8. Véase Gardner, Traditions of the Fathers, 335–336.
  • 9. Otras organizaciones están presentes a lo largo de la historia mesoamericana que, entre otros crímenes, habrían asesinado a reyes y líderes de la ciudad en nombre de un hermano corrupto. Véase Central de las escrituras, “Evidencia del Libro de Mormón: Combinaciones secretas”, evidencia 234, septiembre 7, 2021.
  • 10. Véase Central de las Escrituras, “¿Qué tienen que ver los jareditas con el gobierno de los jueces? (Mosíah 28:17)”, KnoWhy 106 (mayo 24, 2016); Belnap, “‘They Are of Ancient Date’”, 7.
  • 11. Belnap, “‘They Are of Ancient Date’”, 11.
  • 12. Gregory Steven Dundas, Mormon’s Record: The Historical Message of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2024), 405.
  • 13. Bowen, “Getting Cain and Getting Gain”, 141.
  • 14. Dundas, Mormon's Record, 409.
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