Evidencia #493 | Mayo 7, 2025

La historia del origen de Satanás

Publicación aportada por

 

Scripture Central

Satanás siendo arrojado del cielo. Imagen generada mediante IA.

Resumen

El Libro de Moisés contiene un breve resumen de la historia de la caída de Satanás del cielo. Este relato incluye muchos detalles que, aunque no se presentan claramente en la Biblia, se pueden encontrar en la literatura apócrifa relacionada con la caída de Satanás.

En el Libro de Moisés, se ofrece un relato de la Creación del mundo en los capítulos 2–3. No obstante, antes de que la narración pase a la caída de Adán y Eva, donde se presenta a Satanás, el inicio del capítulo 4 brinda un breve relato retrospectivo de la caída de Satanás del cielo:

Satanás, a quien tú has mandado en el nombre de mi Unigénito, es el mismo que existió desde el principio; y vino ante mí, diciendo: Heme aquí, envíame a mí. Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano, de modo que no se perderá ni una sola alma, y de seguro lo haré; dame, pues, tu honra. ... Pero, he aquí, mi Hijo Amado, que fue mi Amado y mi Escogido desde el principio, me dijo: Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre. Pues, por motivo de que Satanás se rebeló contra mí, y pretendió destruir el albedrío del hombre que yo, Dios el Señor, le había dado, y que también le diera mi propio poder, hice que fuese echado abajo por el poder de mi Unigénito; y llegó a ser Satanás, sí, el diablo, el padre de todas las mentiras, para engañar y cegar a los hombres y llevarlos cautivos según la voluntad de él, sí, a cuantos no quieran escuchar mi voz (Moisés 4:1–4).

Además, aprendemos que Satanás "se había llevado a muchos en pos de él" en el concilio, y "no conocía la mente de Dios" cuando tentó a Adán y Eva (Moisés 4:6). Aunque parte de esta información está presente en la Biblia y en otros textos de la Restauración, el relato del Libro de Moisés ofrece varios detalles que no se encuentran en ningún otro lugar de las escrituras. Resulta significativo que este relato también tenga paralelismos con una serie de antiguas tradiciones no canónicas sobre Satanás. Estos se describen a continuación, con paralelos adicionales en el Apéndice. Aquellos que están familiarizados con la investidura del templo de los Santos de los Últimos Días pueden encontrar que algunos de estos detalles son de particular interés.

Contexto de creación

En primer lugar, al igual que el Libro de Moisés, varios textos seudoepigráficos tienen sus propios relatos de la Creación, que están más o menos modelados sobre el material de la Creación en Génesis 1–21. Al igual que el Libro de Moisés, algunas de estas fuentes contienen información sobre la caída de Satanás que se ha integrado en sus narrativas de la Creación y la Caída.

Por ejemplo, en 2 Enoc se proporciona un relato de la Creación de siete días 2. Sin embargo, entre el segundo y el tercer día, la narración se interrumpe para describir la historia de un ángel llamado Satanail (es decir, Satanás), que fue "arrojado desde lo alto, junto con sus ángeles"3. En un texto conocido como Cave of Treasures [La Cueva de los Tesoros] también se ofrece un relato completo de la Creación. Tras explicar lo sucedido en cada día, incluida la formación de Adán, el texto da cuenta de la caída de Satanás, quien fue "derribado y cayó, él y toda su jerarquía, el viernes, el sexto día"4.

Ninguno de estos relatos sitúa la caída de Satanás precisamente en la misma secuencia que se encuentra en el Libro de Moisés, pero el hecho de que tal suceso interrumpa una narración de la Creación en los tres textos es notable. Además, la ubicación de los relatos en la Cueva de los Tesoros y el Libro de Moisés es muy similar. En un texto, la caída de Satanás se registra justo antes de la creación de Eva, mientras que en el otro se produce justo después de la creación de Eva.

Desde el principio

En el Libro de Moisés, el Señor le explicó a Moisés: "Ese Satanás, a quien tú has mandado en el nombre de mi Unigénito, es el mismo que existió desde el principio" (Moisés 4:1). Este lenguaje recuerda la famosa apertura del relato de la creación en Génesis 1:1: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Sin embargo, el Libro de Moisés indica que Satanás y otros seres angélicos (incluido Jesucristo como el Unigénito) existían antes de la creación física del mundo (Moisés 4:1–2).

Otros textos antiguos también colocan a Satanás y a otros seres celestiales en un entorno primordial o preterrenal similar. Por ejemplo, 2 Baruc describe a Dios como el "que gobierna con indignación a los innumerables seres santos, que son llama y fuego, a quienes creaste desde el principio, los que están alrededor de tu trono"5. En un texto conocido como The Lives of the Prophets [Las vidas de los Profetas], el profeta Habacuc se refiere a aquellos "que están siendo perseguidos por la serpiente en la oscuridad desde el principio"6. Este pasaje parece referirse a la misma "serpiente antigua" (es decir, Satanás) descrita en Apocalipsis 12:97.

En la obra Life of Adam and Eve [La vida de Adán y Eva], el estado preterrenal de Satanás se enfatiza más explícitamente. Con respecto a Adán, Satanás declaró: "No adoraré a nadie inferior y posterior a mí. Yo soy anterior a él en la creación; antes de que él fuera hecho, yo fui hecho"8. En otro texto, conocido como Questions of Bartholomew [Preguntas de Bartolomé], una figura de Satanás conocida como Beliar explica: "Si sabéis mi nombre, al principio me llamaron Satanael ... Fui formado como el primer ángel"9.

El deseo de Satanás de ascender al trono de Dios

En Moisés 4 no se menciona explícitamente que Satanás quiera obtener el trono de Dios. Sin embargo, varias pistas sugieren que hay un subtexto de entronización en esta historia. En primer lugar, al apelar a Dios, Satanás declaró: "Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano [...] dame, pues, tu honra" (Moisés 4:1).

Este lenguaje parece evocar un antiguo ritual de entronización del Cercano Oriente, en el que un rey ascendente sería pronunciado como un hijo divino en su ceremonia de coronación. Por ejemplo, los eruditos creen que la frase "Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy" que se encuentra en el Salmo 2:7 probablemente se cantó en la coronación de un nuevo rey, en relación con su ascensión al trono10. Por lo tanto, parece plausible que al invocar la frase "seré tu hijo" (Moisés 4:1), Satanás estaba ofreciendo efectivamente ser el heredero del trono de Dios en un consejo celestial preterrenal11.

Otra pista proviene de la forma en que la oferta de Satanás de ser hijo de Dios está conectada con su deseo de honor y de obtener el propio poder de Dios. El Señor le explicó a Moisés: "Satanás se rebeló contra mí, y pretendió [...] que le diera mi propio poder, hice que fuese echado abajo" (Moisés 4:3). Este lenguaje es notable porque el deseo del poder de Dios y de tener el mismo estatus que Él aparece en conexión directa con su deseo del trono en varios documentos antiguos.

Por ejemplo, un texto cristiano conocido como Palaea Historica informa: "El que una vez trajo la aurora, pero que ahora se ha oscurecido, vio el cielo ordenado y, engreído, se dijo a sí mismo: ‘Colocaré mi trono en las nubes del cielo y seré igual al Altísimo’"12. En la Vida de Adán y Eva, Satanás también declaró: "Sobre las estrellas del cielo pondré mi trono , y seré semejante al Altísimo"13. En las Preguntas de Bartolomé, Satanás proclamó de Dios: "Pondré mi trono sobre su trono, y seré como él"14.

Cabe señalar que estos textos pueden estar interactuando con Isaías 14:13–14: "Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo. Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios y me sentaré sobre el monte de la congregación, hacia los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré; seré semejante al Altísimo"15. Sin embargo, aunque José Smith conociera este pasaje de Isaías, es imposible que supiera con qué frecuencia esta combinación de ideas aparecería en fuentes pseudoepigráficas.

Además, en el caso de al menos un texto extrabíblico, a saber, 2 Enoc, la redacción coincide mejor con el Libro de Moisés que con Isaías 14. En lugar de que Satanás mismo declare "Seré semejante al Altísimo" (Isaías 14:14), el relato en 2 Enoc es narrado por el Señor, quien explica que un ángel llamado Satanail (es decir, Satanás) quería "poner su trono más alto que las nubes sobre la tierra, para poder llegar a ser igual en rango a mi poder"16. Esto se compara notablemente bien con Moisés 4:3, que también es narrado por el Señor y que también declara que Satanás buscó que "le diera mi propio poder" (Moisés 4:3).

Una pista más que sugiere que Moisés 4 invoca implícitamente una escena de entronización proviene del hecho de que más tarde, en Moisés 7, Enoc dice al Señor: "[M]e has jurado[...] y me has dado derecho a tu trono, y no de mí mismo, sino mediante tu propia gracia" (Moisés 7:59). La humildad de Enoc al ser elevado al trono de Dios refleja la humildad de Cristo en Moisés 4:2: "Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre". En otras palabras, si partimos de la base de que Satanás realmente quería asumir el trono de Dios en Moisés 4, la ascensión posterior de Enoc al trono proporciona un contraste literario significativo17.

La transformación demoníaca de Satanás

Una faceta interesante del Libro de Moisés es que (1) enfatiza la transformación de Satanás en el diablo, y que (2) lo hace en conexión inmediata con su expulsión del cielo. El texto dice: "hice que fuese echado abajo por el poder de mi Unigénito; y llegó a ser Satanás, sí, el diablo, el padre de todas las mentiras" (Moisés 4:3–4).  Se encuentra un lenguaje similar en Doctrina y Convenios 29:37: "Y fueron arrojados abajo, y así llegaron a ser el diablo y sus ángeles". Del mismo modo, el profeta Jacob en el Libro de Mormón declaró que sin el poder de la resurrección de Cristo "nuestros espíritus tendrían que estar sujetos a ese ángel que cayó de la presencia del Dios Eterno, y se convirtió en el diablo, para no levantarse más. Y nuestros espíritus habrían llegado a ser como él, y nosotros seríamos diablos, ángeles de un diablo, para ser separados de la presencia de nuestro Dios" (2 Nefi 9:8–9). La explicación de Jacob es similar a la dada anteriormente por su padre: "Y yo, Lehi, de acuerdo con las cosas que he leído, debo suponer que un ángel de Dios había caído del cielo, según lo que está escrito; por tanto, se convirtió en un diablo, habiendo procurado lo malo ante Dios" (2 Nefi 2:17).

Obsérvese, en todos estos pasajes, la transformación indicada por las formas del verbo "llegar a ser/estar". Al parecer, Satanás no comenzó siendo el diablo, sino que se convirtió en ello tras su caída del cielo, lo que sugiere que algo sobre su separación de Dios afectó su naturaleza interior.

Satan's Origin Story (Satan fallen to the ground).jpg
Satan's Fall from Heaven [La caída de Satanás del cielo], por Gustave Dore (1866). 

Algunos textos extrabíblicos describen una transformación similar, a veces en conexión directa con la caída de Satanás. Con respecto a Satanás, un texto conocido como Investiture of Abbaton [Investidura de Abaddón] explica que Dios "lo arrojó del cielo a la tierra a causa de su orgullo. Le rompió las alas y la costilla y lo debilitó. Él y los que llevó consigo se convirtieron en demonios"18. Del mismo modo, de acuerdo con 2 Enoc, Satanás " se convertirá en un demonio, porque huyó del cielo"19.

El relato en 2 Enoc luego declara que Satanás "se volvió diferente de los ángeles. Su naturaleza no cambió, (pero) su inteligencia sí en cuanto a su entendimiento de las cosas justas y pecaminosas"20. Esta transformación cognitiva puede guardar cierta relación con un detalle único que se encuentra en Moisés 4:6, que afirma que Satanás "no conocía la mente de Dios" después de su caída, lo que lo llevó a concluir erróneamente que tentar a Eva frustraría el plan de Dios21.

Notablemente, 2 Enoc luego declara que Satanás "comprendió su condenación y el pecado que cometió antes"22. Esto tiene un paralelo interesante que involucra a los hijos de perdición descritos en Doctrina y Convenios 76:44–48: "Por tanto, a todos salva él menos a ellos; estos irán al castigo perpetuo, que es castigo sin fin, castigo eterno, para reinar con el diablo y sus ángeles por la eternidad [...] y ni el fin de ello, ni el lugar, ni su tormento, ningún hombre lo sabe [...] por consiguiente, no comprenden el fin, la anchura, la altura, la profundidad ni la miseria de ello, ni tampoco hombre alguno, sino los que son ordenados a esta condenación". En otras palabras, a medida que calificaba para la perdición, Satanás se volvió más plena y singularmente consciente de las consecuencias de sus pecados23.

Como nota al margen, el énfasis en la incomprensible inmensidad del infierno en este pasaje de DyC también es bastante fascinante, ya que muchos textos enóquicos enfatizan también los límites geográficos de los diferentes reinos, incluido el infierno, que a Enoc se le mostró en visión. Por ejemplo, se pueden comparar significativamente las dimensiones físicas expansivas del infierno descritas en DyC 76:44–48 con 2 Enoc 40:12–13, donde este elemento está rodeado por un grupo de conceptos paralelos (codificados por colores en el cuadro a continuación para facilitar su identificación)24:

DyC 76:44–48

2 Enoc 40:12–13

Por tanto, a todos salva él menos a ellos; estos irán al castigo perpetuo, que es castigo sin fin, castigo eterno, para reinar con el diablo y sus ángeles por la eternidad, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga, lo cual es su tormento ; y ni el fin de ello, ni el lugar, ni su tormento, ningún hombre lo sabe; ni tampoco fue, ni es, ni será revelado al hombre, salvo a quienes se hacen participantes de ello; sin embargo, yo, el Señor, lo manifiesto en visión a muchos, pero enseguida lo cierro otra vez; por consiguiente, no comprenden el fin, la anchura, la altura, la profundidad ni la miseria de ello, ni tampoco hombre alguno, sino los que son ordenados a esta condenación.

Medí toda la tierra [...] y todo lo que existe. [Y] escribí todo lo que existe, la altura desde la tierra hasta el séptimo cielo, y hacia abajo hasta el infierno más bajo, y el lugar del juicio, y el infierno muy grande, abierto y lloroso. Y vi cómo los prisioneros están sufriendo, esperando el juicio ilimitado. Y escribí a todos los que estaban siendo juzgados por el juez, y todos sus juicios (sentencias) y todas sus obras.

Por lo tanto, podemos ver que las enseñanzas sobre la caída de Satanás en el Libro de Moisés a veces se aclaran y explican más por otros textos de la Restauración, que, a su vez, tienen sus propias semejanzas únicas con los documentos antiguos. Esto es especialmente cierto cuando se trata de los detalles asociados con la transformación de Satanás en un ser demoníaco.

El deseo de Satanás de ser adorado

En Moisés 4:1, Satanás declaró a Dios: "Heme aquí, envíame a mí. Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano, de modo que no se perderá ni una sola alma, y de seguro lo haré; dame, pues, tu honra". Satanás claramente deseaba convertirse en una figura salvadora a la que los demás se vieran obligados a adorar. Este tema se desarrolla más explícitamente en otras partes del Libro de Moisés. En Moisés 1:12, Satanás declaró: "Moisés, hijo de hombre, adórame". Más tarde aprendemos que Satanás "viene entre los hijos de los hombres, y los tienta para que lo adoren" (Moisés 6:49)25

La idea de la falsa adoración de ídolos se puede encontrar en 1 Enoc, que afirma que los ángeles caídos "contaminan a la humanidad y los llevarán por mal camino para que sacrifiquen a los demonios como dioses (aquí estarán), hasta el día del gran juicio en el cual serán juzgados hasta que sean acabados"26.

Sin embargo, se puede encontrar material más parecido en otras fuentes. En la Vida de Adán y Eva, Satanás declaró de Adán: "No adoraré a uno inferior y posterior a mí. Yo soy anterior a él en la creación; antes de que él fuera creado, yo ya había sido creado. Él debería adorarme"27. Asimismo, en la obra Cueva de los Tesoros leemos: "Cuando el jefe de aquel rango inferior vio la grandeza que se le había otorgado a Adán, lo envidió desde aquel día. No quiso adorarlo y habló a su ejército: ‘No lo adoremos ni lo glorifiquemos junto con los ángeles. Es justo que él me adore a mí, que soy fuego y espíritu, y no que yo adore el polvo formado de la tierra"28.

Una noción similar aparece en la Investidura de Abaddón, en la que Jesús explicó a sus apóstoles: ‘Mi Padre le dijo [a Satanás]: ‘Ven tú también a adorar mi imagen y semejanza [es decir, Adán]’. Pero se apoderó de él [Satanás] un gran orgullo y descaro. Dijo: ‘Es apropiado que venga y me adore porque yo existí antes que él’"29. En otros textos, Satanás no pide directamente a los demás que lo adoren, sino que la narración enfatiza su negativa a adorar como Dios le ordenó30.

Satanás pierde su gloria

En el relato de la caída de Satanás en el Libro de Moisés, Jesucristo (identificado como el Hijo Amado) declaró: "Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre" (Moisés 4:2). Aunque no se afirma aquí, la implicación es que, en contraste, Satanás quería robar la gloria de Dios para sí mismo.

Aprendemos en otras partes del Libro de Moisés que debido a su arrogancia, Satanás perdió cualquier gloria que ya había obtenido. Por ejemplo, en su confrontación con Satanás, Moisés preguntó: "¿Y dónde está tu gloria, para que te adore? Porque he aquí, no hubiera podido ver a Dios, a menos que su gloria me hubiera cubierto y hubiera sido transfigurado ante él. Pero yo puedo verte a ti según el hombre natural" (Moisés 1:13–14). Más tarde, Moisés volvió a preguntar a Satanás: "¿dónde está tu gloria?, porque para mí es tinieblas. Y puedo discernir entre tú y Dios"31.

Varios textos antiguos también vinculan la caída de Satanás del cielo con una pérdida de gloria. Como explica el mismo Satanás en la Vida de Adán y Eva: "El SEÑOR Dios se enojó conmigo y me envió con mis ángeles fuera de nuestra gloria; y debido a ti [Adán], fuimos expulsados a este mundo de nuestras moradas y hemos sido arrojados a la tierra. E inmediatamente entristecimos, pues habíamos sido privados de tan grande gloria’[...] Así que con engaño asalté a tu esposa e hice que fueras expulsado a través de ella del gozo de tu felicidad, como yo he sido expulsado de mi gloria"32.

Satan's Origin Story (header).jpg
Satan falling from heaven [Satanás cayendo del cielo]. Ilustración de Gustave Dore (1866).

Otro relato relevante proviene de la Cueva de los Tesoros:

Cuando el jefe de aquel rango inferior vio la grandeza que se le había otorgado a Adán, lo envidió desde aquel día. No quiso adorarlo y habló a su ejército: ‘No lo adoremos ni lo glorifiquemos junto con los ángeles. Fue derribado y cayó, él y toda su jerarquía, el viernes, el sexto día, y su caída del cielo duró tres horas. Las vestiduras de su gloria les fueron quitadas y él fue llamado "Satanás" porque se apartó, y "Sheda" porque su gloria había sido derramada y había perdido la vestidura de su gloria. He aquí, desde ese día hasta ahora están desnudos y descubiertos y de aspecto despreciable, él y todas sus huestes33.

Un detalle similar se describe en la Investidura de Abaddón, donde Satanás es despojado de sus vestiduras protectoras antes de ser arrojado a la tierra. En este texto, el Salvador explicó a sus apóstoles: "Cuando mi Padre vio su gran soberbia [de Satanás], que su iniquidad y toda su perversidad se habían consumado, ordenó a todas las huestes celestiales diciéndoles: ‘Venid y quitad el rollo de la mano del soberbio, despojadle de su armadura y arrojadle a tierra, porque ha llegado su hora’"34. Cuando estos relatos se leen a la luz el uno del otro, parece que la armadura de Satanás y sus vestiduras de gloria eran probablemente el mismo objeto35.

Finalmente, debe señalarse que más adelante en el Libro de Moisés surge otra inversión sutil pero profunda, que nuevamente involucra a Enoc. En contraste con Satanás, quien "perdió el manto de su gloria" en el relato de la Cueva de los Tesoros, aprendemos que Enoc, durante una de sus visiones, "vi[o] abrirse los cielos y fu[e] revestido de gloria" (Moisés 7:3). La investigación sugiere que el relato del ascenso celestial de Enoc puede haber sido pensado como un complemento literario de la dramática caída de Satanás, presentada tan solo unos pocos capítulos antes36.

Satanás "procuraba destruir el mundo"

Otro detalle que se encuentra en el Libro de Moisés es que, después de su caída del cielo, Satanás "procuraba destruir el mundo" y, así, comenzó a tentar a la humanidad para que se apartara de Dios (Moisés 4:6). Más adelante leemos que Satanás "ejercía gran dominio entre los hombres y agitaba sus corazones a la ira; y desde entonces hubo guerras y derramamiento de sangre; y buscando poder" (Moisés 6:15). Aunque se puede encontrar un análogo a esta idea en Isaías 14:16–17, también se encuentran actividades similares en otras tradiciones antiguas.

En la Vida de Adán y Eva, la intención destructiva de Satanás se revela en el contexto de Adán buscando la ayuda divina para expulsar a Satanás de su presencia: "Adán clamó con gran lamento y dijo: ‘Oh SEÑOR, Dios mío, mi vida está en tus manos. Aleja de mí a este mi adversario, que busca destruir mi alma y darme su gloria que él mismo ha perdido’. Y al instante el diablo desapareció de él"37.

Más adelante, en el mismo texto, Set reprendió a una figura a quien describe como un "destructor caótico", una bestia parlante que (al igual que la serpiente en el Edén) parece estar asociada con Satanás: "Que el Señor Dios te reprenda. Detente; calla; cierra la boca, enemigo maldito de la verdad, destructor caótico [...] Y la bestia dijo a Set: ‘Mira, me alejo de la presencia de la imagen de Dios, como has dicho’. Inmediatamente dejó a Set, quien fue herido por (sus) dientes"38. Este lenguaje probablemente se relaciona con la maldición puesta sobre Satanás en Moisés 4:20–21 (cf. Génesis 3:14–15).

Otro relato interesante proviene de Testament of Solomon [Testamento de Salomón], en el que Satanás (llamado Belcebú en este texto) se identificó a sí mismo como "el ángel de mayor rango en el cielo" antes de convertirse en el príncipe de los demonios tras su caída. El relato se ofrece desde la perspectiva de Salomón, quien interrogó a Satanás de la siguiente manera: "Le dije: ‘¿Cuáles son tus ocupaciones?’ Él respondió: ‘Traigo la destrucción por medio de tiranos; hago que los demonios sean adorados junto a los hombres; y despierto el deseo en hombres santos y sacerdotes selectos. Provoco celos y asesinatos en un país, e instigo guerras’"39. Unos versículos después, Salomón le preguntó a Satanás: "Dime qué ángel te frustra". Satanás respondió que es el "Dios Todopoderoso" y que "si alguien me conjura con el juramento (llamado) ‘el Elo-I’, un gran nombre por su poder, desaparezco"40.

Resulta notable que en los tres episodios, las descripciones del deseo de Satanás de destruir, incluidos sus esfuerzos por levantar tiranos, comprometer a los sacerdotes e instigar guerras, se den en el contexto de que fue expulsado de la presencia de los mortales a través de la intervención divina. Entre otras posibles conexiones en las revelaciones de José Smith, se podrían comparar estos detalles con la expulsión de Satanás en Moisés 1:18–22.

En general, estos relatos coinciden con el Libro de Moisés en que las tácticas de Satanás no solo pretenden tentar a la humanidad, sino que busca activamente causar varios tipos de daño a través de aquellos que sirven a su causa. Efectivamente, quiere "destruir el mundo", tanto temporal como espiritualmente. Una vez más, aunque José Smith podría haber derivado esta idea central de Isaías 14:16–17, los matices contextuales de las revelaciones de José Smith tienen paralelismos adicionales con las fuentes extrabíblicas.

La caída de Satanás registrada en la Biblia y en las Escrituras de la Restauración

En varios pasajes de la Biblia también se relata cómo Satanás cayó del cielo, aunque no lo hacen con tanto detalle como en el Libro de Moisés y estas antiguas tradiciones. Como se mencionó anteriormente, una escritura típica a menudo señalada es Isaías 14:12–15, que relata cómo Lucifer quería "levant[ar] mi trono por encima de las estrellas de Dios" y subir "sobre las alturas de las nubes", por lo que fue "derribado hasta el Seol, a los lados del abismo".

Aunque lo más probable es que esto se refiera al rey de Asiria, cuya caída se profetizó a causa de su orgullo, los eruditos han observado que Isaías parece basarse también en antiguas leyendas del Cercano Oriente. Esto se aprecia especialmente cuando se considera la palabra hebrea traducida como "Lucifer". El texto dice literalmente Helel ben Shachar ("resplandeciente, hijo del amanecer"). Esto proporciona una clara referencia al mito cananeo de Helel y Shachar, dos dioses que intentaron ascender al trono de El antes de ser derribados (que obviamente es análogo a la historia de Satanás)41.

También es probable que Lehi hubiera leído Isaías 14 cuando declaró: "Y yo, Lehi, de acuerdo con las cosas que he leído, debo suponer que un ángel de Dios había caído del cielo, según lo que está escrito; por tanto, se convirtió en un diablo, habiendo procurado lo malo ante Dios" (2 Nefi 2:17)42. En opinión de un erudito, "aunque este texto se refiere directamente a un monarca asirio que trató de convertirse en un ser divino como el Dios Altísimo, la burla se basa en un antiguo motivo cananeo de una divinidad literal que intentó ascender al trono de El, el dios más alto de la asamblea divina" y habría proporcionado el texto perfecto para merecer la conclusión de Lehi43.

Otros pasajes del Nuevo Testamento mencionan la caída de Satanás solo brevemente. Lucas 10:18 simplemente declara: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo", confirmando que Satanás cayó del cielo. Apocalipsis 12:7–9 también declara: "Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles[...] Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, quien engaña a todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él". Si bien esta escritura agrega el detalle de que otros ángeles cayeron con Satanás, es digno de mención que algunas de las imágenes específicas aquí—incluyendo la descripción de Satanás como un "dragón" o una "serpiente" y el conflicto entre los ángeles—no aparecen en Moisés 4, lo que sugiere que Apocalipsis 12 no fue la fuente detrás de este texto.

Otras revelaciones dadas a José Smith también refieren hasta cierto punto la caída de Satanás. Sin embargo, debe recordarse que todas estas revelaciones fueron posteriores a la recepción de Moisés 4. De hecho, la primera revelación que aborda este tema se da en Doctrina y Convenios en la sección 29, y parece haber sido dada en respuesta a las preguntas que José Smith tuvo mientras trabajaba en su traducción inspirada de la Biblia.

Como ha señalado Kent P. Jackson, "es probable que la revelación se recibiera poco después de que José Smith revisara el texto en Génesis que narra la Caída", que se encuentra en Moisés 444. Como parte de esta revelación, el Señor detalla brevemente la caída de Satanás en los versículos 36–39, repitiendo gran parte de la misma información que se encuentra en el Libro de Moisés: "[El diablo] existió antes que Adán, porque se rebeló contra mí, diciendo: Dame tu honra, la cual es mi poder; y también alejó de mí a la tercera parte de las huestes del cielo, a causa de su albedrío; y fueron arrojados abajo, y así llegaron a ser el diablo y sus ángeles" (Doctrina y Convenios 29:36–37).

De manera similar, cuando José Smith y Sidney Rigdon recibieron la sección 76, contemplaron el mismo evento:

[U]n ángel de Dios que tenía autoridad delante de Dios, el cual se rebeló en contra del Hijo Unigénito, a quien el Padre amaba y el cual estaba en el seno del Padre, fue arrojado de la presencia de Dios y del Hijo, y fue llamado Perdición, porque los cielos lloraron por él; y era Lucifer, un hijo de la mañana.[...] vimos a Satanás, la serpiente antigua, sí, el diablo, que se rebeló contra Dios y procuró usurpar el reino de nuestro Dios y su Cristo" (Doctrina y Convenios 76:25–26, 28).

En ambas revelaciones, la caída de Satanás se inicia por su orgullo y rebeldía, buscando arrebatar el reino y el poder de Dios. Cuando cae, se convierte en el diablo, llamado Satanás o Perdición. En la sección 29, también se expresa cómo otros ángeles siguieron a Satanás y también cayeron del cielo.

Satan's Origin Story (War in Heaven).jpg
The Fall of the Rebel Angels [La caída de los ángeles rebeldes], por Gustave Dore (1866).

Finalmente, el Libro de Abraham solo menciona brevemente la caída de Satanás, utilizando gran parte del mismo lenguaje que el Libro de Moisés para colocar esta narrativa en un entorno de concilio celestial: "Y el Señor dijo: ¿A quién enviaré? Y respondió uno semejante al Hijo del Hombre: Heme aquí; envíame. Y otro contestó, y dijo: Heme aquí; envíame a mí. Y el Señor dijo: Enviaré al primero. Y el segundo se llenó de ira, y no guardó su primer estado; y muchos lo siguieron ese día" (Abraham 3:27–28).

Conclusión

Aunque algunos de los detalles sobre la caída de Satanás en el Libro de Moisés podrían haberse derivado de la Biblia, en numerosos puntos la revelación de José Smith en Moisés 4:1–6 refleja mejor los relatos en fuentes extrabíblicas. En varios casos, estos paralelismos provienen de una combinación de detalles relacionados que se encuentran en el Libro de Moisés y otros textos y revelaciones de la Restauración, incluyendo el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, así como las revelaciones de José Smith sobre el templo. En conjunto, estas sutiles semejanzas con fuentes antiguas ayudan a establecer la antigüedad del Libro de Moisés, así como el poder divino a través del cual se reprodujo en los tiempos modernos.

Lecturas adicionales
Apéndice
Notas a pie de página
Libro de Moisés
Satanás
Enoc

© Copyright 2024 Central de las Escrituras: Una organización sin fines de lucro. Todos los derechos reservados.. Registrado 501(c)(3). EIN: 20-5294264