Evidencia #467 | Octubre 16, 2024

Paralelismos con el Ministerio de 40 Días de Cristo

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Scripture Central

Cristo ministrando a sus discípulos nefitas. Imagen vía churchofjesuschrist.org.

Resumen

En muchos detalles, el ministerio de Cristo registrado en 3 Nefi refleja y complementa los relatos extrabíblicos de Su ministerio posterior a la resurrección en el Viejo Mundo.

El Nuevo Testamento registra el ministerio y las enseñanzas sagradas de Jesucristo durante Su ministerio mortal y proporciona algunos párrafos sobre sus apariciones posteriores a la resurrección. Sin embargo, el relato bíblico más claro y extenso del ministerio de Jesús después de Su resurrección se encuentra en 3 Nefi 11–28. A lo largo de estos capítulos, Jesús enseñó verdades sagradas que fueron entregadas "poco después de la ascensión de Cristo al cielo" (3 Nefi 10:18; cf. Hechos 1:9-11). Representan lo que más deseaba que su nueva Iglesia conociera y practicara tras el cumplimiento de Su misión mortal.

Sorprendentemente, muchos aspectos del ministerio de Cristo en Abundancia reflejan las enseñanzas atribuidas a Jesús resucitado en los primeros escritos cristianos fuera del Nuevo Testamento. Hugh Nibley, erudito Santos de los Últimos Días, fue uno de los primeros en examinar seriamente lo que él llamó la literatura de los cuarenta días y cómo puede ser leída y entendida por los lectores y eruditos modernos como un reflejo coherente de las enseñanzas históricas del Jesús resucitado1. Estos textos fueron nombrados así debido a su interés en lo que se enseñó cuando, como registró Lucas, Jesús se "apareci[ó] durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios" (Hechos 1:3). La literatura analiza la apostasía, las ordenanzas sagradas, la salvación de los muertos y la resurrección2.

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Jesús instruyendo a sus discípulos nefitas. Imagen vía churchofjesuschrist.org.

Nibley observó: "Si comparamos [la literatura de cuarenta días] con el largo relato de Nefi, este último ocupa su lugar en la biblioteca apocalíptica de buena fe con mucha facilidad y naturalidad"3. Nibley argumentó además que "sin el título, sería difícil para cualquier erudito ... detectar el origen irregular [del Libro de Mormón]" de haber venido de fuera de ese corpus cristiano primitivo4. En las secciones a continuación, cuatro temas particulares en la literatura de cuarenta días, que se encuentran en numerosos textos cristianos primitivos en varios idiomas antiguos, se compararán con el relato en 3 Nefi 11–285.

1. Profecías de la apostasía

Tanto la literatura de cuarenta días del Viejo Mundo como el Libro de Mormón incluyen profecías de una apostasía venidera. En ambos casos, como dijo Nibley, "el alegre mensaje de la resurrección y la gloriosa unificación de los santos queda entristecido, amortiguado por la declaración directa de que la iglesia solo sobrevivirá por un tiempo limitado"6.

Esto es evidente en ciertos pasajes del Nuevo Testamento, pero es aún más explícito en otros textos cristianos primitivos, como la Epistle of the Apostles [Epístola de los apóstoles]7. En ese texto, los apóstoles relataron cómo el Señor les dijo que "las tinieblas, la sequía y la persecución de los que creen en mí y de los elegidos" ciertamente vendrían. Esto sucedería junto con la llegada de "algunos que creen en mi nombre y (sin embargo) siguen el mal y enseñan vanas enseñanzas", que alejarían a muchos por las riquezas del mundo8. Otro texto antiguo, conocido como The Testament of Our Lord [El Testamento de Nuestro Señor], describe de manera similar cómo los pastores inicuos surgirán en las congregaciones cristianas para desviar al pueblo9.

Esto se refleja estrechamente en la declaración del Señor a los doce discípulos nefitas en el Nuevo Mundo:

Me aflijo por motivo de los de la cuarta generación a partir de esta, porque serán llevados cautivos por él, así como lo fue el hijo de perdición; porque me venderán por plata y por oro, y por aquello que la polilla corrompe, y que los ladrones minan y hurtan. Y en aquel día los visitaré, sí, haciendo volver sus obras sobre sus propias cabezas (3 Nefi 27:32).

Desafortunadamente, "en ambos hemisferios, la gente de la iglesia estaba demasiado dispuesta a olvidar tales profecías inquietantes", con el paso del tiempo10.

2. Realización de las Sagradas Ordenanzas y la necesidad de secreto

Tanto la literatura de cuarenta días como 3 Nefi describen la realización obligatoria de ordenanzas sagradas11. Estas ordenanzas podrían incluir la recepción de vestiduras sagradas. Una obra titulada The Second Book of Jeu [El segundo libro de Jeu] menciona que Cristo "hizo que todos los discípulos se vistieran con vestiduras de lino"12. También se encuentra un énfasis en las prendas sagradas en 3 Nefi. Se describe a Jesús como si estuviera "vestido con una túnica blanca" (3 Nefi 11:8), y "su blancura excedía a toda blancura, sí, no podía haber sobre la tierra cosa tan blanca como su blancura" (3 Nefi 19:25). Jesús, citando a Isaías, también alentó a los nefitas a "[vestir] tus ropas de hermosura" (3 Nefi 20:36).

En el Gospel of the Twelve Apostles [Evangelio copto de los Doce Apóstoles], se menciona a Jesús compartiendo una comida sagrada con los apóstoles y administrando la Santa Cena, tal como lo hizo con los discípulos nefitas (véase 3 Nefi 18:1–11). Ambos textos también mencionan las santas visiones de los cielos que se les dieron a ciertos discípulos13.

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Jesús administra la Santa Cena entre los nefitas. Imagen vía churchofjesuschrist.org. 

Una similitud particularmente interesante tiene que ver con la necesidad de mantener ocultas o privadas las cosas sagradas. Mormón registró que muchos nefitas "vieron y oyeron cosas indecibles, que no es lícito escribir" e incluso que los niños pequeños pronunciaron cosas que "se prohibió que hombre alguno las escribiera" (3 Nefi 26:16, 18). En otro caso, el registro nefita simplemente dice: "No hay lengua que pueda hablar, ni hombre alguno que pueda escribir, ni corazón de hombre que pueda concebir tan grandes y maravillosas cosas como las que vimos y oímos a Jesús hablar" (3 Nefi 17:17). El énfasis en no hablar ni escribir cosas sagradas se menciona nuevamente en 3 Nefi 19:32: "y la lengua no puede expresar las palabras que oró, ni pueden ser escritas por hombre alguno las palabras que oró".

La necesidad de que algunas enseñanzas se limitaran solo a los iniciados también fue observada por los primeros Padres de la Iglesia en el Viejo Mundo. Por ejemplo, al igual que el registro nefita, Orígenes enfatizó que una parte de las sagradas instrucciones privadas de Cristo no debían hablarse ni escribirse:

Y se relata de Jesús, que era más grande que todos éstos, que conversó con sus discípulos en privado, y especialmente en sus retiros sagrados, acerca del Evangelio de Dios; pero no se han conservado las palabras que pronunció, porque a los evangelistas les pareció que no podían transmitirse adecuadamente a la multitud por escrito o en palabras. Y si no fuera agotador repetir la verdad con respecto a estos ilustres individuos, diría que ellos vieron mejor que Platón (por medio de la inteligencia que recibieron por la gracia de Dios), qué cosas debían poner por escrito, y cómo esto iba a ser hecho, y lo que de ningún modo debía escribirse a la multitud, y lo que iba a ser expresado en palabras, y lo que no debía ser transmitido14

3. El descenso de Jesús al mundo de los muertos

En muchos de los relatos del ministerio de cuarenta días, Jesús enseñó a sus apóstoles acerca de su descenso al reino de los muertos. A menudo se denomina a esto como kerigma o "la predicación" en estos textos, pues relatan que Jesús informó a los muertos sobre cómo podían recibir el sello del bautismo y otras ordenanzas a pesar de haber muerto15. Como resumió Nibley, Jesús "lleva el kerigma a todos, y los que lo aceptan lo siguen desde las profundidades hacia la luz, reciben el bautismo y, por lo tanto, se elevan gradualmente a los reinos de gloria"16.

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Nefi bautizando. Imagen vía churchofjesuschrist.org.

Si bien la mención del descenso de Jesús a los espíritus en el Seol, o el mundo de los muertos, está ausente del Libro de Mormón, Hugh Nibley ha observado que un tipo del mismo descenso y kerigma se encuentra en el registro nefita que es "excepcionalmente glorioso". En este contexto, "las huestes que se sientan en las tinieblas son los nefitas mismos", y el descenso de Jesús del cielo al templo en Abundancia refleja su descenso al Seol17. En ambos textos, Jesús descendió en gloria, predicó a los más rectos del pueblo, habló de la necesidad del bautismo y predicó la doctrina de que todos deben saber para poder ascender con Él al reino de Su padre.

4. Explicación de la resurrección de los muertos

Según la literatura de los cuarenta días, Jesús enseñó a los apóstoles acerca de la resurrección de los muertos en "una serie de apariciones reales continuando la tutela y supervisión personal de los 40 días". Asimismo, Jesús prometió hacer apariciones adicionales a Sus apóstoles mientras realizaban su ministerio, y muchos de los actos apócrifos de los apóstoles individuales retratan a Jesús como activo en su ministerio también18. Así como Jesús continuó apareciéndose a sus apóstoles en el Viejo Mundo, también continuó apareciéndose a sus doce discípulos nefitas después de prepararlos para sus ministerios individuales (véase 3 Nefi 27–28).

Conclusión

Muchos de los textos relativos al ministerio de cuarenta días de Jesucristo no estuvieron disponibles hasta mucho después de que se publicara el Libro de Mormón. El Evangelio copto de los Doce Apóstoles mencionado por Nibley, por ejemplo, no se publicó hasta 1904. Del mismo modo, La Epístola de los Apóstoles se descubrió hasta 1895. Tampoco hay pruebas de que José Smith tuviera acceso a ninguna literatura apócrifa del Nuevo Testamento mientras traducía el Libro de Mormón. Incluso si lo hubiera hecho, habría sido difícil combinar todos los detalles pertinentes en una narrativa coherente que no plagiara ningún texto conocido y que al mismo tiempo contuviera detalles que resultaran familiares a un público antiguo.

El hecho de que el Libro de Mormón contenga una descripción del ministerio posterior a la resurrección de Cristo en las Américas que se asemeje tanto y complemente lo que los antiguos cristianos dijeron sobre un ministerio similar en el Viejo Mundo respalda su condición de texto divinamente revelado. Como concluyó Nibley, 3 Nefi pertenece "al estrato más antiguo de la escritura cristiana"19.

Lecturas adicionales
Escrituras relevantes
Notas a pie de página
Libro de Mormón