Evidencia #436 | Febrero 13, 2024
La relación entre el espíritu y el cuerpo
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
En el libro de Éter, Jesucristo, en su vida preterrenal, explicó la relación entre los cuerpos espiritual y físico. Un análisis similar se encuentra en un texto judío conocido como los Testamentos de los Doce Patriarcas, que fue escrito antes de la época de Cristo.En su encuentro visionario con Jesucristo, durante su vida preterrenal, el hermano de Jared aprendió algunas verdades notables sobre la naturaleza de los espíritus y los cuerpos físicos. Jesús explicó:
¿Ves que eres creado a mi propia imagen? Sí, en el principio todos los hombres fueron creados a mi propia imagen. He aquí, este cuerpo que ves ahora es el cuerpo de mi espíritu; y he creado al hombre a semejanza del cuerpo de mi espíritu; y así como me aparezco a ti en el espíritu, apareceré a mi pueblo en la carne... Y ahora bien, dado que yo, Moroni, dije que no podía hacer una relación completa de estas cosas que están escritas, bástame, por tanto, decir que Jesús se mostró a este hombre en el espíritu, según la manera y a semejanza del mismo cuerpo con que se mostró a los nefitas (Éter 3:15–17)1.
Una conexión interesante con estas declaraciones puede encontrarse en un antiguo texto judío conocido como los Testamentos de los Doce Patriarcas. Una parte de este documento contiene el "Testamento de Neftalí", que dice lo siguiente:
Porque así como un alfarero conoce la vasija, su capacidad y la cantidad de arcilla que necesita para crearla, así también el Señor forma el cuerpo en proporción al espíritu e infunde el espíritu de acuerdo con el poder del cuerpo. Y de uno a otro no hay discrepancia, ni siquiera un tercio de cabello, porque toda la creación del Altísimo se hizo según una altura, una medida y un criterio. Y así como el alfarero conoce el uso de cada vasija y para qué es adecuada, así también el Señor conoce el cuerpo hasta qué punto persistirá en la bondad y cuándo será dominado por el mal. Porque no hay forma o concepto que el Señor no conozca, ya que creó a cada ser humano según su propia imagen2.
Estos dos textos parecen contener al menos tres ideas paralelas:
1. El Señor creó a todos los hombres a su propia imagen.
2. Un cuerpo humano físico está diseñado según la forma del espíritu que lo habitará.
3. Existe una correspondencia fuerte o casi idéntica entre la forma del espíritu y la forma del cuerpo.
Por supuesto, el primer paralelismo en esta lista no es particularmente notable, considerando que también se enseña en el famoso pasaje de Génesis 1:26–27. Sin embargo, el segundo y tercer paralelismo son más intrigantes. La idea específica de que Dios usa un cuerpo espiritual preexistente como molde para crear un cuerpo físico es notable, por un lado, porque implica que los cuerpos espirituales preceden a los físicos (coherente con la concepción de los Santos de los Últimos Días de una existencia preterrenal3), y por otro lado, porque carece de cualquier sustento directo en la propia Biblia. La noción adicional de que el cuerpo espiritual y físico de una persona se ven esencialmente iguales también es fascinante4.
Conclusión
¿Podrían surgir estas similitudes por mera casualidad? Sin duda es posible, especialmente porque las tres ideas paralelas están conceptualmente relacionadas. Por otro lado, estas ideas compartidas podrían señalar una auténtica verdad doctrinal que se reveló en diferentes momentos y lugares5.
En cuanto al Testamento de los Doce Patriarcas, parece haber sido escrito en el siglo II a. C. por un "judío helenizado"6. Si bien ese puede ser el contexto más probable para la producción del texto en sí, rastrear el origen de este concepto doctrinal en particular es un asunto completamente diferente. Podría datar del mismo período de tiempo que el texto, o podría fácilmente derivar también de una auténtica tradición religiosa de procedencia desconocida que se remonta a cientos o miles de años antes7.
Lo que puede decirse con seguridad es que una enseñanza bastante distintiva en el Libro de Mormón tiene una estrecha correspondencia con una idea expresada en un antiguo documento judío escrito antes de la época de Cristo8. Este es solo uno de varios ejemplos en los que el contenido del Libro de Mormón es sorprendentemente congruente con conceptos extrabíblicos de contextos antiguos relevantes.
John W. Welch, "Lehi's Last Will and Testament: A Legal Approach", en Second Nephi, The Doctrinal Structure, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: BYU Religious Studies Center, 1989), 61–82.
James H. Charlesworth, "Messianism in the Pseudepigrapha and the Book of Mormon", en Reflections on Mormonism; Judeo-Christian Parallels, ed. Truman G. Madsen (Provo, UT: BYU Religious Studies Center, 1978).
- 1. Tenga en cuenta que cuando se lee en contexto, la idea de que todos los hombres fueron creados a imagen de Cristo parece ser bastante genérica (Éter 3:15; Génesis 1:26–27). En otras palabras, los cuerpos de todos los hombres y mujeres tienen una correspondencia general con el cuerpo espiritual de Cristo. Por el contrario, al hablar de la relación específica entre el cuerpo espiritual preterrenal de Cristo y el cuerpo físico que finalmente tomaría sobre sí mismo, parece que la semejanza es más concretamente similar.
- 2. H. C. Kee, trad., "Testaments of the Twelve Patriarchs", en The Old Testament Pseudepigrapha, Volume 1: Apocalyptic Literature and Testaments, ed. James H. Charlesworth (Garden City, NY: Doubleday, 1983), 811.
- 3. Véase, por ejemplo, el patrón de creación espiritual y física presentado en Moisés 3:5–7.
- 4. Naturalmente, tendría que haber algún tipo de especificación aquí, ya que los cuerpos humanos se ven de manera diferente en distintas etapas de la vida (ejemplo: bebés, niños pequeños, adolescentes, adultos jóvenes, adultos mayores, etc.). Aunque no puede deducirse una edad específica a partir de las Escrituras, puede suponerse razonablemente que el espíritu preterrenal de Jesús se correspondía estrechamente con la forma de su cuerpo mortal adulto.
- 5. Podrían considerarse, por ejemplo, las visiones similares que se mostraron en momentos y lugares muy diferentes tanto a Nefi como a Juan el Revelador (1 Nefi 14:24–27).
- 6. Kee, "Testaments of the Twelve Patriarchs", 777–778.
- 7. Véase Jeffrey M. Bradshaw y Ryan Dahle, "Could Joseph Smith Have Draw on Ancient Manuscripts When He Translated the Story of Enoch?: Recent Updates on a Persistent Question", Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 33 (2019): 320–323. Para otras investigaciones de los testamentos finales o discursos de despedida en el Libro de Mormón, véase John W. Welch, "Lehi's Last Will and Testament: A Legal Approach", en Second Nephi, The Doctrinal Structure, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: BYU Religious Studies Center, 1989), 61–82; Evidence Central, "Book of Mormon Evidence: Testament of Lehi", Evidence #0068, September 19, 2020, en línea en evidencecentral.org; Evidencias, "Antiguo patrón de despedida", Evidencia #0357, 11 de julio de 2022, en línea en centraldle.es.
- 8. Suponiendo que esta doctrina sea cierta, sería comprensible que se hubiera revelado antiguamente entre los judíos y también al hermano de Jared, puesto que era el mismo ser divino (Jesucristo preterrenal) quien guiaba a ambas naciones. De acuerdo con la profecía de Nefi, el Señor ha declarado: "Porque mando a todos los hombres, tanto en el este, como en el oeste, y en el norte, así como en el sur y en las islas del mar, que escriban las palabras que yo les hable" (2 Nefi 29:11). La suposición subyacente aquí es que el Señor dará las mismas enseñanzas fundamentales, o similares, a diferentes naciones, y que sus registros separados funcionarán de manera similar a testimonios corroborativos en un contexto religioso-legal. Véase Evidence Central, "Book of Mormon Evidence: Law of Witnesses", Evidence Central 0434, January 31, 2024, en línea en scripturecentral.org.