Evidencia #198 | Mayo 28, 2021

Justicia taliónica

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Scripture Central

Resumen

De acuerdo con la antigua ley y cultura israelitas, el Libro de Mormón expresa el principio taliónico de la justicia de diversas maneras, tanto explícitas como sutiles, poéticas y directas.

La justicia taliónica en la Biblia

En opinión del especialista en derecho John W. Welch, "es justo decir que ningún principio es más fundamental para el concepto de justicia en los tiempos bíblicos que el requisito de que el castigo debe corresponder, relacionarse o equilibrar de alguna manera la naturaleza del delito o la transgresión en sí"1. Este concepto legal, conocido como justicia taliónica, prevalecía en todos los antiguos sistemas legales del antiguo cercano Oriente2. Como explica Welch, "la justicia taliónica lograba un sentido de justicia poética, rectificación del desequilibrio, relación entre la naturaleza del mal y la creación del remedio, así como lo apropiado para determinar la medida o el grado de castigo"3.

Una expresión taliónica famosa en la Biblia puede verse en Levítico 24:17–21, que utiliza una forma literaria llamada quiasmo para enfatizar la naturaleza recíproca de la justicia:4

A

Asimismo el hombre que hiera de muerte a cualquier persona ciertamente morirá.

 

B

Y el que hiera a algún animal ha de restituirlo, animal por animal.

 

 

C

Y el que cause lesión a su prójimo, según hizo,

así le sea hecho:

 

 

 

D

rotura por rotura,

ojo por ojo,

diente por diente;

 

 

C

según la lesión que le haya hecho a otro,

tal se le hará a él.

 

B

El que hiera algún animal ha de restituirlo,

A

mas el que hiera de muerte a un hombre morirá.

En la ley bíblica, la justicia se aplicaba a través de la administración humana o divina en tres áreas o esferas: social, judicial y religiosa. Si bien la justicia taliónica era ciertamente un importante principio rector, es esencial reconocer que no todos los decretos legales, judiciales o divinos la pusieron en práctica, sencillamente porque en muchos casos estaba más allá de la capacidad humana llevarla a cabo. Además, la justicia de Dios tampoco es estrictamente "ojo por ojo", porque en muchos casos Él permite la misericordia, generalmente al otorgar más tiempo a las personas para corregir errores pasados. Sin embargo, las variaciones del principio taliónico son omnipresentes en expresiones bíblicas, narrativas y situaciones legales. 

Gehazi (Giezi). Imagen de jw.org. 

En algunos casos, los castigos eran idénticos a la propia ofensa. Por ejemplo, cuando Judá y Simeón atraparon a un rey cananeo llamado Adoni-bezec, "le cortaron los pulgares de las manos y de los pies" porque anteriormente había hecho lo mismo a 70 reyes (Jueces 1:6–7). En otras circunstancias, los castigos estaban estrechamente relacionados con el delito (o con el delito que se pretendía cometer), pero no eran exactamente similares. Esto se puede ver en el caso de Giezi, quien codiciosamente aceptó una recompensa monetaria por la curación de la lepra de Naamán, por lo cual Giezi fue contagiado de lepra (2 Reyes 5:27)5.

En la Ley Mosaica, la justicia taliónica era obligatoria para ciertos delitos (asesinato, falso testimonio y lesiones corporales), pero Dios a menudo tomaba cartas en el asunto (como en el caso de Giezi) para imponer castigos justos. "Así pues, mientras que las fórmulas taliónicas se encuentran principalmente en casos de justicia divina en el período bíblico", señaló Welch, "el principio taliónico también guio a los jueces en ciertos casos. Lo mismo ocurría en la ley y la sociedad del Libro de Mormón"6.

La justicia taliónica en el Libro de Mormón

Los profetas del Libro de Mormón expresaron el principio taliónico en muchas ocasiones y de diversas maneras. Algunas de sus declaraciones aluden a pasajes bíblicos. En una epístola a Ammorón, Moroni escribió: "[Os] seguiré hasta vuestra propia tierra, que es la tierra de nuestra primera herencia; sí, y será sangre por sangre, sí, vida por vida" (Alma 54:12). Esto parece reflejar la fórmula taliónica que se encuentra en Éxodo 21:23–25: "pagarás vida por vida".

Otras expresiones taliónicas en el Libro de Mormón son bastante originales, como se puede ver en el mensaje quiástico de Alma sobre la resurrección:

A

el significado de la palabra restauración

 

B

es volver de nuevo mal por mal, o carnal por carnal, o diabólico por diabólico;

 

 

C

a

bueno por lo que es bueno;

 

 

 

 

b

recto por lo que es recto,

 

 

 

 

 

c

justo por lo que es justo,

 

 

 

 

 

 

d

misericordioso por lo que es misericordioso.

 

 

C

 

 

 

d

Por tanto, hijo mío, procura ser misericordioso con tus hermanos;

 

 

 

 

 

c

trata con justicia,

 

 

 

 

b

juzga con rectitud,

 

 

 

a

y haz lo bueno sin cesar; y si haces todas estas cosas, entonces recibirás tu galardón;

 

 

C

 

 

 

d

sí, la misericordia te será restablecida de nuevo;

 

 

 

 

 

c

la justicia te será restaurada otra vez;  

 

 

 

 

b

se te restituirá un justo juicio nuevamente;

 

 

 

a

y se te recompensará de nuevo con lo bueno.

 

B

Porque lo que de ti salga, volverá otra vez a ti, y te será restituido; 

A

por tanto, la palabra restauración condena al pecador más plenamente, y en nada lo justifica. (Alma 41:13–15)

Al igual que el quiasmo en Levítico 24:17–21, las declaraciones de Alma enfatizan poéticamente la naturaleza recíproca de la justicia, ya sea para bien o para mal. Como explica Welch: "No hay mejor ilustración en el Libro de Mormón de la explicación de un profeta acerca de la naturaleza taliónica literal de la justicia de Dios que la admonición de Alma a su hijo Coriantón en Alma 41:13–15"7.

Corianton listening (Coriantón escuchando). Imagen vía churchofjesuschrist.org. 

Además de las declaraciones doctrinales, varias narraciones del Libro de Mormón, especialmente aquellas que involucran casos legales, ofrecen ejemplos conmovedores de justicia taliónica. Por ejemplo, Korihor era un crítico abierto de la iglesia de Cristo que, a través de sus palabras, buscaba activamente alejar a las personas de la verdad. Por estos crímenes, y por buscar una señal, "Korihor quedó mudo, según las palabras de Alma, de modo que ya no podía expresarse" (Alma 30:50). Welch afirmó: "La maldición de Korihor... corresponde a su crimen. Debido a que había hablado mal, fue castigado con la incapacidad de hablar"8.

Sin embargo, éste no es el único elemento taliónico de la historia. Durante su juicio, Korihor insistió en que Alma y los líderes de la iglesia de Cristo se estaban “hartando” con el trabajo de los pobres (Alma 30:27, 31). Sin embargo, después de ser maldecido, fue Korihor quien terminó yendo "de casa en casa, mendigando sus alimentos" (vv. 56, 58).

Además, Korihor acusó repetidamente a los líderes de la iglesia de Cristo de "subyugar" al pueblo bajo diversos tipos de esclavitud innecesaria que les habían sido "transmitidos" a través de sus tradiciones religiosas:

  • "¡Oh vosotros que estáis subyugados por una loca y vana esperanza!" (Alma 30:13)
  • "He aquí, estas cosas que llamáis profecías, que decís que las transmiten los santos profetas, he aquí, no son más que insensatas tradiciones de vuestros padres" (v. 14)
  • "[N]o enseño a este pueblo a subyugarse bajo las insensatas ordenanzas y prácticas establecidas por antiguos sacerdotes para usurpar poder y autoridad sobre ellos, para tenerlos en la ignorancia, a fin de que no levanten la cabeza, sino que se humillen de acuerdo con vuestras palabras" (v. 23)
  • "y los tenéis sometidos, como si fuera en el cautiverio, para saciaros del trabajo de sus manos" (v. 27)

Por el contrario, Alma afirmó que era Korihor quien, si no se controlaba, llevaría "muchas almas a la destrucción" (Alma 30:47). Parece apropiado que después de acusar falsamente a otros de llevar al pueblo a la esclavitud y de transmitir tradiciones religiosas opresivas, mientras él mismo conducía al pueblo a la destrucción espiritual, Korihor terminó siendo pisoteado por los inicuos zoramitas: "y mientras iba entre ellos, he aquí, lo atropellaron y lo pisotearon hasta que murió" (v. 59). La ironía de esta situación no parece haberse perdido en Mormón, quien inmediatamente comentó: "y así vemos que el diablo no amparará a sus hijos en el postrer día, sino que los arrastra aceleradamente al infierno" (v. 60).

Imagen de "All Things Denote There Is a God" (Todas las cosas denotan que hay un Dios) a través de Gospel Media Library, en línea en churchofjesuschrist.org. 

A diferencia de las declaraciones doctrinales manifiestas, los elementos taliónicos no siempre son evidentes en las narraciones del Libro de Mormón. A veces, solo una cuidadosa atención a los detalles, ayudada por un conocimiento de las antiguas costumbres legales, los revela tal y como son. En este caso, múltiples líneas de evidencia convergen para solidificar la naturaleza taliónica del destino de Korihor. Otros relatos, como el ministerio de Alma y Amulek en Ammoníah y el asesinato de Amalickíah por parte de Teáncum, se apoyan en conjuntos similares de datos convergentes. Para obtener una larga lista de pasajes taliónicos en el Libro de Mormón, acompañada de comentarios y explicaciones, consulte el Apéndice.

Conclusión

"En resumen", concluyó Welch, "el principio taliónico- que uno será o debe ser tratado como trata a los demás- se aplica en el Libro de Mormón siguiendo el mismo patrón que en el antiguo Israel"9. En algunos casos, las expresiones de justicia del Libro de Mormón interactúan claramente con las que se encuentran en la Biblia o se basan en ellas, pero incluso así, la redacción y la estructura específicas suelen ser distintas. Esto es especialmente cierto en los relatos (en particular los casos legales) donde el principio taliónico se transmite sutilmente por los resultados de los acontecimientos, en lugar de a través de expresiones formales.

La presencia generalizada de la justicia taliónica en el Libro de Mormón puede explicarse mejor como proveniente de autores que estaban íntimamente familiarizados con su uso en la Biblia, cuya cultura implementaba y enfatizaba el principio de forma habitual, y que tenían la formación literaria y las habilidades para articularlo de diversas maneras, tanto explícitas como sutiles, poéticas y directas. Estos criterios son consistentes con las propias afirmaciones del Libro de Mormón respecto a su autoría.

LECTURAS ADICIONALES

John W. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: Brigham Young University Press and the Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008), 107–138.

ESCRITURAS RELEVANTES

Biblia

Éxodo 21:23–25

Levítico 24:17–21

Salmo 7:15

Salmo 7:16

Salmo 9:15

Salmo 40:14

Salmo 63:9

Salmo 85:2

Proverbios 9:7

Proverbios 20:22

Proverbios 28:10

Eclesiastés 10:8

Isaías 3:9

Isaías 26:21

Isaías 49:26

1 Pedro 3:9

Apocalipsis 17:6

Libro de Mormón

1 Nefi 3:29

1 Nefi 4:13

1 Nefi 4:18

1 Nefi 7:14–15

1 Nefi 15:33—34

1 Nefi 17:48

1 Nefi 22:13

1 Nefi 22:14

2 Nefi 5:21

2 Nefi 6:17–18

2 Nefi 9:16

2 Nefi 9:30

2 Nefi 9:38

2 Nefi 28:30

Jacob 2:12–15

Jacob 2:15

Jacob 2:29

Jacob 3:9–10

Jacob 4:14

Jacob 7:20

Enós 1:10

Mosíah 2:33

Mosíah 4:16–18

Mosíah 4:22–23

Mosíah 17:13–14

Mosíah 17:20

Mosíah 17:18

Mosíah 19:20

Mosíah 27:19

Alma 36:10

Alma 2:1

Alma 1:18

Alma 2:31

Alma 3:18–19

Alma 3:26–27

Alma 4:19

Alma 5:41–42

Alma 7:21

Alma 8:16–17

Alma 12:6

Alma 12:11

Alma 12:17

Alma 13:30

Alma 14:4

Alma 14:14

Alma 14:17-18

Alma 14:22–23

Alma 14:8

Alma 14:8

Alma 14:21

Alma 14:22

Alma 14:27

Alma 16:9

Alma 19:22

Alma 19:22

Alma 29:5

Alma 30:10

Alma 30:47

Alma 30:47

Alma 30:50

Alma 30:56

Alma 30:58

Alma 30:59

Alma 30:60

Alma 36:9

Alma 40:26

Alma 41:4–5

Alma 41:13-15

Alma 42:19

Alma 42:27-28

Alma 43:37-38

Alma 44:7

Alma 49:23

Alma 51:33

Alma 51:34

Alma 52:1

Alma 54:13

Alma 54:16

Alma 54:18

Alma 61:11

Helamán 1:8

Helamán 2:9

Helamán 7:22

Helamán 12:18-19

Helamán 12:24

Helamán 13:7–8

Helamán 13:18-23

Helamán 13:31

Helamán13:33-36

Helamán 13:29

Helamán 14:20

Helamán 14:27

Helamán 14:29–31

3 Nefi 4:13–14

3 Nefi 4:29

3 Nefi 6:13

3 Nefi 9:5–8

3 Nefi 9:9–11

3 Nefi 18:29

Mormón 3:15

Mormón 4:5

Mormón 8:19

Moroni 9:14

Éter 12:27

Éter 12:37

Moroni 7:18

APÉNDICE

Tema

Escrituras clave

Explicación

Nefi gobernará sobre aquellos que lo golpeen con una vara

1 Nefi 3:29

Mientras los hermanos de Nefi lo golpeaban con una vara, un ángel vino y declaró: "¿Por qué golpeáis a vuestro hermano menor con una vara? ¿No sabéis que el Señor lo ha escogido para ser gobernante sobre vosotros, y esto a causa de vuestras iniquidades" (1 Nefi 3:29). Debido a que la vara se consideraba antiguamente como un símbolo de autoridad 10, la reprimenda del ángel puede considerarse irónicamente como un revés del castigo que los hermanos mayores de Nefi le estaban infligiendo. Él debía gobernarlos a ellos, no al revés.

El instrumento de la muerte de Labán coincidió con su deseo de riqueza

1 Nefi 4:9–10Labán "codició" (1 Nefi 3:25) la riqueza de Lehi, incluyendo su "oro" y objetos "preciosos" (v. 22). Labán fue asesinado por su propia espada, que tenía una empuñadura de "oro puro" y estaba hecha de "un acero finísimo" (1 Nefi 4:9). En opinión de Welch, "surge una ironía considerable en el hecho de que no solo Labán sería asesinado por su propia espada, después de haber amenazado y tratado de matar a Nefi y sus hermanos, sino que además la espada era extremadamente valiosa- el instrumento de la muerte de Labán- representaba así taliónicamente su codicia por el oro y las cosas preciosas como causa de su propia perdición". (John W. Welch, “Homicides in the Old Testament and the Book of Mormon”, Clark Memorandum (otoño de 2018): 29).

Labán pereció físicamente en lugar de que una nación pereciera espiritualmente

1 Nefi 4:13

Al convencer a Nefi de la justicia de matar a Labán, el Espíritu dijo: "Es mejor que muera un hombre a dejar que una nación degenere y perezca en la incredulidad" (1 Nefi 4:13; cf. Alma 30:47; Helamán 1:8). Dicho de otra manera, Labán merecía perecer físicamente porque sus acciones injustas habrían llevado a toda una nación a perecer espiritualmente11.

Nefi mató a Labán, quien "trató de quitarle" la vida a Nefi

1 Nefi 4:18

Labán acusó falsamente a Lamán de intentar robarle (1 Nefi 3:13) y luego intentó matar a Nefi y a sus hermanos sin motivo (v. 25). Acusar falsamente a alguien de un delito capital (en este caso, de ser un ladrón12) y luego intentar matarlo injustamente era en sí mismo un delito sancionado con la muerte13. Así, el asesinato de Labán por parte de Nefi (1 Nefi 4:18) revirtió efectivamente el castigo que Labán buscaba injustamente para Nefi y sus hermanos. Nefi invocó implícitamente el principio taliónico al señalar que Labán "había intentado quitar[le] la vida" (v. 11).

Perecerán los judíos que "procuraron quitarle la vida" a Lehi

1 Nefi 7:14–15

Al tratar de persuadir a sus hermanos y a los hijos de Ismael de no regresar a Jerusalén, Nefi mencionó que sus habitantes: "procuraron quitarle la vida a mi padre" (1 Nefi 7:14) y que los que regresaran "perece[rían] con ellos" (v. 15). Colocar su crimen de tratar de matar a Lehi inmediatamente antes de mencionar su castigo (perecer) implica una justificación taliónica detrás de la explicación de Nefi.

Aquellos cuyas obras han sido inmundas recibirán un lugar de inmundicia

1 Nefi 15:33—34

Al explicar la justicia de Dios a sus hermanos, Nefi mencionó que aquellos cuyas "obras han sido inmundicia... por fuerza ellos son inmundos" (1 Nefi 15:33) y que "un lugar de inmundicia" estaría preparado "para lo que es inmundo" (v. 34).

Los hermanos de Nefi querían arrojarlo al mar por compararlos con los egipcios ahogados

1 Nefi 17:48

Cuando discutía con sus hermanos sobre si podía construir un barco para cruzar el mar, Nefi se refirió a los israelitas que atravesaron el Mar Rojo en tierra seca, y también a los egipcios que "se ahogaron en el Mar Rojo" (1 Nefi 17:26–27). Inmediatamente después de su discurso, Nefi informó que Lamán y Lemuel "quisieron arrojar[lo] al fondo del mar" (v. 48). Esta acción probablemente tenía como objetivo, en parte, castigarlo por comparar a Lamán y Lemuel con los que se ahogaron en el mar. También puede haber parecido una respuesta adecuada a la afirmación de Nefi de que podía construir un barco y cruzar el mar.

Varias metáforas taliónicas describen cómo la iglesia grande y abominable se destruirá a sí misma

1 Nefi 22:13

Al describir el destino futuro de los inicuos, Nefi profetizó que "la sangre de esa grande y abominable iglesia, que es la ramera de toda la tierra, se volverá sobre su propia cabeza; porque guerrearán entre sí, y la espada de sus propias manos descenderá sobre su propia cabeza; y se emborracharán con su propia sangre" (1 Nefi 22:13; cf. Salmo 7:16; Isaías 49:26; Apocalipsis 17:6).

Aquellos que cavan una fosa caerán en ella

1 Nefi 22:14

Al describir el destino futuro de los inicuos, Nefi profetizó que "toda nación que luche contra ti, oh casa de Israel, se volverá la una contra la otra, y caerán en la fosa que cavaron para entrampar al pueblo del Señor" (1 Nefi 22:14; cf. Salmo 7:15; Salmo 9:15; Proverbios 28:10; Eclesiastés 10:8).

La oscuridad llega a aquellos con corazones de pedernal negro

2 Nefi 5:21

Con respecto a Lamán y Lemuel, Nefi mencionó que debido a que "habían endurecido sus corazones contra [el Señor], ... se habían vuelto como un pedernal … el Señor Dios hizo que los cubriese una piel de color obscuro" (2 Nefi 5:21). Por lo tanto, la piel negra (cualquiera que sea su naturaleza) se presenta como un castigo apropiado por tener el corazón como un pedernal.

Los inicuos serán alimentados con su propia carne y sangre

2 Nefi 6:17–18

En cuanto a Israel, el Señor declaró: "Yo contenderé con aquellos que contiendan contigo; y a los que te oprimen daré de comer su propia carne; y con su propia sangre serán embriagados como con vino dulce" (2 Nefi 6:17–18). Tales afirmaciones parecen comparar a quienes oprimen a Israel con bestias depredadoras, que en lugar de devorar al pueblo de Israel terminan comiéndose a sí mismos. Porque "Aun los cautivos le serán quitados al poderoso, y la presa del tirano será librada" (v. 17; énfasis agregado).

Los justos permanecerán justos y los inmundos permanecerán inmundos

2 Nefi 9:16

Jacob enseñó que después del juicio de Dios, "aquellos que son justos serán justos todavía, y los que son inmundos serán inmundos todavía" (2 Nefi 9:16). Por consiguiente, las personas heredan una condición final y un lugar de morada que es proporcional a su propio grado de rectitud o maldad.

Aquellos que ponen su corazón en las riquezas perecerán con las riquezas

2 Nefi 9:30

Jacob advirtió que aquellos cuyos "corazones están en sus tesoros" están en peligro espiritual, porque su "tesoro perecerá con ellos también" (2 Nefi 9:30). En este caso, el castigo (perecer) está poéticamente vinculado a la naturaleza efímera de las riquezas que las personas buscan pecaminosamente.

Aquellos que mueren en sus pecados, quedarán en sus pecados

2 Nefi 9:38

Jacob enseñó que "aquellos que mueren en sus pecados" "quedarán en sus pecados" después de su juicio (2 Nefi 9:38). En otras palabras, el delito (pecado) en sí mismo se convierte en un tipo de castigo que se inflige perpetuamente sobre el pecador.

Los que dicen que tienen suficiente perderán lo que tienen

2 Nefi 28:30

Nefi enseñó que "a los que digan: Tenemos bastante, les será quitado aun lo que tuvieren" (2 Nefi 28:30). En este caso, quitar lo que se posee es un castigo poético por el orgullo y el exceso de confianza en lo que se posee. 

Dios castigará con el polvo a aquellos que busquen tesoros en la tierra

Jacob 2:12–15

Después de que Jacob declaró que su pueblo había comenzado a "buscar oro, y plata, y toda clase de minerales preciosos" (Jacob 2:12) y se estaban enorgulleciendo de sus riquezas (v. 13), advirtió que Dios los "humillar[ía] hasta el polvo" (v. 15). Este castigo parece apropiado porque el delito fue el orgullo por las riquezas obtenidas de la tierra (a menudo poéticamente descrito como "polvo"14).

Dios puede traspasar las almas de los que traspasen las almas de los demás

Jacob 2:15

 

Al predicar a su pueblo, Jacob usó varias veces la palabra "traspasar" para describir cómo los hombres habían dañado los tiernos corazones de sus esposas e hijos. Dijo que tenían "puñales para traspasar sus almas y herir sus delicadas mentes" (Jacob 2:9) y que "han perecido muchos corazones, traspasados de profundas heridas" (v. 35). Con esto en mente, la advertencia de Jacob a su pueblo de que Dios "os mostrara que puede traspasaros" (v. 15) seguramente fue una consecuencia taliónica de sus pecados.

Dios maldecirá la tierra si las personas buscan con avidez riquezas de ella

Jacob 2:29

Jacob declaró que su pueblo había comenzado a "buscar oro, y plata, y toda clase de minerales preciosos que tan copiosamente abundan en esta tierra" (Jacob 2:12). En un cambio poético que involucraba la misma tierra que estaba enriqueciendo al pueblo, Jacob advirtió más tarde que "este pueblo guardará mis mandamientos ... o maldita sea la tierra por su causa" (v. 29; énfasis agregado)15

Los nefitas juzgan a los lamanitas injustamente

Jacob 3:9–10

Jacob les dijo a los nefitas que injuriar a los lamanitas debido a su inmundicia era pecaminoso porque su inmundicia "vino por causa de sus padres" (Jacob 3:9). En relación con este pecado, Jacob advirtió a continuación que los nefitas, a través de "vuestra inmundicia podéis llevar a vuestros hijos a la destrucción, y sus pecados serán acumulados sobre vuestra cabeza en el postrer día" (v. 10). Por lo tanto, Jacob advierte que los nefitas podrían ser castigados por los mismos crímenes que atribuyeron a los lamanitas, a quienes Dios trataría con misericordia debido a sus padres pecadores.

Los judíos recibían cosas que no podían entender porque las deseaban

Jacob 4:14

Al hablar de los judíos, Jacob enseñó que "procuraron cosas que no podían entender". Debido a esto, "Dios les ha quitado su claridad y les ha entregado muchas cosas que no pueden entender, porque así lo desearon" (Jacob 4:14). Si bien no es un revés, el castigo implica un tipo de ironía. Cuando los hijos de Dios desean algo pecaminoso, a veces concede ese deseo a su condenación, rindiendo el castigo como una recompensa adecuada por el delito.

Sherem murió por acusar falsamente a Jacob de delitos castigados con la muerte

Jacob 7:20

Sherem acusó a Jacob de tres delitos que serían castigados con la muerte según la ley mosaica: apostasía, blasfemia y falsa profecía (Jacob 7:7)16. Sin embargo, al final, fue Sherem quien fue asesinado por intervención divina (Jacob 7:20). De acuerdo con John W. Welch, "la muerte de Sherem, por lo tanto, se adaptó a sus crímenes y condiciones. El suyo es un caso clásico en el que la justicia taliónica y la retribución divina se aplicaron adecuadamente bajo la antigua ley israelita"17.

Las transgresiones nefitas caerán sobre sus propias cabezas

Enós 1:10

Al hablar con Enós, el Señor declaró con respecto a los nefitas que "sus transgresiones haré bajar con dolor sobre su propia cabeza" (Enós 1:10). Aunque es más vaga que otras interpretaciones de esta idea, todavía da la impresión de que las transgresiones (presumiblemente ofensas hacia otros, tal vez los lamanitas) se revertirían para que cayeran sobre sus propias cabezas.

Aquellos que a sabiendas pecan beben condenación para sus propias almas

Mosíah 2:33

El rey Benjamín enseñó que el inicuo que peca "contra su propio conocimiento" beberá "condenación para su propia alma" (Mosíah 2:33; cf. Mosíah 3:22, 25; 3 Nefi 18:29). Aquí, la propiedad del castigo parece estar relacionada con la propiedad del conocimiento entre el bien y el mal (y luego elegir el mal a sabiendas).

Los que dejan perecer a los mendigos, perecerán

Mosíah 4:16–18

En cuanto al mendigo y a cualquier persona necesitada, el rey Benjamín advirtió contra aquellos que "lo hacen perecer" (Mosíah 4:16) y luego justifican su negligencia diciendo: "El hombre ha traído sobre sí su miseria" (v. 17). En un cambio irónico, los que hacen esto traerán sobre sí el mismo castigo (espiritualmente hablando), porque "a menos que se arrepienta ... perece para siempre" (v. 18).

Aquellos que condenen a los mendigos y les retengan los bienes para que perezcan serán condenados y perecerán ellos mismos

Mosíah 4:22–23

El rey Benjamín enseñó que "si juzgáis al hombre que os pide de vuestros bienes para no perecer, y lo condenáis, cuánto más justa será vuestra condenación por haberle negado vuestros bienes, los cuales no os pertenecen a vosotros sino a Dios, a quien también vuestra vida pertenece; y con todo, ninguna petición hacéis, ni os arrepentís de lo que habéis hecho. Os digo: ¡Ay de tal hombre, porque sus bienes perecerán con él " (Mosíah 4:22). Este pasaje contiene las mismas imágenes sobre un hombre que perece con sus bienes o riquezas como en 2 Nefi 9:30. Sin embargo, también establece un contraste, en el que la relación del pobre con el rico es análoga en varios aspectos a la relación del rico con Dios. Al final, el hombre rico es condenado y perecerá precisamente porque condenó al pobre hombre que estaba en peligro de morir, mostrando una relación uno a uno entre el delito y el castigo.

Abinadí sufrió la muerte por fuego después de comparar a Noé con un vestido en un horno ardiente

Mosíah 17:13–14

Mosíah 17:20

Abinadí profetizó que "la vida del rey Noé se estimará igual que un vestido en un horno ardiente" (Mosíah 12:3). Después de su juicio, Abinadí "padeció la muerte por fuego" a manos del rey Noé y sus sacerdotes (Mosíah 17:13–14, 20). De acuerdo con John W. Welch, "parece que los sacerdotes de Noé diseñaron un modo de ejecución sin precedentes solo para Abinadí que reflejaba el mal que Abinadí había dicho que le ocurriría, y de hecho le sucedió al rey Noé"18.

Abinadí profetizó que los que lo castigaran con fuego, recibirían el mismo castigo

Mosíah 17:18

Justo antes de padecer la muerte por fuego, Abinadí profetizó al rey Noé y a sus sacerdotes que "padeceréis, así como yo padezco, los dolores de la muerte por fuego" (Mosíah 17:18). Así, predijo que lo mismo que le hicieron injustamente los verdugos de Abinadí les sucedería a ellos.

El rey Noé sufre la muerte por fuego, tal como castigó a Abinadí con fuego

Mosíah 19:20

Después de que el rey Noé llevó a los hombres de su pueblo a dejar a sus esposas e hijos para ser capturados por los lamanitas, "se enojaron con el rey, e hicieron que padeciera, aun hasta la muerte por fuego" (Mosíah 19:20). Este castigo es directamente recíproco al destino de Abinadí y parece cumplir, al menos en parte, la profecía de Abinadí en Mosíah 17:18.

Después de extraviar a las personas con sus palabras, Alma se quedó mudo

Mosíah 27:19

Alma 36:10

Alma hijo se presenta en el texto como "un hombre de muchas palabras" que "lisonjeó mucho al pueblo; por lo que indujo a muchos de los del pueblo a que imitaran sus iniquidades" (Mosíah 27:8). Debido a la oración de los justos, un ángel se le apareció a Alma y lo reprendió por sus pecados. Después, Alma "quedó mudo, de modo que no pudo abrir la boca" (Mosíah 27:19; cf. Alma 36:10). Su mudez parece corresponder a su delito de adular al pueblo con la iniquidad de sus palabras.

Nehor fue ejecutado por asesinar a Gedeón

Alma 2:1

Nehor trató de establecer el sacerdocio entre el pueblo, lo que Alma dijo "resultaría en su entera destrucción" (Alma 1:12). Además, Nehor trató de "imponerla por la espada" (v. 12) y había "derramado la sangre de un hombre justo" (v. 13). Por estos crímenes, fue "condena[do] a morir, conforme a la ley " (v. 14) y "padeció una muerte ignominiosa" (v. 15; cf. Alma 2:1) en la cima del cerro Manti. La naturaleza pública de la ejecución de Nehor refleja la naturaleza pública de su apostasía. Y su muerte misma corresponde a su asesinato de un hombre inocente y de tratar de llevar al pueblo a perecer espiritualmente19.

El asesinato se castiga con la muerte

Alma 1:18

Después de la ejecución de Nehor, el castigo taliónico por asesinato se articula de la siguiente manera: "porque el asesino era castigado con la pena de muerte" (Alma 1:18); cf. Alma 30:10; Alma 42:19).

Amlici, un seguidor de Nehor, fue asesinado con la espada

Alma 2:31

Amlici se presenta en el texto como "siendo de la orden del hombre que asesinó a Gedeón con la espada, y que fue ejecutado según la ley" (Alma 2:1; cf. v. 20). Después de provocar una rebelión y unir fuerzas con los lamanitas, Amlici luchó con Alma "cara a cara con la espada;" (v. 29), pero Alma prevaleció y "a tal grado fue fortalecido, que mató a Amlici con la espada" (v. 31). Es posible que la "espada" se mencione repetidamente en estos pasajes para enfatizar la naturaleza poética de la muerte de Amlici. Aquellos como Amlici que siguieron el ejemplo de Nehor y trataron de imponer su filosofía corrupta por medio de la espada, morirían a su vez por la espada.

Los amlicitas trajeron sobre sí mismos la maldición

Alma 3:18–19

Después de que los amlicitas apostataran de los nefitas, "empezaron a marcarse la frente" como una señal de rebelión (Alma 3:18). Sin embargo, al hacerlo, "no sabían que estaban cumpliendo las palabras de Dios" (v. 18) y que "trajeron sobre sí mismos la maldición; y de igual manera todo hombre que es maldecido trae sobre sí su propia condenación" (v. 19). Así, por sus propias manos, se marcaron a sí mismos como merecedores del juicio divino que recibirían. Heredarían la maldición sobre Lamán y Lemuel y serían "separados de la presencia del Señor" (2 Nefi 5:20), así como voluntariamente se separaron del pueblo del convenio del Señor.

Somos recompensados por aquel a quien obedecemos

Alma 3:26–27

En su resumen de la rebelión de los amlicitas y las guerras que siguieron, Mormón concluyó que el pueblo "recibir[ian] felicidad eterna o miseria eterna, de acuerdo con el espíritu que quisieron obedecer, ya fuese un espíritu bueno, ya malo. Pues todo hombre recibe su salario de aquel a quien quiere obedecer" (Alma 3:26–27).

Alma se propuso a "abatir" a los envanecidos en orgullo

Alma 4:19

Durante un tiempo de iniquidad, cuando incluso muchos entre la Iglesia de Cristo empezaron a "ensalzarse en el orgullo de sus ojos" (Alma 4:6, 8), Alma se dispuso a "abatir, por medio de la palabra de Dios, todo el orgullo y las artimañas, y todas las contenciones que había entre su pueblo" (v. 19). Por lo tanto, las consecuencias de sus acciones estaban destinadas a revertir directamente los delitos señalados.

Aquellos que siguen al diablo reciben su salario

Alma 5:41–42

Alma enseñó que "si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, este se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue. Y el que hace esto tendrá que recibir de él su salario; por consiguiente, recibe como su salario la muerte, en cuanto a las cosas que pertenecen a la rectitud, ya que está muerto a toda buena obra" (Alma 5:41–42).

Los inmundos permanecerán en la inmundicia

Alma 7:21

Alma enseñó "que el que sea inmundo permanecerá en su inmundicia" (Alma 7:21), donde el castigo es una imagen especular del crimen.

Las personas de Ammoníah fueron destruidas por tratar de destruir la libertad de los nefitas

Alma 8:16–17

En cuanto al pueblo de Ammoníah, un ángel le dijo a Alma que "el Señor Dios los destruirá. Pues he aquí, ahora mismo están proyectando destruir la libertad de tu pueblo" (Alma 8:16–17). Recibirían destrucción por buscar la destrucción.

Alma y Amulek atados con cuerdas después de la advertencia de ser atados por el diablo

Alma 12:6

Alma 12:11

Alma 12:17

Alma 13:30

Alma 14:4

Alma 14:14

Alma 14:17-18

Alma 14:22–23

Alma advirtió repetidamente al pueblo de Ammoníah de ser cautivo del diablo, o atado por sus cadenas o las cadenas del infierno (véase Alma 12:6, 11, 17; 13:30). Como castigo, los gobernantes de Ammoníah tomaron a Alma y a Amulek "y los ataron con fuertes cuerdas" (Alma 14:4; cf. v. 14, 22–23). Más tarde, Alma y Amulek fueron "echados en la cárcel" (vv. 17–18). Este castigo refleja el mensaje de Alma y Amulek de que los inicuos serían cautivos del diablo. Una prueba de la importancia simbólica de estas ligaduras se puede ver en la declaración del juez superior: "Si tenéis el poder de Dios, libraos de estas ligaduras, y entonces creeremos que el Señor destruirá a este pueblo según vuestras palabras" (v. 24).

Mujeres y niños quemados por el fuego después de que Alma advirtiera sobre los fuegos del infierno

Alma 14:8

En cuanto a los malvados, Alma enseñó al pueblo de Ammoníah que "sus tormentos serán como un lago de fuego y azufre, cuya llama asciende para siempre jamás" (Alma 12:17). Más tarde, los gobernantes de Ammoníah hicieron que "todo aquel que creía, o al que se le había enseñado a creer en la palabra de Dios... [fueran] arrojados al fuego" (Alma 14:8). Estos creyentes fueron identificados específicamente como esposas e hijos (sus esposos habían sido expulsados y apedreados). El juez principal preguntó entonces: "¿predicaréis otra vez a los de este pueblo que serán arrojados en un lago de fuego y azufre?" (v. 14). "Así, la quema de mujeres y niños", explica John W. Welch, "fue una forma perversa de castigo taliónico, diseñado para reflejar las mismas palabras pronunciadas por Alma y Amulek"20.

Las Escrituras son quemadas después de que Alma enseñara que la Palabra de Dios sería arrebatada a los inicuos

Alma 14:8

Alma enseñó que a los que "endurecen sus corazones les es dada la menor porción de la palabra, hasta que nada saben concerniente a [los] misterios [de Dios]" (Alma 12:11). Más tarde, los gobernantes de Ammoníah reunieron los registros bíblicos que apoyaban el mensaje de Alma y Amulek y "los arrojaron también al fuego para ser quemados y destruidos por fuego" (Alma 14:8). Esta acción puede haber sido pensada como una forma de retribución por la afirmación de Alma de que aquellos con corazones duros serán privados de la palabra de Dios.

Después de la advertencia del infierno, Alma y Amulek fueron tratados como si estuvieran en el Infierno

Alma 14:21

Alma enseñó al pueblo de Ammoníah que aquellos que son inicuos "segarán la condenación de sus almas" (Alma 9:28). También advirtió de ser atado como cautivo en el infierno (véase Alma 12:11 y 13:30). Durante el encarcelamiento de Alma y Amulek, los gobernantes de Ammoníah abusaron de ellos "crujiendo los dientes, y escupiendo sobre ellos, y diciendo: ¿Cómo nos veremos cuando seamos condenados?" (Alma 14:21). Este castigo parece destinado a reflejar las condiciones del infierno y la condenación sobre las que Alma había advertido.

Después de enseñar sobre las vestiduras sagradas, les quitaron la ropa a Alma y Amulek

Alma 14:22

Alma enseñó al pueblo de Ammoníah que "los vestidos" de los justos serían "blanqueados mediante la sangre del Cordero" (Alma 13:11) y que "después de haber sido santificados por el Espíritu Santo, habiendo sido blanqueados sus vestidos, encontrándose puros y sin mancha ante Dios", "no podían ver el pecado sino con repugnancia" (v. 12). A la inversa de esta imagen, cuando los gobernantes de Ammoníah encarcelaron a Alma y Amulek, "también les quitaron la ropa para que estuvieran desnudos" (Alma 14:22). Este castigo puede haber tenido la intención de quitar simbólicamente (o incluso literalmente) las vestiduras sagradas con las que Alma dijo que los justos serían vestidos.

Los muros de la prisión caen sobre los que encarcelaron injustamente a Alma y Amulek

Alma 14:27

Después de un terremoto divinamente forjado, los gobernantes de Ammoníah fueron asesinados por los mismos muros de la prisión que habían utilizado para confinar injustamente a Alma y Amulek (Alma 14:27).

Después de matar o expulsar a ciudadanos justos, Ammoníah fue completamente destruida

Alma 16:9

Amulek advirtió que si el pueblo inicuo de Ammoníah "desech[aba] a los justos de entre vosotros", serían destruidos. Más tarde, los gobernantes inicuos expulsaron a todos los hombres que creían en Alma y Amulek, y luego quemaron a sus esposas e hijos hasta la muerte (Alma 14:7–10). Los gobernantes de Ammoníah pueden haber visto este castigo como un tipo de ḥerem, que bajo la ley mosaica estaba destinado a eliminar algo impuro o sucio de una comunidad recta, a veces destruyendo completamente lo impuro. Como lo explicó John W. Welch: "En un giro taliónico del destino, una forma más fuerte de ḥerem pronto regresó a Ammoníah cuando los ejércitos lamanitas la atacaron: ‘sí, toda alma viviente de los ammoniahitas había sido destruida’ (Alma 16:9), cumpliendo la profecía de Alma de que los ammoniahitas sufrirían ‘destrucción completa’ (9:18)"21.

Un lamanita busca asesinar a Ammón por asesinar a su hermano

Alma 19:22

Cuando Ammón y la familia del rey Lamoni estaban todos bajo la influencia del Espíritu, el pueblo se reunió para presenciar la escena. Entonces "uno de ellos, cuyo hermano había caído por la espada de Ammón, enojado en extremo con este, sacó su espada y avanzó para dejarla caer sobre Ammón" (Alma 19:22). La descripción evoca imágenes taliónicas, donde la intención del hombre de matar a Ammón con la espada está directamente relacionada con el hecho de que Ammón matara a su hermano con la espada.  

Un lamanita cae muerto por intentar asesinar a Ammón

Alma 19:22

En el mismo acto de tratar de matar a Ammón con una espada, un hombre fue asesinado por intervención divina: "al levantar la espada para herirlo, he aquí, cayó muerto" (Alma 19:22). Por lo tanto, su castigo fue equivalente a su delito, con su vida siendo tomada en el mismo acto de tratar de quitar una vida.

Los deseos determinan los castigos

Alma 29:5

Alma enseñó que "el que conoce el bien y el mal, a este le es dado según sus deseos, sea que desee el bien o el mal, la vida o la muerte, el gozo o el remordimiento de conciencia" (Alma 29:5). Si bien los diferentes resultados están asociados con deseos buenos o malos, el punto de Alma es que las recompensas/castigos están directamente relacionados con los deseos mismos. En los casos de malos deseos, el castigo se corresponde directamente con el delito mismo.

El asesinato se castiga con la muerte

Alma 30:10

En una articulación de la ley nefita, Mormón señaló que si un hombre "asesinaba, era castigado con la pena de muerte; y si robaba, también se le castigaba; y si hurtaba, también era castigado; y si cometía adulterio, era también castigado; sí, por todas estas iniquidades se le castigaba" (Alma 30:10; cf. Alma 1:18; Alma 42:19). Curiosamente, el único delito por el que se castiga es el asesinato, y el castigo es recíproco al delito en sí.

El alma de Korihor sería destruida por intentar destruir almas

Alma 30:47

Al debatir con Korihor, Alma declaró: "estoy afligido por causa de la dureza de tu corazón, sí, que aún quieras resistir al espíritu de la verdad, para que sea destruida tu alma. Mas he aquí, mejor es que tu alma se pierda a que seas el medio de llevar a muchas almas a la destrucción" (Alma 30:46-47); cf. 1 Nefi 4:13; Helamán 1:8). La implicación taliónica es que la destrucción del alma es un castigo adecuado por intentar destruir muchas almas.

Korihor es condenado con la mudez por uso injusto de la palabra

Alma 30:47

Alma 30:50

Por tratar de llevar a la gente a la apostasía, "Korihor quedó mudo, de modo que ya no podía expresarse" (Alma 30:50). Como explicación de este castigo divino, Alma declaró anteriormente que "nunca más abras la boca para engañar otra vez a los de este pueblo" (v. 47). Como señaló John W. Welch: "El castigo de Korihor proporciona otro buen ejemplo de justicia taliónica ejecutada divinamente: su maldición corresponde con su crimen. Debido a que había hablado mal, fue castigado con la incapacidad de hablar"22.

Korihor ruega por comida después de acusar a otros de "saciarse" de los pobres

Alma 30:56

Alma 30:58

Korihor acusó dos veces a los líderes de la iglesia de Cristo de "saciarse" con el trabajo de los pobres (Alma 30:27, 31). En un irónico cambio, el propio Korihor terminó yendo "de casa en casa, mendigando sus alimentos" después de ser maldecido (vv. 56, 58). Por consiguiente, un resultado de su castigo se correlacionó directamente con su falsa acusación.

Korihor fue pisoteado después de acusar a otros de subyugar personas

Alma 30:59

Alma 30:60

Korihor acusó repetidamente a los líderes de la iglesia de Cristo de "subyugar" al pueblo bajo diversos tipos de esclavitud innecesaria que les habían sido "transmitidos" a través de sus tradiciones religiosas:

 

  • "¡Oh vosotros que estáis subyugados por una loca y vana esperanza!" (Alma 30:13)
  • "He aquí, estas cosas que llamáis profecías, que decís que las transmiten los santos profetas, he aquí, no son más que insensatas tradiciones de vuestros padres" (v. 14)
  • "[N]o enseño las insensatas tradiciones de vuestros padres, y porque no enseño a este pueblo a subyugarse bajo las insensatas ordenanzas y prácticas establecidas por antiguos sacerdotes para usurpar poder y autoridad sobre ellos, para tenerlos en la ignorancia, a fin de que no levanten la cabeza, sino que se humillen de acuerdo con vuestras palabras" (v. 23)
  • "los tenéis sometidos, como si fuera en el cautiverio, para saciaros del trabajo de sus manos" (v. 27)

 

Alma parece haber reconocido la ironía de estas declaraciones, afirmando que era Korihor quien, si no se controlaba, llevaría "muchas almas a la destrucción" (v. 47). Parece apropiado que después de acusar falsamente a otros de llevar al pueblo a la esclavitud y de transmitir tradiciones religiosas opresivas, mientras él mismo conducía al pueblo a la destrucción espiritual, Korihor terminó siendo pisoteado por los inicuos zoramitas: "mientras iba entre ellos, he aquí, lo atropellaron y lo pisotearon hasta que murió" (v. 59). La ironía de esta situación no parece haber pasado desapercibida para Mormón, quien comentó: "y así vemos el fin de aquel que pervierte las vías del Señor; y así vemos que el diablo no amparará a sus hijos en el postrer día, sino que los arrastra aceleradamente al infierno" (v. 60). En este caso, múltiples detalles textuales de los que se informa contribuyen a enfatizar la naturaleza taliónica del destino de Korihor. 

Alma estaba en peligro de destrucción por tratar de destruir la iglesia de Dios

Alma 36:9

Al relatar su experiencia de conversión a Helamán, Alma explicó que un ángel advirtió: "A menos que tú, por ti mismo, quieras ser destruido, no trates más de destruir la iglesia de Dios" (Alma 36:9). Iluminando la naturaleza taliónica de tal castigo, Alma señaló más tarde que había "asesinado a muchos de [los] hijos [de Dios], o más bien, los había conducido a la destrucción" (v. 14). Su castigo, si persistía en sus pecados, se correlacionaría directamente con su delito.

Los inicuos participan de los frutos de sus labores

Alma 40:26

Alma enseñó a Coriantón que los inicuos están "consignados a participar de los frutos de sus labores o sus obras" (Alma 40:26).

El mal será restaurado por el mal

Alma 41:4–5

En cuanto a los inicuos, Alma enseñó a Coriantón que "si sus obras son malas, les serán restituidas para mal" (Alma 41:4). En el siguiente versículo, Alma extiende el principio taliónico también a los malos deseos: "uno levantado a la dicha, de acuerdo con sus deseos de felicidad, o a lo bueno, según sus deseos del bien; y el otro al mal, según sus deseos de maldad" (Alma 41:4–5; Proverbios 20:22; 1 Pedro 3:9).

El quiasmo de Alma describe la justicia divina

Alma 41:13-15

Similar a Levítico 24:17–21, las declaraciones en Alma 41:13–15 forman una estructura quiástica que enfatiza poéticamente la naturaleza recíproca de la justicia de Dios. Alma explicó el principio de la "restauración" en la otra vida estableciendo primero cuatro términos emparejados que luego repitió en orden inverso dos veces. Como lo expresó sucintamente John W. Welch, "Alma escribe una lista de pares y luego un par de listas"23. En la lista de pares, la primera aparición de buenorecto , justo y misericordioso describe una recompensa que se combina con una condición que debe cumplirse en la segunda aparición de buenorectojustomisericordioso. Este orden se invierte en la lista de pares: la primera lista insta a Coriantón a ser misericordiosojustorectobueno, mientras que la segunda lista promete que si hace estas cosas, será recompensado con misericordiajusticiarectitudbondad. Welch concluyó: "No hay mejor ilustración en el Libro de Mormón de la explicación de un profeta acerca de la naturaleza taliónica literal de la justicia de Dios que la admonición de Alma a su hijo Coriantón en Alma 41:13–15"24.

El asesinato se castiga con la muerte

Alma 42:19

Al aconsejar a su hijo Coriantón, Alma articuló la consecuencia taliónica del asesinato bajo la ley nefita: "Ahora bien, de no haberse dado una ley de que el hombre que asesina debe morir, ¿tendría miedo de morir si matase?" (Alma 42:19; cf. Alma 1:18; Alma 30:10).

El mal será devuelto a los que tienen malos deseos

Alma 42:27-28

En otra variación del principio taliónico, Alma enseñó a Coriantón: "en el postrer día le será restaurado según sus hechos. Si ha deseado hacer lo malo, y no se ha arrepentido durante sus días, he aquí, lo malo le será devuelto, según la restauración de Dios" (Alma 42:27–28).

Ironía en la vestimenta

Alma 43:37-38

Después de que los zoramitas desertaron de los nefitas, se unieron a los lamanitas y atacaron a los nefitas. Sin embargo, los zoramitas perdieron la batalla, en parte, porque los nefitas tenían armadura, mientras que los zoramitas y los lamanitas (que en su mayoría estaban desnudos) no la tenían (Alma 43:20–21; 37–38; 44:9, 18). Es digno de mención que esta disparidad en la vestimenta jugó un factor importante en la derrota lamanita/zoramita, ya que un pecado importante entre los zoramitas fue el orgullo que sentían por su fina vestimenta25.

Destrucción, dominación y cautiverio para los lamanitas en lugar de los nefitas

Alma 44:7

En Alma 43:29, los lectores aprenden que "Moroni conocía la intención de los lamanitas, que era destruir a sus hermanos, o dominarlos y llevarlos al cautiverio" (cf. vv. 7-8). Moroni mencionó más tarde cada uno de estos conceptos, en secuencia, como consecuencias que vendrían sobre los lamanitas si no desistieran en sus esfuerzos: "Y si no hacéis esto, he aquí, estáis en nuestras manos, y mandaré a mis hombres que caigan sobre vosotros e inflijan en vuestros cuerpos las heridas de muerte, de modo que seáis exterminados; y entonces veremos quién tendrá poder sobre este pueblo; sí, veremos quiénes serán llevados al cautiverio" (Alma 44:7).

Los lamanitas son vencidos y asesinados después de tratar de dominar y matar a los nefitas

Alma 49:23

Habiendo adoptado la manera en que los nefitas se protegían con armaduras, los lamanitas pensaron que podían "dominar y suejtar" a los nefitas "bajo el yugo del cautiverio, o los matarían y los masacrarían a su gusto" (Alma 49:7). Sin embargo, las innovadoras fortificaciones de Moroni hicieron que los nefitas "dominaron en todo a sus enemigos; y así intentaron los lamanitas destruir a los nefitas hasta que fueron muertos todos sus capitanes en jefe; sí, y murieron más de mil lamanitas, mientras que, por otra parte, no fue muerta ni una sola alma de los nefitas" (v. 23). Así, las mismas cosas que los lamanitas planeaban hacer a los nefitas terminaron sucediéndoles a ellos. John W. Welch señaló que "esta derrota en Ammoníah y Noé fue una especie de justicia poética para  los  lamanitas,  que  lucharon  hasta que todos sus capitanes en jefe habían caído"26.

La muerte de Amalickíah refleja sus asesinatos

Alma 51:33

Alma 51:34

Alma 52:1

Antes de lograr el control completo de los ejércitos lamanitas, Amalickíah asesinó a dos líderes lamanitas. Como parte de su esfuerzo por tomar el control del ejército de Lehonti, participó en negociaciones secretas "al llegar la noche" (Alma 47:10), se unió al ejército de Lehonti y luego se volvió contra su antiguo ejército "de modo que antes de despertar, al romper el día, estaban rodeados por los ejércitos de Lehonti" (v. 14). Después de asesinar a Lehonti, Amalickíah luego "apuñaló al rey [de los lamanitas] en el corazón" (v. 24) y culpó a los siervos del rey.

 

Con este contexto, las circunstancias de la propia muerte de Amalickíah adquieren un significado taliónico. Así como Amalickíah engañó a Lehonti por la noche, "Teáncum... sali[ó] furtivamente de noche, y entr[ó] en el campamento de Amalickíah" (Alma 51:33). Así como Amalickíah había apuñalado al rey lamanita en el corazón, Teáncum "le hincó una jabalina en el corazón" (v. 34). Y así como el ejército de Amalickíah se despertó alarmado por su engaño y fueron rodeados por los hombres de Lehonti, "despertaron los lamanitas en la primera mañana del primer mes" para descubrir que "Amalickíah yacía muerto en su propia tienda; y vieron también que Teáncum estaba listo para combatirlos ese día" (Alma 52:1). En efecto, las circunstancias del propio asesinato de Amalickíah se desarrollaron de manera similar a los asesinatos que infligió a otros.

Moroni promete vida por vida

Alma 54:12

En una epístola a Ammorón, Moroni escribió: "os seguiré hasta vuestra propia tierra, que es la tierra de nuestra primera herencia; sí, y será sangre por sangre, sí, vida por vida; y os acometeré hasta que seáis destruidos de sobre la faz de la tierra" (Alma 54:12). Estas declaraciones hacen eco de la fórmula taliónica que se encuentra en Éxodo 21:23–25: "si hay otros daños, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe"

Moroni buscará destruir a aquellos que buscan destruir a los nefitas

Alma 54:13

En una epístola a Ammorón, Moroni escribió: "Mas he aquí, si intentáis de nuevo destruirnos, nosotros procuraremos destruiros a vosotros" (Alma 54:13; Salmo 40:14; Salmo 63:9). Esta breve declaración taliónica también es quiástica, enfatizando la naturaleza recíproca de la justicia.

Ammorón quiere venganza de sangre por asesinato

Alma 54:16

En una epístola a Moroni, Ammorón declaró: "soy hermano de Amalickíah, a quien habéis asesinado. He aquí, vengaré su sangre sobre vosotros" (Alma 54:16). Esto invoca la ley constante entre los nefitas de que los asesinos deben ser condenados a muerte.

Ammorón busca el desarme mutuo

Alma 54:18

En una epístola a Moroni, Ammorón declaró: "Mas he aquí, si entregáis vuestras armas, y os sujetáis a que os gobiernen aquellos a quienes legítimamente pertenece el gobierno, entonces haré que mi pueblo abandone sus armas y deje de estar en guerra" (Alma 54:18). La petición de desarme mutuo de Ammorón parece ser una estrategia retórica para presentar sus intenciones de la manera más justa y equitativa posible.

Pahorán justifica el derramamiento de sangre de aquellos que buscan destruir a su pueblo

Alma 61:11

En una epístola a Moroni, Pahorán declaró: "No verteríamos la sangre de nuestros hermanos, si no se alzaran en rebeldía y tomaran la espada contra nosotros" (Alma 61:11). Aunque es más vaga que otras iteraciones de la justicia taliónica, esta declaración enfatiza la justicia de los nefitas que derraman la sangre de cualquier lamanita que busque derramar su propia sangre con la espada.

Tras tratar destruir la libertad, Paanqui fue condenado a muerte

Helamán 1:8

Cuando estaba a punto de incitar una rebelión, a Paanqui "lo apresaron y lo juzgaron según la voz del pueblo, y fue condenado a muerte, porque se había rebelado y había intentado destruir la libertad del pueblo" (Helamán 1:8). Esta justificación taliónica es similar al razonamiento que subyace tras la muerte de Labán y la maldición que cayó sobre Korihor (véase 1 Nefi 4:13; Alma 30:47).

Kishkumen fue asesinado mientras intentaba asesinar al juez superior

Helamán 2:9

Después de que Paanqui fue sentenciado a muerte, uno de sus seguidores llamado Kishkumen fue enviado en secreto "al asiento judicial de Pahorán, el cual asesinó a Pahorán mientras ocupaba el asiento judicial" (Helamán 1:9). Más tarde, cuando Kishkumen fue enviado a asesinar a Helamán en el asiento judicial, el siervo de Helamán "apuñaló a Kishkumen en el corazón" (Helamán 2:9). Así, en un giro del destino taliónico, el propio asesino fue asesinado cuando se dirigía a realizar un asesinato.

Las ciudades serán tomadas cuando el pueblo ponga su corazón en las riquezas

Helamán 7:22

Nefi profetizó a su pueblo "[p]orque si no os arrepentís, he aquí, esta gran ciudad, y también todas esas grandes ciudades que están alrededor ... serán quitadas de modo que no habrá lugar en ellas" (Helamán 7:22). Este castigo parece estar directamente relacionado con el pecado del pueblo de buscar "obtener lucro, para ser alabados por los hombres, sí, y para adquirir oro y plata. Y habéis puesto vuestros corazones en las riquezas y en las cosas vanas de este mundo" (v. 21). En otras palabras, sus tierras, que eran un símbolo de sus posesiones mundanas, serían arrebatadas porque pusieron sus corazones en ellas.

Los tesoros se pierden para quien los esconden

Helamán 12:18-19

En su comentario sobre la iniquidad nefita, Mormón explicó: "si un hombre oculta un tesoro en la tierra … el Señor dijere: Maldito seas para que nadie te encuentre desde hoy para siempre jamás, he aquí, nadie lo obtiene desde entonces para siempre jamás" (Helamán 12:18-19). Este castigo implica un tipo de justicia poética. En lugar de ocultarse a los demás, los tesoros se perderían para las mismas personas que los escondieron para su protección y custodia.  

Gracia por gracia

Helamán 12:24

Mormón declaró: "Y Dios conceda, en su gran plenitud, que los hombres sean llevados al arrepentimiento y las buenas obras, para que les sea restaurada gracia por gracia, según sus obras" (Helamán 12:24; Juan 1:16). Esta iteración de la justicia taliónica enfatiza el aspecto positivo de las recompensas recíprocas. En lugar de un castigo apropiado para un delito (como en Alma 54:12; Éxodo 21:23–25), la gracia se da como una bendición por mostrar gracia.

Dios quita Su palabra si las personas se niegan a obedecerla

Helamán 13:7–8

A los nefitas, Samuel el lamanita declaró: "He aquí, yo, Samuel, un lamanita, declaro las palabras del Señor que él pone en mi corazón" (Helamán 13:5). Y, sin embargo, más tarde señaló que el pueblo "no quis[o] recibir[lo]" (v. 7). En respuesta a este pecado, el Señor declaró: "A menos que se arrepientan, les quitaré mi palabra" (v. 8). El castigo (Dios quita su palabra) corresponde así con el delito (el pueblo que rechaza la palabra de Dios).

Los tesoros se pierden para quien los esconden

 Helamán 13:18-23

Helamán 13:31

Helamán13:33-36

El Señor declaró: "quienes oculten sus tesoros en la tierra no los encontrarán más, por causa de la gran maldición de la tierra" (Helamán 13:18), porque "aquel que no oculte su tesoro para mí, maldito es, y también el tesoro" (v. 19; cf. vv. 20–23, 31, 33–36). El castigo (maldición sobre la tierra y las riquezas) está una vez más directamente relacionado con el delito (poner el corazón en las riquezas).

La oscuridad física cubre una tierra espiritualmente oscura

Helamán 13:29

Helamán 14:20

Helamán 14:27

Al predicar al pueblo de Zarahemla, Samuel preguntó: "Sí, ¿hasta cuándo preferiréis las tinieblas a la luz?" (Helaman 13:29). Puede ser que la oscuridad literal que cubriría la tierra después de la muerte de Cristo (Helamán 14:20, 27) estuviera destinada a ser vista (al menos en parte) como una consecuencia simbólica de que el pueblo eligiera la oscuridad en lugar de la luz.

Él lo hace para sí mismo

Helamán 14:29–31

A los nefitas, Samuel el lamanita declaró: "si son condenados, traen sobre sí su propia condenación. Así pues, recordad, recordad, mis hermanos, que el que perece, perece por causa de sí mismo; … y podéis hacer lo bueno, y ser restaurados a lo que es bueno, es decir, que os sea restituido lo que es bueno; o podéis hacer lo malo, y hacer que lo que es malo os sea restituido " (Helamán 14:29–31; Proverbios 9:7; Isaías 3:9). Esta serie de declaraciones taliónicas sirvió como una declaración enfática de que los juicios de Dios sobre el pueblo serían justos.

Giddiani no se salva y es asesinado, tal como lo ordenó

3 Nefi 4:13–14

En su carta a Laconeo, Giddiani declaró que sus ejércitos "no detendrán su mano ni perdonarán, sino que os matarán y os herirán con la espada hasta que seáis aniquilados" (3 Nefi 3:8). Más tarde, cuando los ladrones de Giddiani no habían podido sitiar a los nefitas, el comandante nefita Gidgiddoni "dio órdenes de que sus ejércitos habían de perseguirlos hasta los confines del desierto, y que no perdonaran a ninguno de los que cayeran en sus manos por el camino; y así los persiguieron y los mataron" (3 Nefi 4:13). Irónicamente, el propio Giddiani fue alcanzado y asesinado durante esta ofensiva nefita (v. 14), siendo víctima del mismo tipo de instrucciones despiadadas que dio a sus propios soldados.

Zemnaríah es ejecutado por tratar de asesinar a los justos

3 Nefi 4:29

En la ejecución de Zemnaríah, los nefitas declararon: "El Señor conserve a los de su pueblo en rectitud y en santidad de corazón, para que se eche por tierra a todos los que procuren matarlos" (3 Nefi 4:29), lo que significa que los que tratan de matar a los justos merecen ser asesinados.

Injuria por injuria

3 Nefi 6:13

En su resumen del año 29, Mormón explicó que algunas personas "se ensalzaban en el orgullo, y otros eran sumamente humildes; unos devolvían injuria por injuria, mientras que otros sufrían injuria y persecución y toda clase de aflicciones, y no se volvían e injuriaban a su vez, sino que eran humildes y contritos delante de Dios" (3 Nefi 6:13; cf. 1 Pedro 3:9). Esto indica que el principio taliónico no era visto entre los nefitas justos como ideal para todos los crímenes u ofensas, al menos no para ser llevado a cabo por los propios ciudadanos. En muchos casos, la venganza debía dejarse en manos de Dios.

Las catástrofes naturales cubren los pecados

3 Nefi 9:5–8

Después de la destrucción entre los nefitas, se escuchó la voz del Señor declarando: "he cubierto de tierra esa gran ciudad de Moroníah, y los habitantes de ella, para ocultar sus iniquidades y sus abominaciones de ante mi faz" (3 Nefi 9:5); Salmo 85:2; Isaías 26:21). Se dan explicaciones similares en los versículos 7–8, en los que la naturaleza específica de los desastres significaba cubrir u ocultar simbólicamente los crímenes del pueblo.

Ciudades destruidas con fuego por destruir la paz

3 Nefi 9:9–11

A raíz de la gran destrucción en 3 Nefi, el Señor declaró con respecto al pueblo de Jacobugat "destruyeron la paz de mi pueblo y el gobierno de la tierra; por tanto, los he hecho quemar, para destruirlos de ante mi faz" (3 Nefi 9:9). Se dio una justificación taliónica similar para las ciudades de Lamán, Josué, Gad y Kishkumen (v. 10–11).

Participar indignamente de la Santa Cena significa comer y beber condenación para el alma

3 Nefi 18:29

Al dar instrucciones sobre la administración de la Santa Cena, Jesús enseñó: "[P]orque quien come mi carne y bebe mi sangre indignamente, come y bebe condenación para su alma" (3 Nefi 18:29). Esto parece invocar las mismas imágenes taliónicas autoinfligidas de otros pasajes, como Mosiah 3:25–26 y Alma 14:21.

Talados de la faz de la tierra

Mormón 3:15

Después de ganar una batalla contra los lamanitas, los nefitas en los días de Mormón se jactaron de su propia fuerza y "juraron por los cielos, y también por el trono de Dios, que irían a la batalla contra sus enemigos, y los talarían de sobre la faz de la tierra" (Mormón 3:10). En una clara inversión de la fortuna, el Señor declaró: "Mía es la venganza, y yo pagaré; y porque este pueblo no se arrepintió después que lo hube librado, he aquí, será destruido de sobre la faz de la tierra" (v. 15). Así, la injusticia que los nefitas querían hacer a los lamanitas sería hecha a ellos.

Iniquidad castigada con iniquidad

Mormón 4:5

Al explicar la precipitada ofensiva de su pueblo contra los lamanitas, Mormón declaró: "es por los inicuos que los inicuos son castigados" (Mormón 4:5). En este caso, no es el castigo sino el castigador lo que demuestra el principio taliónico. Los inicuos son destruidos por los que son como ellos.

Herido y juzgado precipitadamente

Mormón 8:19

En su amonestación a aquellos que rechazaran el Libro de Mormón, Moroni declaró: "Porque he aquí, el que precipitadamente juzgue, precipitadamente será también juzgado; pues según sus obras, será su paga; por tanto, aquel que hiera será, a su vez, herido del Señor" (Mormón 8:19).

Impuro, justo, feliz e infeliz todavía

Moroni 9:14

En su descripción del juicio final, Moroni proporcionó una serie de conceptos taliónicos contrastantes, "y entonces viene el momento en que el que es impuro continuará siendo impuro; y el que es justo continuará siendo justo; el que es feliz permanecerá feliz y el que es infeliz será infeliz todavía" (Moroni 9:14).

La debilidad se convierte en fortaleza a través de la humildad

Éter 12:27

Éter 12:37

El Señor le dijo a Moroni que si los hombres "se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos" (Éter 12:27). Más tarde, el Señor reiteró este principio diciendo: "porque has visto tu debilidad, serás fortalecido" (v. 37). Esto puede verse como un tipo de principio taliónico inverso, en el que el Señor recompensa a los hombres con una bendición opuesta a la acción realizada.

Juzgado con el mismo juicio

Moroni 7:18

Mormón enseñó: "cuidaos de juzgar equivocadamente; porque con el mismo juicio con que juzguéis, seréis también juzgados" (Moroni 7:18). Esta es una cita casi literal de las enseñanzas de Cristo en 3 Nefi 14:2: "Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os volverá a medir".

Perecer por pensar que los niños perecerán

Moroni 8:15–16

Mormón enseñó: "Porque terrible es la iniquidad de suponer que Dios salva a un niño a causa del bautismo, mientras que otro debe perecer porque no tuvo bautismo. ¡Ay de aquellos que perviertan de esta manera las vías del Señor!, porque perecerán, salvo que se arrepientan" (Moroni 8:15–16). Por lo tanto, el castigo de perecer se correlaciona estrechamente con el pecado de pensar que los niños perecerán sin el bautismo.

 

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