Evidencia #486 | Marzo 19, 2025
El monstruo de Isaías en las enseñanzas de Jacob
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
La enseñanza de Jacob sobre un monstruo terrible tiene claras raíces en conceptos del antiguo Cercano Oriente que también conocía Isaías.Después de leer las palabras de Isaías (2 Nefi 6:6–7, 16–18; 2 Nefi 7–8), el profeta Jacob explicó cómo Cristo ofrece una manera de escapar de lo que él denominó "ese terrible monstruo, el diablo y muerte e infierno, [...] ese lago de fuego y azufre, que es tormento sin fin" (2 Nefi 9:19). Esta sorprendente imagen híbrida es empleada repetidamente por Jacob a lo largo de este capítulo (2 Nefi 9:10, 26). Estudios anteriores han señalado que las imágenes de monstruos de Jacob parecen estar arraigadas en el simbolismo cósmico del antiguo Cercano Oriente, y esto incluye Isaías 51:9–101. Este artículo ofrece pruebas adicionales que respaldan ese punto de vista.
Un antiguo monstruo marino
En el antiguo Cercano Oriente, el mar a menudo se personificaba como un monstruo de temible poder épico que debía ser sometido en el momento de la creación2. Se utilizaban diversas palabras con significados superpuestos para referirse al océano primigenio, cuya peligrosa fuerza solo controlada por el poder divino. Los profetas israelitas hicieron uso de este telón de fondo cultural para enfatizar el triunfo de Dios sobre las aguas caóticas en el momento de la creación o en actos posteriores de liberación en los que las aguas indómitas fueron equiparadas con los enemigos históricos del pueblo del Señor.
Por ejemplo, Isaías alude a la victoria del Señor en el Mar Rojo usando el siguiente lenguaje: "¿No eres tú el que cortó a Rahab hirió al dragón? ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; quien tornó las profundidades del mar en camino, para que pasaran los redimidos?" (2 Nefi 8:9–10; Isaías 51:9–10). Isaías utiliza varios términos relacionados con las poderosas aguas y que expresan facetas superpuestas del mismo enemigo conceptual: "Rahab", "dragón" (taninn), "mar" (yam) y "profundo" (tehom)3
Rahab era el nombre de un poderoso monstruo, conceptualizado como una enorme serpiente o dragón, "un monstruo marino derrotado en el momento de la creación"4
El dragón (tannin) se representa en algunos pasajes como un enemigo de Dios que será asesinado en un día futuro (Isaías 27:1)5. Ezequiel, escribiendo un poco después de Isaías, se refiere a Faraón como tannin [en Hebreo] (Ezequiel 29:3; 32:2). Estos y otros pasajes bíblicos muestran "el retrato de un monstruo marino (o dragón) que sirvió en varios textos como la personificación del caos o de aquellas fuerzas malignas e históricas opuestas a Yahvé y Su pueblo"6

El mar (yam) no solo se refiere al océano, sino que también podría denotar mares interiores que podríamos caracterizar como lagos, como el Mar de Galilea y el Mar Muerto. Según las concepciones antiguas, "Yam no solo es la deidad del mar, sino también de los ríos (a menudo se le llama zbl ym tpt nhr, ‘príncipe del mar, o gobernante del río’). En este contexto, los ríos deben interpretarse como poderes destructivos". Específicamente, Yam a menudo "representa el poder del caos que aparece en el mar y los ríos"7. Como tal, "los poderes destructivos de Yam y Mot [muerte] están de alguna manera conectados"8.
Las profundidades (tehom) se refieren a las peligrosas aguas primigenias caóticas que, se creía, rodeaban la tierra cuando el mundo fue creado9. Eran percibidas como una fuerza amenazadora que aún necesitaba ser controlada por el poder de Dios10.
En opinión de Neil Forsyth, cada uno de estos elementos—Rahab, Tannin, Yam y Tehom— se combinaron en una concepción antigua. En los escritos de Isaías, el Señor es "el mismo guerrero que derrotó al dragón, o la bestia Rahab, que venció el caos de las profundidades en el mito de combate cosmogónico, haciendo que las aguas se secaran para que la gente pudiera seguir adelante"11. En pasajes como Isaías 51:9–11, "el evento histórico de esa travesía y el combate mitológico se han vuelto idénticos, cuando son vistos desde la perspectiva tipológica. Las profundidades, Rahab y el Mar Rojo, todos son formas paralelas del adversario cósmico e histórico"12
El mar: un dominio de caos y muerte
Las aguas de las profundidades (tehom) también podrían simbolizar el "mundo de los muertos"13. De acuerdo con A. J. Wensinck, "es una designación de la muerte, la tumba y el infierno"14. De manera similar, tanto Rahab como Yam a menudo se equiparaban o se vinculaban con la muerte15. Como explicó Nicolas Wyatt, "el mar no solo delimita al mundo; participa, y de hecho es una de las metáforas dominantes del inframundo"16. Las olas ondulantes y con aspecto de serpiente de las aguas también podían transmitir la idea de que el mar, el reino de la muerte, era un lugar de sufrimiento. Rahab estaba vinculado con las sombras de los muertos que se percibían como problemáticas17.

Poéticamente, los profetas y salmistas también equipararon las aguas turbulentas con aquellos pueblos que se alzaban contra Dios y Su pueblo18. Como se describe en pasajes como el Salmo 77:16, las olas agitadas y turbulentas simbolizaban el estado inestable de los pecadores: "Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas y temieron; los abismos también se estremecieron".
El libro de Job transmite imágenes similares: "Las sombras de los muertos se retuercen debajo de las aguas, y también los habitantes de estas. El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura" (Job 26:5). La palabra hebrea traducida como "formed" [en Inglés] en la versión del Rey Santiago de este pasaje se deriva de una raíz que significa "torcer, retorcerse, con dolor, especialmente en el parto"19. Es decir, las aguas son un lugar donde las sombras de los muertos se retuercen de dolor o tormento. Aunque la forma final de este texto se compuso probablemente después de la partida de Lehi de Jerusalén, las imágenes del mar como un lugar de muertos probablemente reflejan un concepto comprendido por escritores bíblicos anteriores como Isaías.
Las enseñanzas de Jacob
Con estos detalles en mente, puede ser útil revisar más a fondo las declaraciones de Jacob sobre este tema en 2 Nefi 9:
10 ¡Oh cuán grande es la bondad de nuestro Dios, que prepara un medio para que escapemos de las garras de este terrible monstruo; sí, ese monstruo, muerte e infierno, que llamo la muerte del cuerpo, y también la muerte del espíritu!
11 Y a causa del medio de la liberación de nuestro Dios, el Santo de Israel, esta muerte de la cual he hablado, que es la temporal, entregará sus muertos; y esta muerte es la tumba.
12 Y esta muerte de que he hablado, que es la muerte espiritual, entregará sus muertos; y esta muerte espiritual es el infierno. De modo que la muerte y el infierno han de entregar sus muertos, y el infierno ha de entregar sus espíritus cautivos, y la tumba sus cuerpos cautivos...
16 … por lo tanto, los inmundos son el diablo y sus ángeles; e irán al fuego eterno, preparado para ellos; y su tormento es como un lago de fuego y azufre …
19 ¡Oh, la grandeza de la misericordia de nuestro Dios, el Santo de Israel! Pues él libra a sus santos de ese terrible monstruo, el diablo y muerte e infierno, y de ese lago de fuego y azufre, que es tormento sin fin. ...
26 Porque la expiación satisface lo que su justicia demanda de todos aquellos a quienes no se ha dado la ley, por lo que son librados de ese terrible monstruo, muerte e infierno, y del diablo, y del lago de fuego y azufre, que es tormento sin fin; y son restaurados a ese Dios que les dio aliento, el cual es el Santo de Israel.
Como se puede ver, la muerte, el infierno, el diablo y el tormento, se asocian repetidamente con un monstruo que ha capturado a su presa (las almas de los hombres) y también con un mar o lago de fuego que se asocia con una tumba. Jacob establece a Jesucristo, el Santo de Israel, como el que liberará y redimirá a su pueblo de esta bestia marina compleja.
Una línea de evidencia que ayuda a conectar directamente las imágenes del monstruo que presenta Jacob con la dada previamente por Isaías involucra el uso de Jacob de las frases "medio de escape" y "medio de liberación":
2 Nefi 8 (cf. Isaías 51) | 2 Nefi 9 |
9 Despierta, despierta; vístete de poder, oh brazo del Señor! Despierta como en los días antiguos. ¿No eres tú el que cortó a Rahab e hirió al dragón? 10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; quien tornó las profundidades del mar en camino, para que pasaran los redimidos? | 10 ¡Oh cuán grande es la bondad de nuestro Dios, que prepara un medio para que escapemos de las garras de este terrible monstruo; sí, ese monstruo, muerte e infierno, que llamo la muerte del cuerpo, y también la muerte del espíritu! 11 Y a causa del medio de la liberación de nuestro Dios, el Santo de Israel, esta muerte de la cual he hablado, que es la temporal, entregará sus muertos; y esta muerte es la tumba. |
Los versículos en 2 Nefi 8:9–10 (citando Isaías 51:9–10) aluden a la derrota de Faraón y sus ejércitos en el Mar Rojo, así como al paso seguro de Israel por las aguas. Estas aguas secas eran el "camino para que pasaran los redimidos". Como se señaló anteriormente, Isaías superpone esta escena con imágenes de monstruos cósmicos (mencionando a "Rahab" y al "dragón") que prevalecían en todo el antiguo Cercano Oriente. Wyatt observa que, dado que el océano simboliza el dominio de la muerte, "cruzar el mar es morir. Los israelitas atraviesan el mar. Al hacerlo, viajan de la tierra de los muertos a la tierra de los vivos"20 .
En otras palabras, el Señor en Su victoria sobre el mar hace un camino seco a través de las aguas, que Jacob reinterpreta adecuadamente como la abolición de la muerte a través del poder y la resurrección del Santo de Israel, en el que todos los muertos "pasar[án] de esta primera muerte a vida, de modo que hayan llegado a ser inmortales" para comparecer ante el tribunal de Dios (2 Nefi 9:15). El hecho de que los pasajes de 2 Nefi 9:10–11 aludan a este mismo "medio" de escape o liberación, pero que contengan imágenes de monstruos/mar diferentes y completamente apropiadas, es bastante revelador. Parece tratarse de un comentario sofisticado escrito por un autor que estaba muy familiarizado con la mitología del Cercano Oriente.
Conclusión
Sería bastante sorprendente que José Smith hubiera sabido incluir este relevante conjunto de ideas ("monstruo", "muerte", "infierno", "lago", "tumba") a lo largo del comentario de Jacob en 2 Nefi 9, y especialmente en un escenario de liberación como 2 Nefi 9:10–11 (correspondiente a 2 Nefi 8:9–10; Isaías 51:9–10)21. Es probable que la mayoría de los lectores modernos nunca se hayan percatado de que Jacob se basa específicamente en imágenes del capítulo anterior, y mucho menos de su congruencia con la mitología cósmica del Cercano Oriente. La forma en que Jacob desarrolla y sostiene este tema es notable. Conecta la liberación de Jesucristo con una red de antiguos motivos marinos/monstruos, lo cual apunta a la complejidad textual y a los orígenes antiguos del Libro de Mormón.
Biblia
Libro de Mormón
- 1. Véase Central de las Escrituras, "¿Por qué habrá escogido Jacob el símbolo de un “monstruo” para describir la muerte y el infierno? (2 Nefi 9:10)", KnoWhy 34 (Febrero 11, 2017); Central de las Escrituras, "Monstruos Primordiales ", Evidencia 66 (Septiembre 19, 2020).
- 2. A. J. Wensinck, The Ocean in the Literature of the Western Semites (Johannes Muller, 1918), 5.
- 3. Véase N. Wyatt, Myths of Power: A Study of Royal Myth and Ideology in Ugaritic and Biblical Tradition (Ugarit-Verlag, 1996), 95. Otro término bíblico relacionado es "Leviatán", aunque no se encuentra en Isaías 51:9–10.
- 4. John Day, “Rahab”, en Anchor Bible Dictionary, 6 vols. (Doubleday, 1992), 5:610–611.El nombre también se aplicó en algún momento a Egipto, el gran opresor de Israel, como en Isaías 30:7. Véase Day, “Rahab”, 611.
- 5. El término Tannin es de etimología incierta, pero varios eruditos han sugerido que puede derivarse de la raíz germinada TNN, que significa "‘fumar, ascensión de humo’ que conduce al ugarítico ‘dragón, monstruo (marino), serpiente (que se extiende/avanza como el humo)’". G. C. Heider, “Tannin”, Dictionary of Deities and Demons in the Bible, segunda edición, ed. Karel van der Toorn, Bob Becking, Pieter W. van der Horst (Brill, 1999), 834; énfasis añadido). Es tentador ver una conexión entre esta idea y la descripción de Jacob de que el tormento es como una llama que "asciende para siempre jamás, y no tiene fin" (2 Nefi 9:16; énfasis añadido).
- 6. Heider, “Tannin”, 836.
- 7. F. Stolz, “Sea”, 739. También es interesante leer la visión y las enseñanzas de Nefi a la luz de esta idea, donde el río de aguas sucias era "una representación de aquel infierno terrible" en el que muchos perecieron (1 Nefi 12:16; 15:29, 34–35).
- 8. Stolz, "Sea", 740.
- 9. Wensink, The Ocean in the Literature of the Western Semites, 40–50.
- 10. Nicholas J. Tromp, Primitive Conceptions of Death and the Nether World in the Old Testament (Pontifical Biblical Institute, 1969), 59.
- 11. Neil Forsyth, The Old Enemy: Satan and the Combat Myth (Princeton University Press, 1987), 104.
- 12. Forsyth, The Old Enemy: Satan and the Combat Myth, 104. Wyatt argumenta que, en un pasaje como Isaías 51:9–10, "no tenemos una lista de cuatro enemigos asesinados, sino una nueva descripción cuádruple de una matanza (que, es en sí mismo un rectángulo semántico en miniatura). Es necesario identificar a todos los oponentes del listado. Hacer una distinción aquí es simplemente malinterpretar el texto". Wyatt, Myths of Power: A Study of Royal Myth and Ideology in Ugaritic and Biblical Tradition, 95.
- 13. Tromp, Primitive Conceptions of Death and the Nether World in the Old Testament, 60–61.
- 14. Wensinck, The Ocean in the Literature of the Western Semites, 65.
- 15. Forsyth, The Old Enemy, 65; Stolz, "Sea", 741.
- 16. Wyatt, Myths of Power, 89.
- 17. Forsyth, The Old Enemy, 65.
- 18. Herbert G. May, “Some Cosmic Connotations of Mayim Rabbim, Many Waters”, Journal of Biblical Literature 74, no. 1 (marzo de 1955): 9–21. En los Salmos es "un tipo de angustia y destrucción espiritual". Wensinck, The Ocean in the Literature of the Western Semites, 44.
- 19. The Brown, Driver, Briggs Hebrew and English Lexicon, ed. Francis Brown (Hendrickson, 1906), 297.
- 20. Wyatt, Myths of Power, 89.
- 21. Véase Central de las Escrituras, "La escasa educación de José Smith", Evidencia 1 (Septiembre 19, 2020).