Evidencia #1 | Septiembre 19, 2020
La escasa educación de José Smith
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
Varias líneas de evidencia indican que José Smith tenía una educación escasa y solo habilidades literarias básicas cuando tradujo el Libro de Mormón en 1829. Esto se contradice con la complejidad y sofisticación del texto.Los primeros críticos del Libro de Mormón tendían a caracterizarlo como un libro mundano y mal escrito, que reflejaba claramente haber sido redactado por un autor inexperto, que generalmente se suponía que era el propio José Smith1. Sin embargo, en las últimas décadas, numerosos estudios han demostrado que el libro es mucho más complejo, sofisticado y creíblemente antiguo de lo que los primeros críticos (o creyentes, en este caso) parecían haber notado. Este artículo reevalúa la probabilidad de que José Smith, de veintitrés años, tuviera las habilidades y la capacidad en 1829 para inventar un texto como el Libro de Mormón2, tal como lo conocemos hoy.
La educación de José Smith
El registro histórico de las oportunidades de educación de José Smith es precario y difícil de determinar. Un erudito considera que José probablemente recibió más educación de la que comúnmente se cree, tal vez hasta siete años de educación académica formal3. Sin embargo, incluso si fuera posible que haya asistido a la escuela tantos años (el cálculo es solo una estimación), es imposible demostrar si realmente asistió o no durante esos años. Varios informes históricos indican que José participaba en actividades que no concordaban con su escolaridad4.
También hay que recordar que los profesores rurales en los Estados Unidos de principios del siglo XIX a menudo tenían poca formación o capacidad más allá de la asignatura o el grado que enseñaban5. Por lo tanto, los años de escolaridad formal de José, por muchos que fueran, probablemente no estarían a la altura de la calidad y los estándares esperados por la mayoría de los sistemas educativos modernos.
También deben tenerse en cuenta las oportunidades de educación informal de José. Al parecer, leía la Biblia de la familia con al menos cierta diligencia6, asistía a la escuela dominical, participaba en un club de debate y, posiblemente, recibía instrucción por parte de sus padres y hermanos que tenían una mejor formación educativa7. Sin embargo, como se demuestra en las siguientes declaraciones, cualquier logro que estas oportunidades de aprendizaje informal ofrecieran, sumado a su educación formal escasa, no fue suficiente para desviar la atención de la relativa ignorancia de José.
Evidencia testimonial de los creyentes
En 1832, José Smith escribió de su propia mano: "deprived of the bennifit [sic] of an education suffice it to say I was mearly [sic] instructtid [sic] in reading writing and the ground rules of Arithmatic [sic] which constituted my whole literary acquirements"8 [privado del beneficio de la educación, basta con decir que solo fui instruido en la lectura, la escritura y las reglas básicas de aritmética que constituyeron todas mis habilidades literarias]9. Los registros de los familiares y conocidos cercanos de José son consistentes con esta afirmación.
La madre de José recordó que él estaba "menos interesado en la lectura de libros que cualquiera de [sus] hijos" y dijo que a los "dieciocho años de edad" él "nunca había leído la Biblia en su vida"10. Su esposa, Emma, explicó que en el momento de la traducción, él "no tenía la capacidad de escribir ni dictar una carta coherente y bien redactada; mucho menos de dictar un libro como el Libro de Mormón"11.
Martin Harris también declaró que José era "un mal escritor, y ni siquiera podía redactar una letra de cambio, ya que su educación era tan escasa"12. David Whitmer lo describió como "analfabeto"13, un "hombre de escasa educación" e "ignorante de la Biblia"14. La historia de la sorpresa de José al enterarse de que Jerusalén era una ciudad amurallada aparece en varios relatos como un ejemplo de su respectiva ignorancia15. Otros relatos indican que durante la traducción, a veces trastabillaba al tratar de pronunciar correctamente palabras o nombres difíciles16.
Evidencia testimonial de los no creyentes
Para que no se asuma que tales informes fueron dados solamente por los creyentes para promover su causa, hay registros de críticos y observadores neutrales por igual, que comentan la falta de sofisticación de José. En 1834, Isaac Hale, suegro de José Smith, recordó sus primeras impresiones de José: "Conocí por primera vez a José Smith, hijo, en noviembre de 1825. … Su apariencia en ese momento, era la de un joven descuidado, no muy bien educado"17.
Cuando se le preguntó si José tenía educación en el momento de la traducción, John H. Gilbert, quien hizo la composición tipográfica del Libro de Mormón, respondió: "Oh, no en absoluto en ese entonces"18. Michael Morse, cuñado de José, declaró "que vió a José por primera vez cuando llegó a Harmony, Pensilvania; un joven torpe e inculto de unos diecinueve años de edad"19. Cuando se le preguntó si José era "lo suficientemente inteligente y talentoso para producir y dictar por mérito propio el [Libro de Mormón] plasmado por los escribas", Morse respondió negativamente, explicando que "estaba seguro de que él [Morse] era más instruido que José"20.
José Smith aparentemente asistió a la escuela secundaria de William E. McLellin en 1834. En cuanto a la capacidad mental de José, McLellin comentó: "Tenía una de las mentes más brillantes, bien equilibradas, perspicaces y retentivas de cualquiera a quien alguna vez haya conocido". Sin embargo, McLellin señaló además: "[C]uando acepté a [José] en mi escuela, no tenía conocimientos científicos ni logros"21.
Eber D. Howe, un conocido crítico de José Smith, declaró en 1834 que creía que "era un hecho" que "los privilegios habituales de la educación le fueron negados a [José Smith], o que fueron muy ignorados"22. El Palmyra Reflector comentó en 1831: "[L]as facultades mentales de José parecen ser extremadamente escasas, y debido a la pequeña oportunidad que ha tenido en la escuela, tenía poca o ninguna pericia"23. Podrían citarse muchas más descripciones de este tipo.
Evidencia textual y de manuscritos
Tenemos pocos ejemplos de los escritos personales de José Smith que datan de fechas cercanas a la publicación del Libro de Mormón, pero lo que tenemos es consistente con las líneas de evidencia mencionadas anteriormente24. Por ejemplo, según lo evaluado por el erudito literario Robert A. Rees:
El relato escrito a mano [de José] de la Primera Visión, escrito en 1832, es antigramatical, está escrito con poco sentido de la puntuación o estructura compositiva y, aunque sincero y auténtico, muestra poca evidencia de competencia o confianza estilística o compositiva. Ciertamente, hay indicios de los comienzos de una voz elocuente, pero esa voz es vacilante e inmadura25.
El relato de José sobre su historia en 1832 se escribió unos años después de haber traducido el Libro de Mormón, de haber completado porciones significativas de su traducción inspirada de la Biblia y de haber recibido muchas otras revelaciones26. Por lo tanto, parece razonable suponer que si era literalmente poco sofisticado en 1832, probablemente lo era más en abril de 1829, cuando comenzó a traducir las partes del Libro de Mormón que tenemos hoy. Incluso después de que José "adquiriera más confianza como escritor", señala Reese, "continuó confiando en las palabras y los estilos retóricos de los demás más que en los suyos propios"27.
Conclusión
No importa cuántos años (o períodos) José Smith asistió a la escuela, o cuán útiles hayan sido sus oportunidades educativas complementarias, o cuán bueno era como aprendiz, o cuán nítida su memoria, o cuán creativa su imaginación, eso no cambia el hecho de que él y los que lo rodeaban, tanto amigos como oponentes, lo consideraban relativamente inculto en el momento de la traducción del Libro de Mormón. Estos informes históricos coinciden con los escasos datos disponibles sobre sus oportunidades educativas. También se apoyan en el análisis de textos y de manuscritos de sus primeros escritos. En conjunto, la evidencia apunta fuertemente a que tenía una escasa educación y solo habilidades literarias básicas cuando tradujo el Libro de Mormón en 1829.
Esta situación ha demostrado ser un obstáculo para las teorías que presentan a José como el autor principal del Libro de Mormón. Uno de los primeros detractores dijo que el texto era "en su mayoría un montón de palabras, entretejidas con lenguaje bíblico y citas, sin mucha planeación o diseño destacado. De hecho, es una obra como la que se podría esperar de una persona con la habilidad y manera de pensar de Smith"28. Tales puntos de vista permanecieron incluso hasta el siglo XX. En 1930, otro comentarista describió el Libro de Mormón como "una fermentación de levadura, sin forma, sin objetivo e inconcebiblemente absurda"29. Sin embargo, tales críticas resultan contraproducentes a la luz de los estudios textuales de los siglos XX y XXI, que demuestran que el Libro de Mormón es cualquier cosa menos desordenado o fortuito.
Tal como lo evalúa Melvin J. Thorne:
El Libro de Mormón trata de cientos de personajes individuales, al menos tres sistemas de fechado, tres migraciones del Viejo Mundo al Nuevo y una serie de subgrupos y grupos disidentes, todo ello sin contradicción. Presenta datos geográficos complejos que son internamente consistentes, de modo que los lugares están siempre interrelacionados. El libro en sí es estructuralmente complejo; por ejemplo, hay conjuntos complicados de prefacios y resúmenes antes y después de un gran número de secciones significativas, en los que el editor da al lector una visión de lo que viene y luego resume lo que se ha leído. … Además de esta complejidad estructural, el Libro de Mormón presenta series detalladas de doctrinas religiosas que se expresan en una variedad de contextos históricos, a veces con diferentes énfasis y terminología variada, pero con una notable consistencia30.
El historiador y erudito literario Grant Hardy ofrece un informe similar en su minucioso análisis del texto:
No solo hay más de mil años de historia que involucran a unos doscientos individuos con nombre y casi cien lugares distintos, sino que la narración en sí se presenta como la obra de tres editores/historiadores principales: Nefi, Mormón y Moroni. Estos personajes, a su vez, afirman haber basado sus relatos en docenas de registros preexistentes. El resultado es una mezcla compleja que incorpora múltiples géneros que van desde la narración directa hasta cartas y sermones insertados, comentarios bíblicos y poesía. Se requiere mucha paciencia para elaborar todos los detalles de la cronología, la geografía, la genealogía y los registros de origen, pero el Libro de Mormón es notablemente consistente en todo esto. La cronología se maneja prácticamente sin fallas, a pesar de varias reviviscencias y relatos que se superponen temporalmente; solo hay dos posibles discrepancias geográficas (en Alma 51:26 y 53:6); y los narradores recordaron tanto las secuencias como las conexiones familiares entre los veintiséis historiadores nefitas y cuarenta y un reyes jareditas (incluidos los linajes rivales)31.
¿Puede realmente atribuirse este tipo de características complejas al talento literario creativo de José Smith en 1829? Daniel C. Peterson piensa que no. "La intrincada estructura y la complejidad detallada del Libro de Mormón", argumenta, "parecen explicarse mucho mejor como la obra de varios escritores antiguos utilizando varias fuentes escritas en el transcurso de siglos, que como la explosión repentina de la mente de un obrero en la frontera estadounidense con poca escolaridad"32.
Aunque es comprensible que algunos duden de la historia milagrosa de la traducción del Libro de Mormón, los lectores escépticos han tenido dificultades para encontrar una explicación alternativa a su autoría y orígenes. Esto se debe en gran medida a que la documentación histórica disponible indica de forma abrumadora que el propio José dictó todo el texto a sus escribas entre el 7 de abril y el 30 de junio de 182933. Todos los esfuerzos para atribuir con seguridad la autoría del texto a otros han resultado vanos34.
Tal vez algún día alguien proporcione una teoría alternativa históricamente sustentable. Hasta ese día, a los lectores les queda solo José Smith y un texto que casi indudablemente estaba más allá de su capacidad natural para crearlo, especialmente bajo las circunstancias descritas por los testigos35. Esta situación invita a creer en la repetida afirmación de José de que tradujo el Libro de Mormón por el "don y el poder de Dios"36, en lugar de por sus propios talentos literarios.
LECTURAS ADICIONALES
Brian C. Hales, "Theories and Assumptions: A Review of William L. Davis 's Visions in a Seer Stone", Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 39 (2020): 151–190.
Brian C. Hales, "Naturalistic Explanations of the Origin of the Book of Mormon: A Longitudinal Study", BYU Studies Quarterly 58, no. 3 (2019): 105–148.
Richard Lloyd Anderson, "The Early Preparation of the Prophet Joseph Smith", Ensign, diciembre de 2005, en línea en churchofjesuschrist.org.
ESCRITURAS RELEVANTES
NOTAS A PIE DE PÁGINA
- 1. Véase Daniel C. Peterson, "Editor's Introduction: 'In the Hope That Something Will Stick': Changing Explanations for the Book of Mormon", FARMS Review 16, no. 2 (2004): xi–xv.
- 2. Cabe señalar que José Smith se convirtió más tarde en una persona más instruida. Véanse, por ejemplo, Lincoln H. Blumell, Matthew J. Grey y Andrew H. Hedges, eds., Approaching Antiquity: Joseph Smith and the Ancient World (Provo, UT: Religious Studies Center; Salt Lake City: Deseret Book, 2015), págs. 3–22, 249–330, 331–355. Brian L. Smith, "Joseph Smith: Gifted Learner, Master Teacher, Prophetic Seer", en Joseph Smith: The Prophet, the Man, ed. Susan Easton Black y Charles D. Tate, Jr. (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1993), págs. 169–181.
- 3. Véase William Davis, "Reassessing Joseph Smith, Jr.’s Formal Education", Dialogue: A Journal of Mormon Thought 49, no. 4 (2016): 46.
- 4. Pomery Tucker, por ejemplo, afirmó que "en lugar de ir a la escuela como otros niños", José dirigía a los miembros de su familia en tareas como "la caza y la pesca, la captura de ratas almizcleras... sacando marmotas de sus agujeros y vagando por las tiendas y almacenes de la aldea". Pomeroy Tucker, Origin, Rise, and Progress of Mormonism (New York: NY: D. Appleton and Co., 1867), págs. 14–15. Perry Benjamin Pierce recordó de manera similar: "Los niños crecían sin deseo de educación; si se les enviaba a la escuela, preferían pasar sus días en el bosque con armas y perros". Perry Benjamin Pierce, "The Origin of the 'Book of Mormon'", American Anthropologist 1 (1899): 677. Pierce también comentó que un agricultor local con el que había hablado dijo: "Ninguno de los niños Smith iba a la escuela cuando podían librarse de ella" (pág. 680). El propio recuerdo de José atribuye su falta de educación al hecho de que su familia era numerosa y pobre: "Se requería el esfuerzo de todos los que podían prestar alguna ayuda para el sustento de la Familia, por lo tanto, nos vimos privados del beneficio de la educación". Letterbook 1, pág. 1, The Joseph Smith Papers, consultado el 17 de agosto de 2020, en línea en josephsmithpapers.org; ortografía original conservada. Si la ausencia de actividades educativas de José se debió a que se dedicaba a trabajar o a jugar, o quizás a ambas cosas, hay buenas razones para sospechar que no siempre aprovechó las oportunidades académicas que tenía a su alcance.
- 5. Véase James G. Carter, Essays upon Popular Education Containing a particular Examination of Schools of Massachusetts, and an Outline Institution for the Education of Teachers (Boston, MA: Bowles and Dearborn, 1826), pág. 36; Clifton Johnson, Old-Time Schools and School Books (London: The MacMillan Company, 1904), págs. 129, 133. R. Freeman Butts y Lawrence A. Cremin, History of Education in American Culture (New York, NY: Holt, 1953), pág. 286; "1815–1850: Education: Overview", en línea en encyclopedia.com. Véase también Brian C. Hales, "Theories and Assumptions: A Review of William L. Davis's Visions in a Seer Stone", Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 39 (2020): 169–170.
- 6. La madre de José Smith, Lucy Mack Smith, informó una vez que José le dijo: "Puedo tomar mi Biblia e ir al bosque, y aprender más en dos horas, de lo que tú puedes aprender en una reunión en dos años, si asistieras todo el tiempo". "Lucy Mack Smith, History, 1845", pág. 94, The Joseph Smith Papers, consultado el 16 de septiembre de 2020. Richard Bushman ha señalado que "un vecino recordó que los Smith tenían una escuela en su casa y estudiaban la Biblia". Richard Lyman Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York, NY: Vintage, 2005), 42; citando Joseph Smith Jr., The Papers of Joseph Smith, 2 vols., ed. Dean C. Jessee (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1989–1992), 1:275. La lectura de versículos de la Biblia fue lo que llevó a José a la arboleda sagrada y el ángel Moroni le citó versículos de la Biblia en sus primeros encuentros (véase José Smith-Historia 1:11–13, 36–41). Por lo tanto, hay razones para creer que estaba algo familiarizado, aunque no necesariamente de manera íntima, con la Biblia.
- 7. Véase Davis, "Reassessing Joseph Smith", págs. 3–6, 46–47; Richard Lloyd Anderson, "The Early Preparation of the Prophet Joseph Smith", Ensign, diciembre de 2005, en línea en churchofjesuschrist.org.
- 8. Ortografía original que ilustra las faltas ortográficas que José Smith tenía debido a su formación académica insuficiente
- 9. Letterbook 1, pág. 1, consultado el 8 de agosto de 2020, en línea en josephsmithpapers.org.
- 10. "Lucy Mack Smith, History, 1845", pág. 86, The Joseph Smith Papers, consultado el 16 de septiembre de 2020, en línea en josephsmithpapers.org.
- 11. Joseph Smith III, "Last Testimony of Sister Emma", Saints' Herald 26 (October 1, 1879): 289–90; Joseph Smith III, "Last Testimony of Sister Emma", Saints' Advocate 2 (October 1879): 50–52; como se cita en John W. Welch, "The Miraculous Timing of the Translation of the Book of Mormon", en Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestations 1820–1844, 2a edición, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Press, 2017), pág. 144, doc. 41.
- 12. Simon Smith to the editor, April 30, 1884, Saints' Herald 31 (May 24, 1884): 324; como se cita en Welch, "The Miraculous Timing", págs. 149–150, doc. 53. Una "letra de cambio" era probablemente un pagaré, que era un acuerdo en el que se especificaban los detalles de una transacción financiera. Véase Robert A. Rees, "John Milton, Joseph Smith, and the Book of Mormon", BYU Studies Quarterly 54, no. 3 (2015): 14.
- 13. "The Golden Tables", Chicago Times, August 7, 1875, pág. 1. Véase también Blair, "Letter of W. W. Blair about Mr. Michael Morse", págs. 190-91; citado en Welch, "The Miraculous Timing", pág. 92.
- 14. M. J. Hubble, entrevista, 13 de noviembre de 1886; citado en Welch, "The Miraculous Timing", págs. 174–175, doc. 97.
- 15. Véase Central de las Escrituras, "¿Tenía Jerusalén muros alrededor de ella? (1 Nefi 4:4)", KnoWhy 7 (7 de enero de 2017); Welch, " The Miraculous Timing ", pág. 142 (doc. 38), 172 (doc. 95), 175 (doc. 97.
- 16. Véase Welch, "The Miraculous Timing", págs. 141–142 (doc. 38), 150 (doc. 54), 169 (doc. 90), 170 (doc. 91), 172 (doc. 95). Véase también, Letter to William E. McLellin, 30 May 1847, Ensign of Liberty, pág. 1 (enero de 1848): 63, como se cita en Richard L. Anderson, "Personal Writings of the Book of Mormon Witnesses", en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), pág. 53: "Decir que un hombre de la capacidad de José, que en ese momento no sabía cómo pronunciar la palabra Nefi, pudo escribir un libro de seiscientas páginas, tan correcto como el Libro de Mormón, sin un poder sobrenatural... sería tratar al Dios del cielo con desprecio al negar estos testimonios".
- 17. Isaac Hale como se cita en E. D. Howe, Mormonism Unvailed: or, A Faithful Account of That Singular Imposition and Delusion, From Its Rise to the Present Time (Painesville, OH: E. D. Howe, 1834), pág. 263.
- 18. John H. Gilbert, citado en "The Hill Cumorah and the Book of Mormon", The Saints' Herald, vol. 28, (1881): 165–166.
- 19. Michael Morse citado en William W. Blair to Editors, 22 May 1879, Saints' Herald 26 (15 de junio de 1879): 190–191. Se observa en la entrevista que Morse "no es, y nunca ha sido un creyente de la misión profética de José".
- 20. Michael Morse citado en William W. Blair to Editors, 22 May 1879, Saints' Herald 26 (15 de junio de 1879): 190–191.
- 21. Mitchell K. Schaefer, ed., Willliam E. McLellin's Lost Manuscript (Salt Lake City, UT: Eborn Books, 2012), págs. 175–176. Véase también Michael De Groote, "Inside the lost McLellin notebook", Deseret News, 28 de enero de 2009, consultado el 16 de septiembre de 2020, en línea en deseret.com.
- 22. Howe, Mormonism Unvailed, pág. 12.
- 23. "Golden Bible, No. 3" Palmyra Reflector, 1 February 1831.
- 24. Una lista de documentos que José Smith dictó o produjo en los primeros años de su ministerio se ha compilado provechosamente aquí: https://www.josephsmithpapers.org/the-papers/documents/pre1830.
- 25. Robert A. Rees, "Joseph Smith, the Book of Mormon, and the American Renaissance: An Update", Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 19 (2016): 13.
- 26. Larry E. Morris ha comentado: "En términos de permitir que José Smith mismo se exprese, ningún documento es más crucial que su historia de 1832". Larry E. Morris, A Documentary History of the Book of Mormon (New York: Oxford University Press, 2019), pág. 6.
- 27. Rees, "Joseph Smith", pág. 13.
- 28. John W. Barber y Henry Howe, Historical Collections of the State of New York (New York, NY: Tuttle, 1841), pág. 581.
- 29. Bernard
DeVoto
, "The Centennial of Mormonism", American Mercury 19, no. 5 (January 1930): 5. - 30. Melvin J. Thorne, "Complexity, Consistency, Ignorance, and Probabilities", en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), pág. 181.
- 31. Grant Hardy, Understanding the Book of Mormon: A Reader's Guide (New York, NY: Oxford University Press, 2010), págs. 6–7. Para ver una reseña útil del libro de Hardy en relación con este análisis, véase Daniel C. Peterson, "An Apologetically Important Nonapologetic Book", Journal of Book of Mormon Studies 25, no. 1 (2016): 52–75.
- 32. Daniel C. Peterson, "Book of Mormon's consistency, complexity still amaze", Deseret News, 27 de octubre de 2011, en línea en deseret.com
- 33. Welch, "The Miraculous Timing", págs. 79-228 proporciona más de 200 documentos históricos con respecto a la traducción del Libro de Mormón. Estos documentos apoyan abrumadoramente la propuesta de que José Smith dictó el texto en presencia de múltiples escribas y testigos. Para la corroboración histórica relacionada con el momento de la traducción, véase John W. Welch, "Timing the Translation of the Book of Mormon: 'Days [and Hours] Never to Be Forgotten'", BYU Studies Quarterly 57, no. 4 (2018): 10–50.
- 34. Véase Brian C. Hales, "Naturalistic Explanations of the Origin of the Book of Mormon: A Longitudinal Study", BYU Studies Quarterly 58, no. 3 (2019): 105–148; Peterson, "Editor’s Introduction: 'In the Hope That Something Will Stick'", xi-xxxv; Daniel C. Peterson, "The Divine Source of the Book of Mormon in the Face of Alternative Theories Advocated by LDS Critics", Presentación en la Conferencia FairMormon 2001, en línea en archive.bookofmormoncentral.org; Louis Midgley, "Who Really Wrote the Book of Mormon? The Critics and Their Theories", en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, Utah: FARMS, 1997), págs. 101–139. Para obtener una descripción general de los estudios de estilometría involucrados en el debate sobre la autoría, véase Central de las Escrituras: "¿Qué nos puede enseñar la estilometría acerca de la autoría del Libro de Mormón? (Jacob 4:4)", KnoWhy 389 (5 de julio de 2018); Central de las Escrituras, "¿Es posible que un solo autor haya escrito el Libro de Mormón? (2 Nefi 27:13)", KnoWhy 399 (25 de julio de 2018).
- 35. Véase Peterson, "A Response", págs. 67–70, Hales, "Naturalistic Explanations", págs. 125-137.
- 36. Book of Mormon, 1830, pág. iii, en línea en josephsmithpapers.org. Véase también Michael Hubbard MacKay y Gerrit J. Dirkmaat, "Firsthand Witness Accounts of the Translation Process", en The Coming Forth of the Book of Mormon: A Marvelous Work and a Wonder, ed. Dennis L. Largey, Andrew H. Hedges, John Hilton III y Kerry Hull (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2015), pág. 63.