KnoWhy #783 | Marzo 18, 2025

¿Por qué Dios da la revelación para la Iglesia solo al Profeta Presidente?

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Scripture Central

"Pero he aquí, de cierto, de cierto te digo, que nadie será nombrado para recibir mandamientos y revelaciones en esta iglesia sino mi siervo José Smith, hijo, porque los recibe así como Moisés". Doctrina y Convenios 28:2

El conocimiento

En septiembre de 1830, José Smith enfrentó lo que Casey Paul Griffiths ha llamado "la primera crisis eclesiástica de la joven Iglesia"1. El Señor había revelado previamente que José Smith "fue llamado por Dios y ordenado apóstol de Jesucristo, para ser el primer élder de esta iglesia" (Doctrina y Convenios 20:2). Ese mismo día, el Señor también había declarado que los santos debían "[dar] oído a todas sus palabras y mandamientos que os dará según los reciba, andando delante de mí con toda santidad; porque recibiréis su palabra con toda fe y paciencia como si viniera de mi propia boca" (Doctrina y Convenios 21:4-5).

A pesar de estas claras expresiones, la Iglesia aún tenía menos de seis meses, y algunos miembros todavía no comprendían plenamente todas las implicaciones de estas instrucciones reveladas. Esto quedó especialmente claro cuando Hiram Page, uno de los Ocho Testigos, emitió dos supuestas revelaciones "concernientes a la edificación de Sion y el orden de la Iglesia" a través de una piedra2. Algunos miembros de la Iglesia en Fayette, entre ellos Oliver Cowdery y la familia Whitmer, sabían que José Smith había utilizado una piedra vidente para recibir revelaciones en el pasado, por lo que estaban dispuestos a creer que Hiram Page también había hecho uso de una piedra similar3.

Cuando José llegó a Fayette para la próxima conferencia de septiembre de la Iglesia, se sorprendió al ver que tantos miembros incondicionales creían en estas revelaciones "estaban en total discrepancia con el orden de la casa de Dios, según se establece en el Nuevo Testamento, así como en nuestras últimas revelaciones"4. Después de pasar una noche en oración y discutir el asunto a fondo con Oliver y los Whitmer, José recibió la revelación que ahora se conoce como Doctrina y Convenios 28.

Esta revelación aclaró que "nadie será nombrado para recibir mandamientos y revelaciones en esta iglesia sino mi siervo José Smith, hijo, porque los recibe así como Moisés. ... porque yo le he dado las llaves de los misterios, y de las revelaciones selladas, hasta que les nombre a otro en su lugar. ... Porque es preciso que todas las cosas se hagan con orden y de común acuerdo en la iglesia, por la oración de fe" (Doctrina y Convenios 28:2, 7, 13; véase también 35:18).

A pesar de que el Señor claramente delineó en esa ocasión que solo el profeta podía recibir revelación dirigiendo a la Iglesia y también cómo Él escogería a otro líder para la Iglesia después de José Smith, el mismo asunto se planteó unos meses después en febrero de 1831, cuando una mujer identificada como la Sra. Hubble también afirmaría estar recibiendo revelación para toda la Iglesia5. Nuevamente, el Señor reiteró que "no se os ha nombrado a ningún otro para que reciba mandamientos y revelaciones" excepto el profeta viviente, y "ningún otro será nombrado a este don sino por medio de él. ... Y esto os será por ley: No recibiréis como revelaciones ni como mandamientos las enseñanzas de ninguno que se presente ante vosotros; y esto os lo doy para que no seáis engañados, y para que sepáis que no son de mí. Porque en verdad os digo, que el que es ordenado por mí entrará por la puerta y será ordenado, como os he dicho antes, para enseñar las revelaciones que habéis recibido y que recibiréis por medio de aquel a quien yo he nombrado" (Doctrina y Convenios 43:3-7).

En otra revelación recibida en 1835, el Señor aclaró aún más que "el deber del presidente del oficio del sumo sacerdocio es presidir a toda la iglesia, y ... ser vidente, revelador, traductor y profeta, teniendo todos los dones de Dios, los cuales él confiere sobre el cabeza de la iglesia" (Doctrina y Convenios 107:91-92). Por lo tanto, cualquier escritura nueva para la Iglesia—ya sean nuevas revelaciones o traducciones inspiradas de las escrituras como el Libro de Mormón o el Libro de Abraham—solo vendría a través de alguien que tenga autoridad para presidir sobre toda la iglesia.

Tal como el Señor lo había prometido, Él nombró a un sucesor de José Smith que estaba capacitado y autorizado para recibir revelaciones para la Iglesia después de la muerte de José. En marzo de 1844, José Smith se reunió con los Doce Apóstoles y les otorgó todas las llaves que necesitarían para dirigir la Iglesia. Según Orson Hyde, José declaró: "Sobre los hombros de los Doce de ahora en adelante debe descansar la responsabilidad de dirigir esta Iglesia hasta que ustedes nombren a otros que sean sus sucesores. ... Transfiero la carga y la responsabilidad de dirigir esta iglesia de mis hombros a los suyos. Ahora, junten sus hombros y párense debajo de ella como hombres"6.

Esta ley de sucesión se articuló en 1835, cuando el Señor dispuso que los Doce, como cuerpo, "constituyen un cuórum, igual en autoridad y poder que los tres presidentes [en la Primera Presidencia]" (Doctrina y Convenios 107:24). Cuando el profeta fallece, el apóstol de mayor antigüedad en cada caso sucesivo es apartado por el Cuórum de los Doce como el próximo Presidente de la Iglesia. Entonces puede reorganizar la Primera Presidencia y ser sostenido por el cuerpo de la Iglesia. Estas llaves se han transmitido continuamente de esta manera hasta el día de hoy. Por lo tanto, cualquier nueva revelación o escritura está autorizada a venir solo a través del profeta viviente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, siguiendo estas revelaciones y principios que el Señor ha declarado repetidamente7.

El porqué

Después de que José Smith recibiera la sección 28 y la leyera en la conferencia de la Iglesia de septiembre de 1830, Newel Knight registró: "Hno. Page así como... toda la Iglesia que estaba presente renunció a dicha piedra y a todas las cosas relacionadas con ella, para nuestra satisfacción y felicidad"8. Emer Harris señaló además que la piedra de Hiram Page "fue hecha polvo y los escritos quemados"9.

En última instancia, estos primeros desafíos "giraban en torno a una simple pregunta: En una iglesia en la que cualquiera puede recibir revelación, ¿quién tiene el derecho de recibir revelación para toda la iglesia?"10. En ambos casos y en otras partes de las revelaciones de José Smith, la respuesta fue siempre la misma: mientras que los individuos pueden recibir revelación para sus propias vidas o sobre sus mayordomías debidamente autorizadas, solo el profeta presidente del Señor puede recibir revelación para toda la Iglesia.

José resumiría este principio cuando más tarde escribió: "…Es contrario a la economía de Dios que un miembro de la Iglesia, o cualquier otro, reciba instrucciones para los que poseen una autoridad mayor que la de ellos" y, por lo tanto, cualquier revelación sería estrictamente "para su propio beneficio e instrucción, porque los principios, gobierno y doctrina fundamentales de la Iglesia son investidos con las llaves del reino”11.

Siguiendo estas repetidas y claras instrucciones que el Señor ha dado, ésta ha sido la enseñanza constante de los profetas y apóstoles desde entonces. Por ejemplo, el presidente Dallin H. Oaks enseñó recientemente sobre la diferencia entre la revelación personal y la revelación dada a los líderes de la Iglesia, declarando que cada una es una línea vital de comunicación. La línea personal implica recibir respuestas a las oraciones y "es la fuente de nuestro testimonio de la verdad, de nuestro conocimiento y de nuestra guía personal de un amoroso Padre Celestial"; la línea del sacerdocio—la revelación dada al profeta— "es el canal por el que Dios ha hablado a Sus hijos por medio de las Escrituras en épocas pasadas. Y es esta línea mediante la cual habla en la actualidad mediante las enseñanzas y el consejo de los profetas y apóstoles vivientes y otros líderes inspirados"12. Ambas son líneas necesarias de comunicación con nuestro Padre Celestial.

El élder Dale G. Renlund también ha relatado recientemente que una persona se puso en contacto con él y le "dijo que se le había revelado que había otras Escrituras enterradas debajo de la planta baja del edificio al que había tratado de entrar. Declaró que sabía que cuando obtuviera las otras Escrituras, recibiría el don de traducir, sacaría a luz nuevas Escrituras, y definiría la doctrina y el curso de la Iglesia". El élder Renlund le dijo que estaba equivocado y además enseñó a los santos: "No necesitaba orar sobre aquel pedido por una simple pero profunda razón: solo el profeta recibe revelación para la Iglesia"13.

El presidente Joseph Fielding Smith también enseñó: "El Señor dará sus revelaciones de la manera apropiada, a aquel que sea designado para recibir y difundir la palabra de Dios a los miembros de la Iglesia"14. Estos principios han sido dados al mundo "para que no seáis engañados" (Doctrina y Convenios 43:6)15. A medida que los discípulos modernos de Cristo se aferran a este principio, las bendiciones del Señor pueden fluir libremente sobre ellos.

Otras lecturas
Notas al pie de página
Doctrina y Convenios
Historia de la Iglesia
Hiram Page
José Smith
Profeta
Revelación
Revelación personal
Piedra vidente
Administración de la Iglesia

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