KnoWhy #775 | Enero 28, 2025
¿Por qué Martin Harris decía a veces que veía las planchas con ojos espirituales?
Publicación aportada por
Scripture Central

"Y entonces dirá a los de esta generación: He aquí, yo he visto las cosas que el Señor ha mostrado a José Smith, hijo, y ciertamente sé que son verdaderas, porque las he visto, pues se me han mostrado por el poder de Dios y no del hombre. Y yo, el Señor, le mando a mi siervo Martin Harris que no les hable más acerca de estas cosas, sino que solo diga: Las he visto, y me han sido mostradas por el poder de Dios; y estas son las palabras que él dirá". Doctrina y Convenios 5:25–26
El conocimiento
Cuando Martin Harris se le concedió ver las planchas de oro en junio de 1829, exclamó emocionado: “¡Es suficiente, es suficiente! ¡Mis ojos han visto, mis ojos han visto!”1. Sin embargo, poco después, algunos de los vecinos escépticos de Martin comenzaron a informar que Martin decía que había visto al ángel y las planchas con “ojos espirituales” o con el “ojo de la fe” cuando lo interrogaban acerca de la experiencia2. Algunos consideran que estas declaraciones significan que Martin y los demás Testigos del Libro de Mormón nunca vieron realmente las planchas, al menos no “literal y físicamente”, sino que solo tuvieron una “experiencia visionaria” subjetiva e interna3.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que todas las fuentes que utilizan el lenguaje de la visión espiritual son, en el mejor de los casos, de segunda mano y solo las repiten aquellos que se muestran escépticos ante las afirmaciones de los Testigos. Por lo tanto, es probable que no representen fielmente lo que Martin Harris intentaba comunicar sobre su experiencia4. En las declaraciones de primera mano que se conservan, ninguno de los Tres Testigos utiliza este tipo de lenguaje para hablar de su experiencia5.
Aunque los escépticos a lo largo de los siglos han representado las visiones y la visión espiritual como algo distinto de la experiencia natural, esto no refleja cómo entendían los Testigos su propia experiencia. David Whitmer explicó: "Por supuesto que estábamos en el espíritu cuando tuvimos la visión, porque ningún hombre puede contemplar el rostro de un ángel, excepto en una visión espiritual, pero estábamos en el cuerpo también, y todo era natural para nosotros, como lo es en cualquier momento"6.
Esto diferencia la concepción de la visión espiritual de los Testigos de la concepción común del siglo XIX. Después del periodo del Nuevo Testamento, la tradición judeocristiana se vio cada vez más influida por las ideas de la filosofía griega, incluida la idea platónica de que "las cosas más valiosas y más reales son inmateriales, invisibles y eternas, y todo lo que conocemos a través de los sentidos es menos real, menos valioso7. Dios y el reino divino pasaron a considerarse incorpóreos, invisibles e inmateriales. Las visiones vistas con el 'ojo de la fe' u 'ojo espiritual' adquirieron el sentido de ver cosas que, de otro modo, se creía que eran intangibles e imposibles de ver8.
Dentro de esta perspectiva del mundo, cuando la gente afirmaba tener "visitas más tangibles" de seres celestiales "en las que el creyente podía ver, oír y, a veces, tocar al mensajero espiritual", la visión estaba bajo sospecha de ser "no divina, sino patológica en algún sentido. En general, las visiones deben ser vistas—no sentidas ni oídas de ninguna manera física—y vistas solo por el 'ojo de la fe'"9. Esto crea inherentemente una dicotomía absoluta entre los sentidos espirituales y naturales. Las personas que afirmaban experimentar visiones a través de sus sentidos naturales solían ser consideradas locas, ilusas o dementes10.
Sin embargo, en el evangelio restaurado de Jesucristo, se rechazó la dicotomía entre sentidos espirituales y naturales11. José Smith aprendió por revelación que Dios tiene un cuerpo físico y que todo espíritu es materia (DyC 130:22; 131:7-8). Como tal, las escrituras de la Restauración presentan una forma alternativa de entender lo que significa ver con "ojos espirituales" o el "ojo de la fe".
Por ejemplo, Moroni enseñó que los grandes videntes como el hermano de Jared "realmente vieron con sus propios ojos las cosas que habían visto con el ojo de la fe" (Éter 12:19; cursiva agregada). En su visión, el hermano de Jared presenció cómo el cuerpo espiritual premortal del Señor interactuaba físicamente con objetos materiales, e incluso recibió de Él artefactos tangibles (las dos piedras intérpretes) (véase Éter 3). No obstante, se podía interactuar físicamente con lo que se veía por la fe a través de los sentidos naturales12.
Asimismo, el Libro de Moisés afirma que Moisés "vio a Dios cara a cara, y habló con él, y la gloria de Dios cubrió a Moisés; por lo tanto, Moisés pudo soportar su presencia" (Moisés 1:2). Sin embargo, el Señor le dice a Moisés que "ningún hombre puede ver toda mi gloria y después permanecer en la carne sobre la tierra" (Moisés 1:5). Moisés concluye así: "Pero ahora mis propios ojos han visto a Dios; pero no mis ojos naturales, sino mis ojos espirituales; porque mis ojos naturales no hubieran podido ver; porque habría desfallecido y me habría muerto en su presencia; mas su gloria me cubrió, y vi su rostro, porque fui transfigurado delante de él" (Moisés 1:11). Moisés estuvo realmente en la presencia de Dios y habló con Él cara a cara, pero tuvo que transfigurarse físicamente para poder contemplar su gloria13.
En cambio, no fue necesaria ninguna transfiguración cuando Satanás se apareció a Moisés, y este proclamó: "[P]uedo verte a ti según el hombre natural" (Moisés 1:14). A pesar de que se trataría también de un encuentro visionario con un ser sobrenatural, "Moisés pudo ver el reino oscuro de Satanás como hombre natural con sus ojos naturales"14.
Estos ejemplos ilustran que la interpretación bíblica de la visión por el "ojo de la fe" u "ojos espirituales" difiere de los puntos de vista teológicos comunes en el siglo XIX. No se refiere a tener una visión interna y subjetiva de un reino divino inmaterial e imposible de ver; más bien, se refiere a estar espiritualmente preparado y preservado mientras se encuentra la intensa gloria de un ser divino con los sentidos naturales.
El porqué
Las enseñanzas de la Restauración sobre la naturaleza física de Dios y los espíritus y lo que significa ver cosas espirituales proporcionan el contexto necesario para entender correctamente lo que Martin Harris probablemente quiso decir cuando habló de ver las planchas con "ojos espirituales". En el Libro de Mormón y el Libro de Moisés, la vista espiritual viene sobre individuos que ejercen una fe tan grande que el Señor les permite y les da poder para ver cosas sagradas. Las propias declaraciones de Martin Harris concuerdan con este punto de vista.
Incluso antes de unirse a la Iglesia, Martin había rechazado la idea de un Dios inmaterial "sin cuerpo, partes ni pasiones" porque "no tendría miedo de batirse en duelo con un dios así"15. En su lugar, Martin aceptó la idea de Dios reflejada en el Antiguo Testamento—y en las Escrituras de la Restauración— según la cual Dios tenía un cuerpo físico que "ningún hombre podía ver... y vivir" debido a la naturaleza gloriosa de la presencia de Dios16. Del mismo modo, los objetos más sagrados del tabernáculo se colocaban más allá del velo del Lugar Santísimo y no podían "ser vistos bajo pena de muerte"17. Esto es similar a la opinión de Martin sobre lo que ocurriría si mirara las planchas o a los intérpretes sin que Dios le autorizara primero a hacerlo18.
Neal Rappleye explicó: "Dentro de este marco teológico, la diferencia entre la visión natural y la espiritual no es una diferencia entre lo material y lo inmaterial, o entre la realidad física y externa y una visión interna e imaginaria. Más bien, se trata de estar divinamente autorizado para ver lo que solo Dios puede permitir ver"19. Por lo tanto, decir que uno ha visto con “ojos espirituales” es otra forma de expresar que algo fue visto “por el poder de Dios y no del hombre”. Cuando Martin recibió por primera vez la promesa de que el Señor "le [concedería] que mire las cosas que desea ver" si era humilde y fiel, el Señor le explicó que entonces se esperaría que Martin diera testimonio de lo que vio y de cómo lo vio: "Y entonces dirá a los de esta generación: He aquí, yo he visto las cosas que el Señor ha mostrado a José Smith, hijo, y ciertamente sé que son verdaderas, porque las he visto, pues se me han mostrado por el poder de Dios y no del hombre"20.
Más tarde, cuando Martin fue nombrado uno de los Tres Testigos junto con David Whitmer y Oliver Cowdery, el Señor explicó: "Y será por vuestra fe que se os concederá verlas, sí, mediante esa fe que tuvieron los profetas de la antigüedad. Y después de haber logrado fe, y de haberlas visto con vuestros ojos, testificaréis de ellas por el poder de Dios" (DyC 17:2-3). En su declaración oficial, los Tres Testigos afirmaron que las planchas y los grabados "se nos han mostrado por el poder de Dios y no por el de ningún hombre" y que fue "por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que estas cosas son verdaderas"21.
Martin Harris trató de ser fiel a su encomienda de testificar que había visto las planchas por el poder de Dios. En el transcurso de una entrevista, cuando se le preguntó cómo había visto las planchas, explicó: "Me está prohibido decir cómo me las mostró el Señor, excepto que las he visto por el poder de Dios"22. Si los recuerdos de Martin utilizando frases como "ojos espirituales" u "ojo de fe" son correctos, entonces es probable que su intención fuera transmitir que lo que había visto le fue mostrado por el poder divino y no por manos humanas.
Lo que no pretendía transmitir era la idea de que lo que había visto era imaginario o irreal. Como explicó Richard Lloyd Anderson, Martin Harris "reivindicaba con confianza algo más, no algo menos que la visión normal"23.
Neal Rappleye, “Material Plates, Spiritual Vision: Martin Harris, Divine Materiality, and Seeing with ‘Spiritual Eyes’”, en Steadfast in Defense of Faith: Essays in Honor of Daniel C. Peterson, ed. Shirley S. Ricks, Stephen D. Ricks y Louis C. Midgley (Interpreter Foundation; Eborn Books, 2023), 271–98.
Susan Easton Black y Larry C. Porter, Martin Harris: Uncompromising Witness of the Book of Mormon (BYU Studies, 2018).
Richard Lloyd Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses (Deseret Book, 1981).
- 1. “History Draft, ca. June 1839–1841”, en Histories, Volume 1: Joseph Smith Histories, 1832–1844, ed. Karen Lynn Davidson et al., vol. 1 of the Histories series of The Joseph Smith Papers, ed. Dean C. Jessee, Ronald K. Esplin y Richard Lyman Bushman (Church Historian’s Press, 2012), 320.
- 2. Jesse Townsend to Phineas Stiles, December 24, 1833; John A. Clark to Dear Brethren, August 31, 1840; Pomeroy Tucker, Origin, Rise, and Progress of Mormonism. Estas fuentes pueden consultarse en Larry E. Morris, ed., A Documentary History of the Book of Mormon (Oxford University Press, 2019), 173, 391, 394.
- 3. Véase, por ejemplo, Dan Vogel, ed., Early Mormon Documents, 5 vols. (Signature Books, 1996–2003), 2:255. Para una respuesta a la afirmación de que los Ocho Testigos también vieron las planchas solo con "ojos espirituales", véase Neal Rappleye y Stephen O. Smoot, “Stephen Burnett Versus the Eight Witnesses: An Exercise in Mature Historical Thinking”, Religious Educator 25, no. 2 (2024): 27–64.
- 4. Véase Neal Rappleye, “Material Plates, Spiritual Vision: Martin Harris, Divine Materiality, and Seeing with ‘Spiritual Eyes’”, en Steadfast in Defense of Faith: Essays in Honor of Daniel C. Peterson, ed. Shirley S. Ricks, Stephen D. Ricks y Louis C. Midgley (Interpreter Foundation; Eborn Books, 2023), 274.
- 5. Richard L. Anderson, “Personal Writings of the Book of Mormon Witnesses”, en Book of Mormon Authorship Revisited, ed. Noel B. Reynolds (Foundation for Ancient Research and Mormon Studies [FARMS], 1997), 42–50. Para un análisis más exhaustivo de las fuentes primarias sobre cada uno de los Tres Testigos, véase Richard Lloyd Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses (Deseret Book, 1981), 37–120.
- 6. David Whitmer to Anthony Metcalfe, 2 April 1887, en Vogel, Early Mormon Documents, 5:193.
- 7. Esther J. Hamori, “When Gods Were Men”: The Embodied God in Biblical and Near Eastern Literature (De Gruyter, 2008), 37. Para un análisis de la introducción de la filosofía griega en el pensamiento cristiano primitivo, véase Daniel W. Graham y James L. Siebach, “The Introduction of Philosophy into Early Christianity”, en Early Christians in Disarray: Contemporary LDS Perspectives on the Christian Apostasy, ed. Noel B. Reynolds (FARMS, 2005), 205–37.
- 8. Rappleye, “Material Plates, Spiritual Vision”, 275–78.
- 9. Susan Juster, Doomsayers: Anglo-American Prophecy in the Age of Revelation (University of Pennsylvania Press, 2003), 115.
- 10. J. Spencer Fluhman, “A Peculiar People”: Anti-Mormonism and the Making of Religion in Nineteenth-Century America (University of North Carolina Press, 2012), 49–77.
- 11. Véase David L. Paulsen, “The Doctrine of Divine Embodiment: Restoration, Judeo-Christian, and Philosophical Perspectives”, BYU Studies 35, no. 4 (1995–1996): 7–94; John W. Welch, “When Did Joseph Smith Know that the Father and the Son Have Bodies as Tangible as Man’s?”, BYU Studies Quarterly 59 no. 2 (2020): 298–310.
- 12. Véase Rappleye, “Material Plates, Spiritual Vision”, 281–83.
- 13. Rappleye, “Material Plates, Spiritual Vision”, 283–85.
- 14. Richard L. Bushman, “Mormon, Moses, and the Representation of Reality”, Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 46 (2021): 299.
- 15. Testimony of Martin Harris, September 4, 1870, MS 4806, Edward Stevenson Collection (1849–1922), Salt Lake City, Church History Library.
- 16. Joel Tiffany, “Mormonism—No. 2”, Tiffany’s Monthly 5, no. 4 (August 1859), en Morris, Documentary History, 194. Martin se refiere a Éxodo 33:20. Compare Génesis 16:13; 32:30; Levítico 16:2, 13; Deuteronomio 5:22–27; Jueces 6:22–23; 13:22–23; Isaías 6:5. Sobre el hecho de que Dios tuviera un cuerpo en el Antiguo Testamento, véase Central de las Escrituras, “¿Por qué el hombre y la mujer fueron creados a imagen de Dios? (Éter 3:15)”, KnoWhy 627 (enero 14, 2022).
- 17. Michael B. Hundley, “Sacred Spaces, Objects, Offerings, and People in the Priestly Texts: A Reappraisal”, Journal of Biblical Literature 132, no. 4 (2013): 758.
- 18. Tiffany, “Mormonism—No. 2”; Charles Anthon to E. D. Howe, February 17, 1834; Charles Anthon to T. W. Coit, April 3, 1841. Estas fuentes se pueden encontrar en Morris, Historia Documental, 194, 231, 234.
- 19. Rappleye, “Material Plates, Spiritual Vision”, 287.
- 20. DyC 5:24–25. Véase Central de las Escrituras, “¿Por qué Martin quería ver las planchas en marzo de 1829? (2 Nefi 11:3)”, KnoWhy 592 (enero 25, 2021).
- 21. "El Testimonio de Tres Testigos".
- 22. Tiffany, “Mormonism—No. 2”, en Morris, Documentary History, 194.
- 23. Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses, 157.