KnoWhy #264 | Agosto 21, 2019

¿Por qué hay diferentes versiones de las visiones de José Smith y Alma?

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Central de las Escrituras

"[M]ás he aquí, Dios envió a su santo ángel... Y he aquí, nos habló como con voz de trueno, y toda la tierra tembló bajo nuestros pies". Alma 36:6–7

El Conocimiento

La mayoría de los Santos de los Últimos Días están familiarizados con la Primera Visión de José Smith a través del relato canónico que se encuentra en la Perla de Gran Precio (JSH 1:15-20), pero esta no fue la única vez que José le contó a la gente sobre la Primera Visión. José contó la historia en muchas ocasiones. Ahora en día, cuatro diferentes registros de primera mano y varios más de segunda mano sobreviven.1 Estos diversos relatos hacen que la visión de José Smith sea "la mejor visión documentada de teofanía de Dios en la historia”2 y cuando se estudian juntas pueden mejorar la comprensión sobre ese evento fundamental.

Debido a que eventos como este probablemente definan momentos en la vida de los profetas que los experimentan, es común que den múltiples explicaciones de sus experiencias visionarias. Por ejemplo, los tres relatos de la visión de Pablo del Cristo resucitado se encuentran en el Nuevo Testamento.3 Estos diferentes registros fueron contados o escritos con años de diferencia entre sí y para audiencias completamente diferentes, y cada una ofrece una perspectiva diferente.4

La experiencia de Alma hijo con el ángel también se registra varias veces (Mosíah 27:8-37, Alma 36:4-26 y 38:6-8). Los múltiples relatos de Alma sobre su historia de conversión ofrecen varios puntos de comparación con los múltiples relatos de la Primera Visión de José Smith.5

John W. Welch ha llegado a la conclusión de que los relatos de la visión de Alma difieren entre sí, a la luz de sus entornos y audiencias individuales, pero los detalles distintivos en estos tres registros muestran que todos provienen de la misma persona. La evidencia de esto se encuentra en la repetición de las distintas frases entre los registros. Por ejemplo, Mosíah 27:11 declara que el ángel habló con "voz de trueno que hizo temblar el suelo sobre el cual estaban", y Alma 36:7 declara: "Y he aquí, nos habló como con voz de trueno, y toda la tierra tembló bajo nuestros pies". Alma 38:7 dice lo mismo: "[H]e visto a un ángel cara a cara, y me habló, y su voz fue como el trueno, y sacudió toda la tierra".6

Varias otras frases en Mosíah 27:28-29, como nacido de Dios, la hiel de amargura, la maravillosa luz, [a]tormentaba mi alma un suplicio eterno, y no siente más dolor (Mosíah 27:28-29) se usan nuevamente en Alma 36.7 Las repeticiones como esta son una buena evidencia de que una persona experimentó y escribió todo lo que informan los tres registros. Welch razonó: "Alma había contado su historia muchas veces y se había acostumbrado a usar estas palabras y frases características".8

Los detalles en estos relatos son impresionantemente consistentes. En Mosíah 27 y Alma 36, le dijeron a Alma: "Levántate" (Mosíah 27:12-13, Alma 36:7-8) y "recuerda la cautividad de tus padres" (Mosíah 27:16; Alma 36:2, 28-29), exactamente las mismas palabras en ambos registros.9 También hay diferencias entre en los registros.10 Por ejemplo, los hijos de Mosíah se mencionan más a menudo en Mosíah 27:18 y 32 que en Alma 36, probablemente porque el rey Mosíah informó sobre los acontecimientos en Mosíah 27, mientras que Alma compuso Alma 36 y 38.11

Otro ejemplo es Mosíah 27:24-31, una afirmación que parece no ensayada. Como dijo Welch: "Están llenos de emoción y regocijo; son declaraciones directas en primera persona". Por el contrario, Welch ha notado que los comentarios de Alma en Alma 36 y 38 "muestran signos de meditación reflexiva, de años de pensamiento sobre su trascendental conversión". 12

Por ejemplo, en las versiones posteriores, Alma colocó sus palabras en el contexto de su tradición religiosa.13 En lugar de referirse solo a la liberación del padre de Helam (como el ángel mencionado en Mosíah 27:16 ),  Alma también se refirió a paralelismos más antiguos: la liberación de Lehi de Jerusalén y los israelitas de Egipto (véase Alma 36:28-29).14

Otras diferencias están presentes porque Alma "también ha aplicado su experiencia espiritual a la práctica religiosa diaria de sus lectores, sacando lecciones sobre confiar en el Señor a través de las pruebas, problemas y aflicciones (véase Alma 36:3, 27; 38:5)  y acerca de vivir una vida moral y recta (véase Alma 38:9-15)".15

Alma incluso cambió la estructura de una narrativa a otra. Mosíah 27:29-30 contiene un antiguo estilo poético israelita llamado paralelismo antitético ("Yo era X, pero ahora soy Y"), que repitió cuatro veces. En Alma 36, reorganizó estos en una "composición de quiasmo magistralmente elaborado".16 El centro del quiasmo es el punto de inflexión de la vida de Alma, el momento en que recurrió a Cristo para pedir perdón. Él colocó los atributos negativos de Mosíah 27:29-30 en la primera mitad del quiasmo y sus opuestos positivos en la segunda mitad.17

El Porqué

Los profetas, incluso Alma y José Smith, hablaron y escribieron sobre sus experiencias en múltiples ocasiones de diferentes maneras. En los casos de Alma y José Smith, esto fue porque estaban escribiendo sobre la experiencia a diferentes audiencias en diferentes momentos de sus vidas. Como señaló Welch, refiriéndose a Alma:

Los tres relatos... reflejan consistentemente diferentes puntos de vista en la vida de Alma. En Mosíah 27, Alma es un hombre joven, abrumado espontáneamente por el poder del ángel y aterrorizado por la perspectiva del día del juicio (véase Mosíah 27:31). Más adelante en la vida de Alma, está claro que el hombre mayor ha servido fiel y exitosamente a su Señor y su pueblo el resto de sus días (véase Alma 36:24-26), de modo que ahora enfatiza su anhelo de estar presente con Dios (véase Alma 36:22).18

Esto no quiere decir que José y Alma inventaron cosas a medida que avanzaban. Más bien, su variación en los detalles parece haber sido motivada por sus diferentes audiencias e inspirada por lo que habían estado pasando en sus vidas individuales.19 En el relato de 1832, por ejemplo, José se enfocó en la esencia del Salvador y solo aludió a la presencia del Padre porque se estaba enfocando más en el poder expiatorio de Cristo.20 Sin embargo, tanto en el caso de Alma como en el de José, las narraciones tienen todas las características de un recuerdo genuino contado y recontado a lo largo de su vida. Cuando se ven juntos, los diferentes relatos crean un panorama coherente que es lo que uno esperaría de una historia real contada en diferentes momentos a diferentes audiencias.

Tanto José Smith como Alma parecen haber tomado de sus recuerdos de estas visiones repetidas veces a lo largo de sus vidas, recurriendo a ellos como una fuente de fortaleza y usándolos para enseñar a otros.21 Pudo haber sido difícil, si no imposible, que José y Alma incluso explicaran esos eventos abrumadoramente gloriosos a las personas que los rodeaban, pero hicieron lo mejor que pudieron, sabiendo cuánto sus experiencias podían ayudar a los demás. Como observó Welch, refiriéndose a Alma, "estos tres relatos aún muestran profundamente las huellas inconfundibles de una única persona distintiva, que a lo largo de su vida adulta había vivido, meditado, madurado y enseñado perspicazmente por medio de su poderosa y bella historia de conversión".22 Y de José Smith, uno puede concluir de manera similar: "Hay, de hecho, consistencia llamativa en todas las narraciones [de la Primera Visión]; se combinan de manera impresionante para dar una imagen consistente y coherente..., mostrando un alto grado de interdependencia, corroboración acumulativa entre estos registros".23

Alma y José Smith sacaron fuerza de sus experiencias espirituales y las usaron para enseñar a otros. De la misma manera, los lectores modernos del Libro de Mormón pueden regresar repetidamente a las experiencias espirituales en sus vidas como fuente de fortaleza. También pueden, como Alma y José, reflexionar repetidamente sobre el significado de estos eventos y aplicar las experiencias espirituales a su práctica religiosa diaria, sacando lección tras lección de la misma experiencia en diferentes momentos de sus vidas, según sus circunstancias.

Otras Lecturas

John A. Tvedtnes, “The Voice of an Angel,” en Book of Mormon Authorship Revisited, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 311–321.

S. Kent Brown, “Alma’s Conversion: Reminiscences in His Sermons,” en The Book of Mormon: Alma, The Testimony of the Word, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1993), 141–156.

John W. Welch, “Three Accounts of Alma's Conversion,” en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 150–153.

 
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