KnoWhy #275 | Agosto 21, 2019

¿Cómo se vinculan la Expiación, la Resurrección, el Juicio y la Redención?

Publicación aportada por

 

Central de las Escrituras

"[N]o se dará otro nombre, ni otra senda ni medio, por el cual la salvación llegue a los hijos de los hombres, sino en el nombre de Cristo, el Señor Omnipotente". Mosíah 3:17

Principio

El Libro de Mormón es una de las fuentes más importantes disponibles en el mundo ahora en día para entender a Cristo y su misión.1 Varias secciones en este libro contienen enseñanzas extendidas sobre Cristo y Su expiación. Un análisis cuidadoso de las Escrituras del Libro de Mormón, en sus contextos, enseña y revela varias interconexiones entre la expiación, la resurrección, el juicio y la redención que, al principio, podrían no ser obvias.2

El Libro de Mormón, por ejemplo, declara que Cristo fue llamado y preparado para ser nuestro Salvador y Redentor "desde la fundación del mundo". Alma usó este conocimiento al explicar que las personas pueden ser "llamados y preparados desde la fundación del mundo" para cumplir ciertos llamamientos en la vida (Alma 13:3, énfasis agregado) y que esto sucede "por medio de la expiación del Hijo Unigénito, que fue preparado" (Alma 13:5, énfasis agregado). Así como fuimos llamados y preparados para cumplir ciertos llamamientos en esta vida, nuestro Salvador fue preordenado por Dios el Padre en el concilio divino para cumplir su función. 3

El Libro de Mormón dice muy concisamente que Cristo vino a la tierra y voluntariamente sufrió y murió para redimir a toda la humanidad de los efectos negativos de la Caída y pagar la pena por los pecados de la humanidad.4 El rey Benjamín dijo, refiriéndose a los niños pequeños: "[A]sí como en Adán, o por naturaleza, ellos caen, así también la sangre de Cristo expía sus pecados" (Mosíah 3:16). Sin embargo, en el siguiente versículo él declaró que "no se dará otro... medio, por el cual la salvación llegue a los hijos de los hombres, sino en el nombre de Cristo" (v. 17, énfasis agregado).5 La expiación de Cristo no solo redime a los niños pequeños, redime a toda la humanidad de la muerte, y redimirá a todos de los efectos de sus pecados si son sumisos, humildes y se arrepienten.6

Un aspecto profundo del Libro de Mormón es que muestra en detalle las conexiones confusas entre la Resurrección y los otros aspectos de la Expiación.7 Demuestra que "La expiación de Jesucristo incluyó Su padecimiento por los pecados de la humanidad en el Jardín de Getsemaní, el derramamiento de Su sangre, Su sufrimiento y muerte en la cruz, y Su resurrección literal".8

Alma 42:23 declara que "la expiación lleva a efecto la resurrección de los muertos; y la resurrección de los muertos lleva a los hombres de regreso a la presencia de Dios... para ser juzgados según sus obras" (Alma 42:23). El Libro de Mormón recuerda a sus lectores que muchas facetas diferentes de la Expiación son esenciales, y que la Expiación y la Resurrección no se pueden considerar por separado.9

El Libro de Mormón también enseña: "El sacrificio expiatorio de Jesucristo proporcionó el único modo de que seamos limpiados y perdonados por nuestros pecados a fin de poder morar en la presencia de Dios eternamente".10 Como dice 2 Nefi 2:8: "[N]inguna carne puede morar en la presencia de Dios, sino por medio de los méritos, y misericordia, y gracia del Santo Mesías".

Sin embargo, inmediatamente después, declara que el Mesías, "da su vida, según la carne, y la vuelve a tomar por el poder del Espíritu, para efectuar la resurrección de los muertos, siendo el primero que ha de resucitar" (2 Nefi 2:8). Esto demuestra cuán integral es la Resurrección a la Expiación.11 El Libro de Mormón nos dice que Cristo "fue el primero en resucitar. Se levantó de la tumba con un cuerpo glorificado e inmortal de carne y hueso. Debido a Su expiación, todo el género humano resucitará con un cuerpo perfecto e inmortal, y serán llevados de regreso a la presencia de Dios para ser juzgados"12 de acuerdo a sus obras y hechos que realizaron mientras estuvieron en esos cuerpos en la mortalidad (Alma 33:22, énfasis añadido).

Aplicación

El Libro de Mormón recuerda a sus lectores que el sacrificio de Cristo "beneficia a cada uno de nosotros y demuestra el valor infinito de cada hijo del Padre Celestial".13 2 Nefi 2:10 dice que "por motivo de la intercesión hecha por todos, todos los hombres vienen a Dios" para ser juzgados. Y sin embargo, solo porque "todos los hombres" pueden acercarse a Dios a través de la Expiación, eso no significa que no haya nada más que las personas deban hacer. Cuando pagó la pena por los pecados de la humanidad, Cristo no eliminó la responsabilidad personal.14

2 Nefi 2:7 declara que Cristo "se ofrece a sí mismo en sacrificio por el pecado, para satisfacer los fines de la ley, por todos los de corazón quebrantado y de espíritu contrito; y por nadie más se pueden satisfacer los fines de la ley". Con el propósito de recibir todo lo que Cristo está dispuesto a ofrecer, las personas necesitan un corazón quebrantado y un espíritu contrito. Esta es una alusión a Salmos 51:16-17: "[P]orque tú no quieres sacrificio, que yo sí daría; no te deleitas en holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón quebrantado y contrito no despreciarás tú, oh Dios". Para aprovechar la ofrenda de Cristo de sí mismo como un "sacrificio por el pecado", la gente también debe ofrecerse a sí misma. Deben ofrecer "los sacrificios a Dios": su propio corazón quebrantado y su espíritu contrito.15

La humanidad muestra amor por Dios, pero Cristo también muestra su amor infinito a la humanidad. Sin embargo, el élder D. Todd Christofferson afirmó que el amor de Cristo no se describe como amor incondicional en las Escrituras, "porque la palabra incondicional puede transmitir ideas incorrectas acerca del amor divino, tales como, que Dios tolera y excusa todo porque Su amor es incondicional, o que Dios no exige nada de nosotros porque Su amor es incondicional, o que todos son salvos en el reino celestial de Dios porque Su amor es incondicional". Él continuó:

El amor de Dios es infinito y perdurará para siempre, pero lo que signifique para cada uno de nosotros dependerá de cómo respondamos a Su amor... Para recibir Su gracia, debemos tener fe en Jesucristo y guardar Sus mandamientos, que incluye arrepentirnos de nuestros pecados, bautizarnos para la remisión de pecados, recibir el Espíritu Santo y permanecer en la senda de la obediencia.16

A medida que los lectores del Libro de Mormón experimentan un corazón quebrantado y un espíritu contrito, pueden aprovechar la Expiación más plenamente y acercarse más a Cristo.17 Esto los preparará finalmente para presentarse ante Dios, en sus cuerpos inmortales y resucitados, siendo encontrados agradables a Dios y dignos de disfrutar de su divina presencia, poder y gloria para siempre.

Otras Lecturas

Élder D. Todd Christofferson, “'Permaneced en mi amor'”, Liahona, octubre 2016, 48-51, en línea en lds.org.

Élder Jeffrey R. Holland, “Nadie estuvo con Él”, Liahona, abril 2009, 86–88, online at lds.org.

President Boyd K. Packer, “The Mediator,” Ensign, April 1977, en línea en lds.org.

 
Expiación
Sangre
Rey Benjamín
Amor
Dios, amor de
Arrepentimiento
Resurrección
Libro de Mormón

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