Evidencia #204 | Junio 15, 2021
Migraciones hacia el norte
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
Los relatos del Libro de Mormón sobre las migraciones hacia la tierra del norte concuerdan con las evidencias de la arqueología, la lingüística, la agricultura y otros campos."En tiempos de José Smith", escribe el antropólogo Santo de los Últimos Días John Sorenson, "existía la opinión de que el hemisferio occidental estaba poblado al otro lado del Estrecho de Bearing, y que la civilización se desplazó desde el noroeste a través de América del Norte y luego a América Central. Contrario a ese punto de vista, el Libro de Mormón habla de migraciones que van en sentido opuesto, desde la tierra hacia el sur hacia el norte, en el primer siglo antes de Cristo"1.
Migraciones hacia el norte por tierra y mar en el Libro de Mormón
A partir del año treinta y siete del gobierno de los jueces, muchas personas del pueblo de Nefi comenzaron a establecer asentamientos en la tierra del norte. Este movimiento expansivo incluyó migraciones tanto por tierra como por mar. En ese momento "hubo una compañía numerosa de hombres, sí, la cantidad de cinco mil cuatrocientos hombres, con sus esposas y sus hijos, que salieron de la tierra de Zarahemla para la tierra que se hallaba al norte" (Alma 63:4). La empresa de construcción naval dirigida por Hagot (Alma 63:5–8, 10), así como las actividades posteriores de construcción naval (Helamán 3:10, 14), permitieron que más nefitas establecieran asentamientos en la tierra hacia el norte (y presumiblemente en otros lugares)2. Finalmente, "hubo mucha gente que salió hacia la tierra del norte" (Alma 63:9).
Durante el reinado de Helamán, un grupo numeroso "viaj[ó] una inmensa distancia, a tal grado que llegaron a grandes extensiones de aguas y muchos ríos. Sí, y se esparcieron por todas partes de aquella tierra" (Helamán 3:4–5). Éstos y muchos otros establecieron significativos asentamientos en toda la región. "Y sucedió que se multiplicaron y se extendieron, y salieron de la tierra del sur para la tierra del norte, y se diseminaron a tal grado que empezaron a cubrir la superficie de toda esa tierra, desde el mar del sur hasta el mar del norte, y desde el mar del oeste hasta el mar del este" (Helamán 3:8).
En diferentes épocas, el comercio entre asentamientos del norte y del sur fue notable (Helamán 3:10–11, 14; 6:8–13). Si bien el texto no proporciona muchos detalles sobre estas personas y su historia, después de un período de rectitud, los descendientes de estos migrantes hacia el norte finalmente fueron "esparcidos sobre la superficie de la tierra" (Helamán 3:16; Mormón 5:15), lo que sugiere que no solo durante, sino después de la época del Libro de Mormón, los descendientes del pueblo de Lehi se extendieron por toda América del Norte y pueden haberse dispersado un poco con el tiempo.
Evidencia de las migraciones hacia el norte desde Mesoamérica
Las influencias mesoamericanas en las culturas del suroeste de Estados Unidos se pueden encontrar en la lingüística, la arqueología y la agricultura3. Las evidencias lingüísticas de las lenguas uto-aztecas, cuidadosamente catalogada por Brian Stubbs, apuntan a importantes movimientos e interacciones entre México y el suroeste de Estados Unidos4. La evidencia arqueológica sugiere una trayectoria similar. Randall McGuire señala,
Varios autores vinculan la expansión de la agricultura y de una cosmología, símbolos y rituales compartidos con la propagación de la familia lingüística uto-azteca desde el Valle de México hasta Utah. En el norte y oeste de Mesoamérica, el Formativo comienza hacia el año 250 a. C. con el advenimiento de la Tradición Chupicuaro. Desde Zacatecas hasta Durango, Chihuahua y Nuevo México aparece un continuo de estilos cerámicos. Los paralelismos incluyen decoración de color rojo sobre marrón, formas similares de vasijas y diseños en cuartos con simetría bilateral. En el oeste de México, el desarrollo de la vida temprana de las aldeas, la fabricación de cerámica y la agricultura se parecen mucho al Hohokam del período pionero5.
La irrigiación Hohokam, los montículos piramidales o plataforma y los campos de juego de pelota mesoamericanos apuntan a la difusión de ideas culturales desde Mesoamérica hasta el sur de Arizona6. Los artículos comerciales como campanas de cobre y espejos de mosaico de pirita encontrados en los restos de las culturas Pueblo se han caracterizado como "esencialmente idénticos a artículos similares en Mesoamérica"7.
El complejo detallado de símbolos y significados asociados con la agricultura del maíz se conoció durante un largo período de tiempo en Mesoamérica desde al menos el período Formativo Medio de los olmecas hasta la época azteca8. De acuerdo con el especialista en temas maya Karl Taube, "algunos de los aspectos más llamativos de este complejo del Formativo temprano, incluyendo el uso de cabezas de hacha de maíz, fetiches de maíz emplumados y la identificación de la riqueza continúan en el ceremonialismo contemporáneo del período Pueblo del suroeste de Estados Unidos"9. Llega a la conclusión de que "la difusión temprana de la agricultura del maíz en Mesoamérica y el suroeste americano no se limitó a las prácticas y la tecnología agrícolas, sino que implicó un complejo conjunto de rituales y creencias", lo que apunta a una influencia significativa de Mesoamérica10.
Tradiciones, conceptos culturales y creencias religiosas
Otro conjunto de pruebas conecta importantes tradiciones, ideas religiosas y conceptos culturales entre las dos regiones. Los hopi del norte de Arizona, por ejemplo, sostienen que emigraron a su ubicación actual desde el sur y no desde el norte y que "su lugar de surgimiento estaba ‘abajo’ en el sur tropical, en algún lugar de América Central"11.
Según Stephen Plog, "grupos de todo el suroeste y Mesoamérica compartían aspectos significativos de la cosmología y el ritual, y estos aspectos tenían profundas raíces históricas"12. Charles Cobb, Jeffrey Maymon y Randall McGuire afirman: "La cosmología, la religión y los rituales históricos del suroeste presentan muchos paralelismos sorprendentes con las creencias y prácticas mesoamericanas. Cualquiera que esté familiarizado con la mitología de los Pueblos, Navajos, O'odham y Cahitas queda sorprendido por las similitudes con el Popol Vuh maya quiché, especialmente las mujeres araña y los gemelos guerreros de ese mito"13.
Durante las últimas tres décadas, los especialistas en arte del suroeste y de Mesoamérica han encontrado notables correspondencias entre el ceremonialismo Pueblo y la cosmología mesoamericana14. Un grupo de investigadores ha demostrado que existía una estrecha relación entre varias deidades mesoamericanas y figuras divinas conocidas por los grupos del suroeste. Por ejemplo, han descrito correspondencias significativas entre el dios Quetzalcóatl, Tláloc y las figuras de serpientes emplumadas y con cuernos de pueblos como los Awanyu (Tewa), Kolowisi (Zuni) y Paaloloqangw (Hopi)15. Los murales de Kiva y el arte rupestre tienen paralelismos con el simbolismo de guerra asociado con el planeta Venus como la Estrella de la Mañana, el dios de la guerra Sotuqnangu y el dios azteca Tlahuizcalpantecuhtli16. Argumentan de forma persuasiva que este complejo detallado de deidades y ceremonialismo se introdujo en la cultura Pueblo IV desde el oeste de México en algún momento después del año 90017.
Las sutiles similitudes entre estas constelaciones de ideas sugieren que tuvieron que ser transmitidas por grupos de personas desde Mesoamérica hasta el suroeste de Estados Unidos, aunque la naturaleza precisa de sus relaciones y los mecanismos por los que se dispersaron estos rasgos culturales siguen siendo poco conocidos. "El hecho de que estos conjuntos de ideas recorrieran largas distancias, tal vez 1000 kilómetros o más en algunos casos, y se arraigaran entre culturas dispares que se sabe que tienen conexiones históricas implica el movimiento de personas como un mecanismo primario de transmisión". Esto sugiere "la necesidad de reevaluar el paradigma aún generalmente aceptado de la antigua insularidad cultural del suroeste con influencias mínimas de las sociedades y cosmologías mesoamericanas"18.
Conclusión
John Sorenson escribió en 1987: "Los pueblos y los elementos culturales se han extendido por la migración y el comercio de México a América del Norte periódicamente desde mucho antes de la época de Cristo"19. En las últimas tres décadas ha aumentado significativamente la evidencia adicional a favor de la afirmación de Sorenson. La transmisión de bienes materiales, agricultura y conceptos culturales desde la antigua Mesoamérica hasta el suroeste de América del Norte concuerda con las descripciones del Libro de Mormón acerca de las migraciones hacia el norte y la eventual dispersión de los pueblos del Libro de Mormón (así como sus descendientes) por toda la tierra prometida.
LECTURAS ADICIONALES
Mark Alan Wright, “Heartland as Hinterland: The Mesoamerican Core and North American Periphery of Book of Mormon Geography”, Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 13 (2015): 111–129.
John L. Sorenson, “Mesoamericans in Pre-Columbian North America”, en Reexploring the Book of Mormon, ed. John W. Welch (Provo and Salt Lake City, UT: FARMS y Deseret Book, 1992), 218–220.
John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1985) 91-95.
ESCRITURAS RELEVANTES
NOTAS A PIE DE PÁGINA
- 1 John L. Sorenson, “Mesoamericans in Pre-Columbian North America”, en Reexploring the Book of Mormon, ed., John W. Welch (Provo y Salt Lake City, UT: FARMS y Deseret Book, 1992), 218.
- 2 Véase Central de las Escrituras, "¿Por qué Mormón mencionó a Hagot? (Alma 63:8)", KnoWhy 171 (Julio 28, 2017).
- 3 John L. Sorenson, “Mesoamericans in Pre-Columbian North America”, 218–220; Mark Alan Wright, “Heartland as Hinterland: The Mesoamerican Core and North American Periphery of Book of Mormon Geography”, Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 13 (2015): 111–129.
- 4 Véase Scripture Central, “Book of Mormon Evidence: Uto-Aztecan”, 29 de diciembre de 2020, en línea en scripturecentral.org; Brian D. Stubbs, Exploring the Explanatory Power of Semitic and Egyptian in Uto-Aztecan (Provo, UT: Grover Publications, 2015). Según Stubbs, estos datos serían consistentes con el movimiento de algunos grupos lehitas desde sus asentamientos originales en Mesoamérica hacia el norte. Los pueblos uto-aztecas pueden incluir "difusiones hacia el noroeste desde el área histórica hacia la época de Hagot" y serían "parcialmente descendientes de aquellos que se lanzaron al mar occidental para asentarse en las zonas de la costa occidental de la tierra hacia el norte". Brian D. Stubbs, Changes in Languages: From Nephi to Now (Blanding, UT: Four Corners Digital Design, 2016), 163.
- 5 Randall McGuire, “Mesoamerica and the Southwest/Northwest”, en The Oxford Handbook of Mesoamerican Archaeology, ed. Deborah L. Nichols y Christopher A. Pool (Oxford: Oxford University Press, 2012), 515.
- 6 John L. Sorenson, “Mesoamericans in Pre-Columbian North America”, 218–219; James D. Hayden, “Of Hohokam Origins and Other Matters”, American Antiquity 35, no. 1 (1970): 87–93.
- 7 J. Charles Kelley, “Mesoamerica and the Southwestern United States”, en Handbook of Middle American Indians, ed. Gordon F. Ekholm y Gordon R. Wiley, 16 vols. (Austin, TX: University of Texas Press, 1966), 4:96. Otros elementos de carácter mesoamericano se describen en la página 4:95: "(1) una economía agrícola basada en la agricultura de maíz, chile y algodón, y, localmente, el riego; (2) casas y aldeas permanentes, con mampostería de piedra y adobe, planes convencionalizados de aldea, plazas y estructuras religiosas especializadas, incluidos montículos de plataforma, kivas y canchas de pelota; (3) tecnología y arte altamente desarrollados en piedra, hueso, concha, cerámica y tejidos; (4) arte religioso en murales, cerámica y tejidos; (5) estructuras sociopolíticas muy organizadas que enfatizaban la hegemonía de la aldea y el liderazgo dual religioso y secular;(6) un sacerdocio organizado; (7) ceremonialismo organizado que involucra sociedades de sanación, cultos a la fertilidad, cultos de caza y de guerra, deidades astronómicas y de la naturaleza, ceremoniales de lluvia, danzas con máscaras, personificación de dioses, deidades serpientes con cuernos o plumas, con representaciones asociadas de aves y anfibios, conceptos astronómicos-ceremoniales, simbolismos direccionales de los colores y un calendario utilitario y ceremonial organizado, héroes de la cultura con aspectos duales (como dioses gemelos de guerra), culto al sol, ceremoniales del fuego nuevo y de la cosecha, ceremonias relacionados con el cuero cabelludo y posibles vestigios de sacrificios humanos"
- 8 Karl Taube, “Lightening Celts and Corn Fetishes: The Formative Olmec and the Development of Maize Symbolism in Mesoamerica and the American Southwest”, en Olmec Art and Archaeology in Mesoamerica, ed. John E. Clark y Mary E. Pye (New Haven, CT: National Gallery of Art, Washington, D.C., 2000), 297–331.
- 9 Taube, “Lightening Celts and Corn Fetishes”, 297.
- 10 Taube, “Lightening Celts and Corn Fetishes”, 297.
- 11 Frank Waters, Book of the Hopi (New York, NY: Penguin Books, 1963), 115. Waters señala además: "Los hopis creen que los primeros mayas, toltecas y aztecas eran clanes hopi aberrantes que no lograron completar sus cuádruples migraciones, permaneciendo en América Central para construir poderosas ciudades que perecieron porque no pudieron perpetuar su patrón religioso ordenado ... Es más probable que las personas que más tarde se llamaron Hopis fueran una minoría, tal vez un culto religioso, que emigró al norte a la zona de las Cuatro Esquinas de nuestro propio suroeste alrededor del año 700 d. C." (p. 118).
- 12 Stephen Plog, “Ritual and Cosmology in the Chaco Era”, en Religious Transformation in the Late Pre-Hispanic Pueblo World, ed. Donna M. Glowacki y Scott Van Keuren (Tuscon, AZ: University of Arizona Press, 2011), 60.
- 13 Charles R. Cobb, Jeffrey Maymon, Randall H. McGuire, “Feathered, Horned, and Antlered Serpents: Mesoamerican Connections with the Southwest and Southeast”, en Great Towns and Regional Polities in the Prehistoric American Southwest and Southeast, ed. Jill E. Neitzel (Albuquerque, NM: University of New Mexico Press, 1999), 172.
- 14 M. Jane Young, “The Southwest Connection: Similarities between Western Puebloan and Mesoamerican Cosmology”, en World Archaeoastronomy: Selected Papers from the 2nd Oxford International Conference on Archaeoastronomy, celebrado en Mérida, Yucatán, México, 13–17 de enero de 1986, ed. Anthony Aveni (Cambridge: Cambridge University Press, 1988), 167–179; Polly Schaafsma, “Tlalocs, Kachinas, Sacred Bundles, and Related Symbolism in the Southwest and Mesoamerica”, en The Casas Grandes World, ed. Curtis F. Schaafsma y Carol L. Riley (Salt Lake City, UT: University of Utah Press, 1999), 164-192; Michael Mathiowetz, “Leaving One's Handprint: Celebrating the Scholarship of Polly Schaafsma”, New Mexico Historical Review 90, no. 2 (Spring 2015): 165–194; Michael Mathiowetz, Polly Schaafsma, Jeremy Coltman, Karl Taube, “The Darts of Dawn: The Tlahuizcalpantecuhtli Venus Complex in the Iconography of Mesoamerica and the American Southwest”, Journal of the Southwest 57, no. 1 (Spring 2015): 1–102.
- 15 Mathiowetz, “Leaving One's Handprint”, 165–194.
- 16 Mathiowetz, et al., “The Darts of Dawn”, 1–102.
- 17 Mathiowetz, et al., “The Darts of Dawn”, 2.
- 18 Mathiowetz, et al., “The Darts of Dawn”, 46–47.
- 19 John L. Sorenson, “Mesoamericans in Pre-Columbian North America”, 219.