Evidencia #2 | Septiembre 19, 2020
Los primeros manuscritos
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
Aquellos que fueron testigos o participaron en la traducción del Libro de Mormón informaron sobre varios detalles que concuerdan con el análisis de los primeros manuscritos del texto.Lo que observaron los testigos
Varias personas observaron la traducción del Libro de Mormón a medida que se realizaba, algunas de ellas participaron en ese proceso actuando como escribas de José Smith1. Después de analizar las declaraciones de personas cercanas al proceso de traducción, Royal Skousen concluyó que los testigos habrían podido observar las siguientes actividades en un "escenario abierto"2:
- José Smith colocando el [Urim y Tumim] (ya sea los [intérpretes nefitas] o la piedra vidente) en un sombrero y colocando su rostro dentro del sombrero
- José Smith dictando durante largos períodos de tiempo sin consultar ningún libro, documento, manuscrito, o incluso las propias planchas
- José Smith deletreando nombres desconocidos del Libro de Mormón
- Después de cada secuencia dictada, el escriba le leía a José Smith lo que había escrito para que José pudiera verificar la precisión del manuscrito
- José Smith comenzando una sesión de dictado sin preguntarle al escriba dónde había terminado la sesión anterior
El grupo de páginas manuscritas en las que los escribas registraron el dictado de José Smith se conoce como el Manuscrito Original (O). Una copia de esta transcripción original, llamada el Manuscrito de la Imprenta (I), se usó para después preparar el Libro de Mormón para su publicación3. El análisis detallado de Skousen de estos primeros manuscritos ayuda a confirmar varios aspectos de lo que dijeron los testigos sobre la traducción4.
Un texto dictado oralmente
La comparación de los tipos de errores de escritura presentes en O con los errores en I confirma que el texto en inglés del Libro de Mormón fue efectivamente transcrito del dictado oral. En su inmensa mayoría, los errores discernibles en O se explican mejor como el resultado de que un escriba escuchó mal las palabras dictadas. Por el contrario, los errores en I parecen deberse a que un escriba leyó mal las palabras mientras las transcribía de otro documento5. Por lo tanto, los errores en ambos documentos son consistentes con su supuesta forma de producción.
Como ejemplo del tipo de errores de audición contenidos en O, Skousen señala la presencia de una letra et (&) errónea en [el texto en inglés de] 1 Nefi 13:29: "because of these things which are taken away out of the gospel of the Lamb & exceeding great many do stumble [a causa de estas cosas que se han suprimido del evangelio del Cordero y muchísimos tropiezan]". Este error (en negrita) parece explicarse mejor porque el escriba confundió la palabra [en inglés] an [un] con and [y] (escrito como ampersand) debido a su sonido similar. Otros ejemplos de mala audición pueden verse en la palabra "reed" [caña] que se confunde con "weed" [cizaña] que son similares en sonido, "meet" [encontrar] con "beat" [golpear], "him" [a él] confundida con "them" [a ellos], etcétera6.
En otros casos, los errores probablemente ocurrieron porque el sonido de una palabra afectó el sonido de otra palabra cercana. Un ejemplo puede verse en Alma 41:14, donde la s final en la palabra "Sons" [hijos] es un error muy probablemente causado por el hecho de que la siguiente palabra ["see"=ver] comienza con el mismo sonido s: "Therefore my Sons see that ye are merciful unto your Brethren" [Por tanto, mis hijos ven que sois misericordiosos con vuestros hermanos]7. Es decir, si estas palabras se pronunciaron en secuencia rápida, el sonido inicial de la segunda palabra podría haberse malinterpretado fácilmente como el sonido final de la primera palabra. Este ejemplo de Sons [hijos] en plural en O se cambió a Son [hijo] en singular en I porque estaba contextualmente claro que Alma en ese momento estaba hablando solamente con uno de sus hijos: Coriantón8.
Ortografía de nombres desconocidos
Los testigos comentaron que José Smith a veces corregía la ortografía utilizada por sus escribas. La ortografía de los nombres corrobora esta afirmación9. Cuando se introducía un nuevo nombre en el texto, a menudo se tachaba e inmediatamente se sustituía por una ortografía diferente10. Por lo tanto, en el texto hay un tipo de corrección ortográfica bastante sistemática y tiene sentido que los nombres desconocidos hayan necesitado tal corrección. Varios ejemplos, como el primer caso del nombre Coriántumr, que se encuentra en Helamán 1:1511, son especialmente reveladores. Skousen lo explica:
En este caso, no importa cuán lenta o cuidadosamente José Smith pudiera haber pronunciado una y otra vez Coriantumr [Coriántumr], habría sido imposible para él haber especificado que no había ninguna vocal entre la m y la r al final del nombre, excepto deletreando por separado las letras m y r. Tampoco Oliver Cowdery podría haber descifrado esta ortografía, ya que ninguna palabra (o nombre) en inglés termina en mr12.
Esto no significa que las palabras mal escritas no hayan estado en los manuscritos, ni que la ortografía de los nombres haya sido corregida siempre. Claramente no fue un proceso perfecto o infalible13. Sin embargo, hay razones para creer que por lo menos en algunas ocasiones, como con el nombre Coriántumr, el texto del Libro de Mormón fue revelado a José Smith al pie de la letra, tal como lo describieron los testigos.
Escribas repitiendo el dictado de José para corregir
Como se señaló en las secciones anteriores, los errores debidos a similitudes fonéticas (como weed [cizaña] por reed [caña] o variaciones en la ortografía de los nombres) solían quedarse sin corregir. Skousen explica: "La mayoría de los errores no percibidos que permanecen en el manuscrito original no podrían haberse detectado al leerlo de nuevo porque había poca o ninguna diferencia en la pronunciación"14. La cuestión aquí es que los tipos de errores que no se corrigieron son el tipo de errores que fácilmente podrían haberse pasado por alto si un escriba volviera a leer el texto con fines de edición, como dijeron los testigos.
En cuanto a los tipos de errores que fueron corregidos, la "clara mayoría... se hicieron de forma inmediata", lo que indica que lo más probable es que un escriba detectara los errores en el proceso inicial del dictado de José15. Sin embargo, Skousen señala que muchas correcciones no ocurrieron con tal inmediatez:
[T]ambién hay numerosos cambios que son consistentes con un proceso de corrección de errores encontrados mientras se repite el texto. En estos casos, el formato original está completo y el error no suele ser obvio (es decir, no se trata de una lectura difícil); la corrección es superlineal o se inserta en la línea, pero no está borrado, solo hay una tachadura del error y el nivel de flujo de tinta para la corrección suele ser diferente16.
Este segundo tipo de correcciones, cuando se ven junto con el tipo de errores que no fueron corregidos, ofrecen evidencia textual que concuerda con la afirmación de que los escribas del Profeta le leían partes de su texto dictado para editarlo.
Conclusión
Según Skousen, los datos textuales de O e I "proporcionan un valioso apoyo (o al menos evidencia consistente) para algunos acontecimientos que los testigos realmente vieron"17. En primer lugar, la evidencia de que el texto en O procede del dictado oral es sólida. Los tipos de errores que contiene son difíciles de explicar de otro modo18.
En cuanto a las observaciones de los testigos acerca de que los escribas volvían a leer el dictado de José o de que este corregía a veces la ortografía de los nombres, los datos textuales son al menos consistentes con estas afirmaciones. De hecho, parece que algunos tipos de errores se corregían con frecuencia poco después de su dictado a través de algún tipo de proceso de corrección, y hay numerosos casos de correcciones ortográficas, particularmente cuando se trata de los primeros casos de nombres.
Si bien este análisis no confirma de manera definitiva las declaraciones de los testigos sobre estos puntos, ofrece pruebas que corroboran sus afirmaciones. Al mismo tiempo, puede suponer un obstáculo para algunas teorías que asumen que el texto fue elaborado de manera contraria a los datos testimoniales.
Por ejemplo, puede ser tentador suponer que Oliver Cowdery, que era más letrado que José Smith, fue el principal responsable del texto del Libro de Mormón y que tal vez simplemente lo redactó él mismo. Si bien es cierto que la mayor parte del Manuscrito Original restante se conserva de puño y letra de Oliver (que fue el principal escriba de José), los tipos de errores presentes en el texto indican que estaba transcribiendo el dictado de otra persona. Por lo tanto, tal teoría no solo se contradice con la evidencia testimonial que señala sistemáticamente a José como quien dictaba el texto a sus escribas, sino que también va en contra de la propia evidencia del manuscrito.
En resumen, cualquier teoría con respecto al proceso de traducción del Libro de Mormón debe tener en cuenta tanto los datos históricos de los testigos como la evidencia disponible del manuscrito. El hecho de que las declaraciones de los testigos y los datos del manuscrito sean consistentes entre sí en ciertos puntos hace que algunas teorías alternativas sean más difíciles de sostener.
LECTURAS ADICIONALES
Daniel C. Peterson, "A Response: 'What the Manuscripts and the Eyewitnesses Tell Us about the Translation of the Book of Mormon'", Journal of Book of Mormon Studies 11, no. 2 (2002): 67–71.
Royal Skousen, "How Joseph Smith Translated the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript", Journal of Book of Mormon Studies 7, no. 1 (1998): 22–31.
Royal Skousen, "Translating the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript", en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), págs. 61–93.
NOTAS A PIE DE PÁGINA
- 1 Para el análisis de una gran compilación de declaraciones sobre la traducción, véase John W. Welch, "The Miraculous Timing of the Translation of the Book of Mormon", en Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestations, 1820–1844, 2a. edición, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Press, 2017), págs. 79–125. Según Royal Skousen y Robin Scott Jensen, ed., "Volume 3 Introduction", en Revelation and Translations, Volume 3, part 1: Printer's Manuscript of the Book of Mormon, 1 Nephi 1–Alma 35 (Salt Lake City, UT: Church Historian's Press, 2015), xxiv: "Para cuando el texto del Libro de Mormón estaba terminado, Smith había dictado partes a por lo menos siete escribas: Martin Harris, Emma Smith, Samuel Smith, Reuben Hale, Oliver Cowdery, John Whitmer y Christian Whitmer. Cowdery escribió muchas más páginas existentes que todos los otros escribas juntos".
- 2 Royal Skousen, "Translating the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript", en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), págs. 62–63.
- 3 Para obtener una descripción general útil de estos manuscritos, véase Royal Skousen, "Book of Mormon Manuscripts", en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillian, 1992), 1:185–186.
- 4 Véase Skousen, "Translating the Book of Mormon", págs. 61–93. Para una versión similar de este artículo, véase Royal Skousen, "How Joseph Smith Translated the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript", Journal of Book of Mormon Studies 7, no. 1 (1998): 22–31.
- 5 Skousen, "Translating the Book of Mormon", págs. 70–71.
- 6 Véase Skousen, "Translating the Book of Mormon", págs. 67–68.
- 7 Aparte de las letras en negrita, que se han agregado para dar énfasis, este versículo se presenta tal como está escrito en Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 69.
- 8 Skousen, "Translating the Book of Mormon", págs. 68–69.
- 9 Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 76 señala que "Emma Smith y David Whitmer afirmaron que José Smith a veces deletreaba, además de los nombres, palabras en inglés que eran difíciles de pronunciar". Sin embargo, "no hay evidencia sólida en lo que queda del manuscrito original para apoyar esta afirmación de Emma Smith y David Whitmer". En cambio, "las palabras largas en inglés que se encuentran en el resto del manuscrito original con frecuencia están mal escritas" (págs. 76–77). Después de un análisis más profundo, Skousen concluye: "En cualquier caso, si José Smith deletreó palabras largas en inglés, parece haber sido muy poco frecuente. Sin embargo, la falta de evidencia consistente del deletreo de palabras en inglés no necesariamente contradice la declaración de Emma Smith. La descripción de Emma se refiere a cuando estaba fungiendo como escriba, lo que presumiblemente habría sido al comienzo del libro original de Lehi (que formaba parte de las 116 páginas manuscritas que se perdieron posteriormente). Es posible que la pronunciación de José Smith de las palabras largas en inglés haya mejorado lo suficiente a medida que se dictaban las 116 páginas como para que, finalmente, casi nunca tuviera que deletrear palabras difíciles en inglés. Incluso al principio probablemente no habría habido tantas palabras que le causaran dificultad. Habiendo aprendido a pronunciar las palabras difíciles, se habría limitado a confiar en el escriba para deletrear correctamente las palabras que dictaba, excepto los nombres desconocidos" (págs. 78–79). Incluso un número reducido de estos casos probablemente habría sido memorable para los testigos involucrados, dejando una impresión duradera sobre la escasa capacidad literaria de José Smith en ese momento de su vida.
- 10 Véase Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 75.
- 11 Aunque el nombre Coriántumr aparece en las planchas menores de Nefi (véase Omni 1:21), lo más probable es que las planchas menores se tradujeran después de las planchas mayores. Véase Central de las Escrituras, "¿Cómo la secuencia de la 'primera traducción de Mosíah' fortalece la fe? (Palabras de Mormón 1:5)", KnoWhy 503 (16 de marzo de 2019). Esto significa que la aparición de Coriántumr en Helamán 1:15 habría sido la primera vez que Oliver Cowdery se encontró este nombre durante la traducción.
- 12 Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 76. Skousen agrega además: "De hecho, Oliver termina la ortografía correcta Coriántumr con una gran floritura en la r final, la cual Oliver no plasma en ningún otro lugar ni en el original ni en el manuscrito de la imprenta. Esta adición probablemente revela la frustración de Oliver Cowdery por tener que adivinar una ortografía tan extraña" (pág. 76).
- 13 Véase Skousen, "Translating the Book of Mormon", págs. 80–82.
- 14 Skousen, "Translating the Book of Mormon", págs. 83–84.
- 15 Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 84. Skousen añade: "La evidencia de estas correcciones inmediatas incluye: correcciones en la misma línea, tachaduras que muestran manchas de tinta (ya que la tinta aún no se había secado), o correcciones superlineales o inserciones en la línea sin cambios en el nivel de flujo de tinta o diferencia en la pluma. Estas correcciones inmediatas también incluyen numerosos casos en los que la palabra tachada es solo una parte de la palabra deseada o está evidentemente mal escrita" (pág. 84).
- 16 Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 84.
- 17 Skousen, "Translating the Book of Mormon", pág. 84.
- 18 Incluso las extensas citas de Isaías en el Libro de Mormón contienen evidencia de que un escriba escuchó mal su contenido, en lugar de leer mal. Este hecho, junto con las frecuentes faltas de ortografía de los nombres, indica que estos capítulos se produjeron a través de dictados orales y no por un escriba que simplemente copió de una Biblia. Véase Royal Skousen, "Textual Variants in the Isaiah Quotes in the Book of Mormon", en Isaiah in the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1998), págs. 377–388. Uno podría suponer que el propio José posiblemente estaba leyendo de una Biblia, pero los principales testigos de la traducción estuvieron de acuerdo en que no estaba leyendo de ningún libro o manuscrito. Véase Central de las Escrituras, "Sin notas ni materiales de referencia", 2 de noviembre de 2020, en línea en scripturecentral.org.