Evidencia #35 | Septiembre 19, 2020
Hierro olmeca
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
El Libro de Mormón describe a los jareditas extrayendo y trabajando mineral de hierro de la tierra (ca. 1100 a. C.). La arqueología ha demostrado que durante el mismo período de tiempo general, la civilización olmeca extraía mineral de hierro de la tierra, lo transportaba y le daba forma en talleres especializados.Éter 10:23 describe el trabajo del metal jaredita ca. 1100 a. C. El texto no menciona altos hornos ni operaciones de fundición. Parece que, en esa época, los jareditas se limitaban a excavar "de la tierra" minerales naturales de alta calidad y los trabajaban como trozos de material para fabricar objetos útiles. Uno de los minerales metálicos que extraían y trabajaban fue el hierro.
El hierro meteórico de alto grado (hierro procedente de meteoritos caídos) es raro, pero otros minerales de hierro de alto grado como la hematita, la magnetita y la ilmenita son más abundantes y se extraen comercialmente en la actualidad. Es ampliamente conocido entre los arqueólogos que los olmecas fabricaban espejos de hierro pulidos y cóncavos a partir de hematita, magnetita e ilmenita1.
Ambos espejos mostrados anteriormente datan de antes del 400 a. C., la fecha tradicional del colapso olmeca. Una pieza olmeca particularmente impresionante se encuentra ahora en el Museo de Arte Wadsworth Atheneum en Hartford, Connecticut. Se trata de una estatuilla de un enano sentado, elaborado a partir de un único trozo de mineral de hierro hematita muy pulido.
En tres yacimientos del sur de Mesoamérica se han descubierto talleres que trabajaban a escala industrial otra forma de mineral de hierro (ilmenita, principal fuente del titanio moderno): San Lorenzo, en Veracruz, y Mirador Plumajillo y Amatal, ambos en Chiapas. El mineral de ilmenita que procesaban estos talleres era importado de fuentes ígneas de Oaxaca y Chiapas.
San Lorenzo fue la primera capital olmeca. Ann Cyphers Guillén encontró 8 toneladas de cuentas elaboradas en mineral de hierro de ilmenita, pulidas y perforadas en un taller en el sector sureste de la meseta de San Lorenzo. El taller data de ca. 1100 a. C.2.
Las perforaciones se realizaron con un método que probablemente implicó el uso de arena fina como abrasivo. Varios de los artefactos de San Lorenzo fueron analizados por físicos y geólogos3. Las piezas de mineral de hierro podrían haberse utilizado como joyas, armaduras de cota de malla o herramientas en miniatura cuando se empuñaban con un pequeño mango de madera. Las cuentas tienen una longitud promedio de 3 centímetros. Su forma es muy similar a las cuentas decorativas de jade que se encuentran en toda Mesoamérica.
Jerry D. Grover, Jr., “The Swords of Shule”, en The Swords of Shule: Jaredite Land Northward Chronology, Geography, and Culture in Mesoamerica (Provo, UT: Challex Scientific Publishing, 2018), 267–281.
John L. Sorenson, Mormon's Codex: An Ancient American Book (Provo y Salt Lake City, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship y Deseret Book, 2013), 331–344.
Steven E. Jones, Samuel T. Jones y David E. Jones, “Archaeometry Applied to Olmec Iron-ore Beads” en BYU Studies Quarterly 37, no. 4 (1997): 129–142.
- 1. Véase John B. Carlson, “Olmec Concave Iron-Ore Mirrors: The Aesthetics of a Lithic Technology and the Lord of the Mirror” en The Olmec and Their Neighbors: Essays in Memory of Matthew W. Stirling, ed. Matthew W. Stirling, Michael D. Coe, Elizabeth P. Benson y David C. Grove (Washington, DC: Dumbarton Oaks, 1981). En la década de 1940, Matthew Stirling descubrió espejos de hematita pulida, en La Venta.
- 2. Véase Ann Cyphers Guillén, “San Lorenzo Tenochtitlán” en Los Olmecas en Mesoamérica, ed. John E. Clark (Ciudad de México: Citibank/México, 1994), 43–67.
- 3. Steven E. Jones, Samuel T. Jones y David E. Jones, “Archaeometry Applied to Olmec Iron-ore Beads” en BYU Studies Quarterly 37, no. 4 (1997): 129–142.