Evidencia #3 | Septiembre 19, 2020

Documentos duplicados

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Scripture Central

Resumen

Varias líneas de evidencia apoyan el reconocimiento del Libro de Mormón como un documento duplicado, sellado y atestiguado, similar a muchos documentos de este tipo que pueden encontrarse en todo el mundo antiguo.

Antiguos documentos duplicados

En la antigüedad, la práctica de "duplicar" un documento (creando una segunda copia del mismo para su custodia) estaba muy generalizada y podía utilizarse en una variedad de contextos oficiales o legales1. Los primeros casos conocidos de este hecho se encuentran en las tablillas cuneiformes de Mesopotamia que contenían leyes y que aparecen en el registro textual a principios del 2900 a. C.2.

Tablilla cuneiforme recubierta. Imagen via Wikipedia.

La primera parte de estos documentos solía imprimirse en arcilla con un estilete de madera o caña. Pero debido a que "habría sido fácil agregar o quitar algo del contrato antes de que se secara, se formaba un segundo trozo de arcilla en forma de funda" que se envolvía alrededor de la primera tablilla3. En estos ejemplos, el sello y la inscripción del segundo documento era una copia literal del primero, de modo que si surgía alguna disputa sobre el contenido de la tablilla exterior, esta podía abrirse y luego compararse con la que estaba dentro4.

En otras culturas literarias se utilizaron posteriormente prácticas de duplicación similares con diversos materiales. Como explicó el jurista de la antigüedad John W. Welch: "Las copias de los documentos podían grabarse de diversas maneras sobre papiros, pergaminos, tablillas de metal o de arcilla. Aunque los detalles particulares de su elaboración variaban para adaptarse a los materiales de escritura y de sellado disponibles, los conceptos básicos seguían siendo esencialmente los mismos"5. El documento secundario solía tener exactamente el mismo contenido que el documento primario o sellado, pero en muchos casos el documento secundario o exterior era más corto y funcionaba como un resumen de la parte sellada6.

El conocimiento de la existencia de los documentos duplicados proviene tanto de los restos arqueológicos como de la evidencia textual7. Un ejemplo clave derivado de los datos textuales puede verse en los escritos del profeta Jeremías. Para reforzar sus profecías sobre la eventual restauración de Israel (a pesar de la inminente invasión babilónica), Jeremías compró un campo en la tierra de Benjamín. Dijo que la escritura legal de esta compra consta de dos partes, una parte "sellada" y la otra "abierta":

Tomé luego la carta de compra, sellada según la ley y los estatutos, y la copia abierta... Así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de compra, la sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días (Jeremías 32:11–14).

Si bien quedan muchas preguntas sobre la naturaleza exacta de la escritura de Jeremías8, esta muestra que los documentos duplicados formaban parte de la cultura textual y legal israelita ya en el siglo VI a. C. Otro ejemplo bíblico de lo que parece haber sido un documento duplicado, con escritos por dentro y por fuera, proviene de Ezequiel 2:9–10: "Y miré y vi una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y estaban escritos en él lamentaciones, y gemidos y ayes". Eventualmente, la práctica de duplicar documentos "se expandió al mundo helenístico y a todo el Imperio Romano"9

Documentos sellados antiguos

Imagen de la exposición de sellos de BYU. En línea en http://exhibits.lib.byu.edu/romanplates/index.html.

Jeremías se refirió a una parte de su escritura como "sellada". El profeta Isaías también habló de un "libro sellado" (Isaías 29:11). Juan el Revelador mencionó siete sellos en sus visiones apocalípticas (Apocalipsis 5:1–4). Y los documentos sellados, en términos generales, están bien atestiguados en los Pergaminos del mar Muerto, en la tradición judía, en los escritos seudoepigráficos y en los repositorios antiguos de diversas épocas y lugares10.

Ya se ha hablado de la manera de sellar o cerrar los documentos de arcilla envolviendo uno sobre el otro. En cuanto a los textos escritos en papiro o pergamino, Welch ha descrito que tienen un método de sellado bastante común:

Normalmente, estos documentos tienen un corte horizontal desde el borde del papiro hasta la mitad, entre los dos textos. La mitad superior se enrollaba hasta el centro y luego se doblaba en el corte. Se hacían tres agujeros desde el corte hasta el otro lado, se ensartaban bandas delgadas de papiro en estos agujeros y se envolvían alrededor de la parte superior enrollada y doblada del documento, y en estas bandas se colocaban los sellos (estampas de cera o arcilla) de los participantes. En otros casos, los documentos simplemente se enrollaban por la parte superior, sin corte ni doblez, luego se sellaba la mitad superior... El uso de tres sellos era común, pero a veces también se encontraban cuatro o dos11

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Aunque funcionalmente son similares, los documentos metálicos requerían diferentes métodos de sellado. Una muestra intrigante y especialmente bien conservada procede de un conjunto de planchas romanas de bronce que fueron donadas a la biblioteca de la Universidad Brigham Young. Las planchas contienen un título militar que otorga los derechos y privilegios de la ciudadanía romana al receptor. En cuanto a la forma de su estructura, Welch y Lambert escriben:

En la parte posterior de la plancha 2, en medio de los nombres de los testigos, hay una banda vertical de dos a tres centímetros que presenta una pátina y preservación únicas. Esta área es donde el sello unía las dos planchas. Los hilos de alambre se ensartaban a través de dos orificios perforados a lo largo de la línea central de cada tablilla. A continuación, el alambre se torcía para sujetar las planchas entre sí. Sobre los nudos de alambre que unían las planchas, se vertía cera, "sobre la cual los testigos estampaban sus sellos. Sobre la cera se soldaba un sello de bronce semicilíndrico para protegerlo"12.

Imagen de John W. Welch y Kelsey D. Lambert, "Two Ancient Roman Plates" [Dos antiguas planchas romanas], BYU Studies 45, no. 2 (2006): 58.

Este tipo de títulos militares romanos está ampliamente atestiguado13, lo que demuestra que el sellado de documentos metálicos debió haber sido extensamente conocido en la antigüedad. Si bien la "práctica de documentar la ciudadanía en una tablilla de bronce apareció por primera vez en el año 89 a. C."14, hay razones para creer que los "documentos escritos en tabluae [tablillas de madera o metal] eran creaciones tradicionales mucho más antiguas de lo que sugieren las fechas imperiales de los ejemplos sobrevivientes"15.

 

Lados A y B de las planchas romanas de bronce, que otorgan la ciudadanía y otros honores a los soldados que se retiran. Imagen de John W. Welch y Kelsey D. Lambert, "Two Ancient Roman Plates" [Dos antiguas planchas romanas], BYU Studies 45, no. 2 (2006): 65–66.

Documentos antiguos atestiguados

Los nombres de siete testigos figuran al final del mencionado título militar romano16. Pueden verse firmas similares de testigos en documentos duplicados y sellados que abarcan una variedad de culturas, idiomas y medios textuales17. Por ejemplo, en una tablilla de arcilla asiria del 651 a. C. aparecen doce nombres18. "En Egipto era común tener cinco o, más a menudo, seis testigos"19. Y "en la mayoría de los textos judíos eran habituales tres testigos, y normalmente no parecen haberse necesitado más de siete"20. Las firmas de los testigos "suelen encontrarse en el reverso del documento, en la parte sellada en épocas remotas, y en la parte abierta en épocas posteriores"21.

Welch ha señalado que las "funciones de los testigos podrían variar"22:

En algunos casos (demótico y mishnáico) todos los testigos daban fe de todo el documento, mientras que en otros casos judíos un testigo confirmaba cada línea del texto (después de cada línea del anverso un testigo firmaba en el reverso). Algunos atestiguaban la elaboración del documento o la elaboración del contrato; otros testigos certificaban la exactitud del contenido del documento23.

Documentos duplicados, sellados y atestiguados en el Libro de Mormón

Un registro sellado se menciona en las instrucciones del Señor al hermano de Jared en Éter 3 y también por Moroni en Éter 4–5. Moroni incluso comentó sobre el sellamiento y los testigos del Libro de Mormón específicamente24. Pero son las declaraciones de Nefi sobre la salida a la luz del Libro de Mormón en 2 Nefi 27 las que tienen más similitudes con los ejemplos conocidos de documentos duplicados, sellados y atestiguados de la antigüedad25. Esto puede deberse a su familiaridad directa con esta práctica del Viejo Mundo.

Nefi profetizó: "[E]l libro será entregado a un hombre, y él entregará las palabras del libro… a otro; mas no entregará las palabras que están selladas" (2 Nefi 27:9–10). Esto indica que, al igual que la escritura de la que habla Jeremías, el registro nefita era un documento de dos partes, con una parte sellada y la otra abierta. La misma idea se reafirma más adelante en el mismo capítulo: "[P]or tanto, tú leerás las palabras que yo te daré. No toques las cosas que están selladas" (vv. 20–21). Los testigos oculares del Libro de Mormón afirmaron que una parte de las planchas estaba efectivamente sellada y no podía abrirse, tal como lo profetizó Nefi26.

"Replica of the gold plates" [Réplica de las planchas de oro] por David Baird. Fotografía de Daniel Smith.

Sin embargo, la parte sellada no estará sellada para siempre. Nefi predijo que eventualmente "vendrá el día en que las palabras del libro, que fueron selladas, se leerán desde los techos de las casas; y serán leídas por el poder de Cristo" (2 Nefi 27:11). Como explica Welch, esto sugiere que "Cristo, como juez, creador y quien sella el documento, tendría la autoridad de abrir y revelar el texto sellado"27. Supuestamente, la porción sellada ayudará a validar el contenido de la porción revelada, así como la porción sellada de un texto antiguo podría necesitarse para resolver cualquier discrepancia sobre su contenido no sellado. Nefi nunca especificó cómo se relaciona la porción sellada del Libro de Mormón con lo que a José Smith se le daría el poder de traducir, pero hay algunas razones para creer que las dos partes tienen similitudes28.

Nefi también afirmó que la autoridad divina del Libro de Mormón sería certificada específicamente por "tres testigos que lo ver[ían] por el poder de Dios… y testificar[ían] de la verdad del libro y de las cosas que contiene" (2 Nefi 27:12). Nefi incluso insinuó que vendrían más testigos, declarando que "en la boca de cuantos testigos a [Dios] le plazca, establecerá su palabra" (v. 14). Welch comenta:

Al igual que en la práctica antigua, el número total de testigos mencionado por Nefi no estaba definido de forma estricta, aunque asegura que se proporcionarían más del mínimo requerido de tres. Los testimonios de los Tres y Ocho Testigos aparecían al final de la primera edición del Libro de Mormón, de la misma manera que las firmas de los testigos se encontraban al final de los documentos antiguos, marcando la conclusión del documento29.

Lado D de las antiguas planchas romanas de bronce, que contienen los nombres de siete testigos. Imagen de John W. Welch y Kelsey D. Lambert, "Two Ancient Roman Plates" [Dos antiguas planchas romanas], BYU Studies 45, no. 2 (2006): 68.

Nefi invocó una maldición sobre cualquiera que rechazara las palabras del libro, señalando que es un registro oficial, comisionado por Dios y que sus palabras son obligatorias: "¡[A]y de aquel que rechace la palabra de Dios!" (2 Nefi 27:14). Según Welch, parte de la naturaleza obligatoria del documento se debía a la firma de los testigos:

Las declaraciones sin atestiguar podían ser ignoradas a su propia discreción, pero los documentos atestiguados tenían mucha más autoridad. Ignorarlos equivalía a rechazar la validez de todo el sistema legal y de la deidad en cuyo nombre juraban los testigos; por lo tanto, rechazar el testimonio jurado equivaldría a negar toda la palabra de Dios, lo que ameritaría la maldición30.

Conclusión

Como demuestran las similitudes anteriores, hay buenas razones para creer que el profeta Nefi estaba realmente

familiarizado con la práctica legal israelita de usar documentos o escritos duplicados y que instruyó a su posteridad para que compilara el registro nefita de manera que siguiera esa tradición. Sus palabras en 2 Nefi 27 no solo amplían lo dicho en Isaías 29, sino que también se basan en Jeremías 32 o en la conocida tradición de la documentación duplicada y atestiguada, una parte de la cual estaba sellada y la otra se dejaba abierta31.

Nefi fabricando planchas de metal. Imagen vía churchofjesuschrist.org.

La verosimilitud de tal conclusión se ve reforzada por el hecho de que el Libro de Mormón comprende el tipo de contenido que se consideraba digno de tales formalidades. Welch comenta:

[E]l Libro de Mormón es de hecho un documento vinculante, una advertencia legal, una proclamación, un testamento, un convenio y un contrato. Sus disposiciones se refieren a los convenios del Señor. Tiene mucho que ver con los derechos de posesión de la tierra y contiene los términos y condiciones que el dueño de la tierra de promisión exige que aquellos que ocupan esa tierra obedezcan. En otras palabras, las esferas religiosa y secular no estaban muy separadas en la antigüedad y el Libro de Mormón presenta materiales sagrados, a menudo utilizando formas o conceptos legalistas. Estos factores bien pueden explicar por qué Nefi asociaría este formato legal, generalmente utilizado para los contratos legales, con la presentación final de los registros nefitas32.

Por último, cabe destacar que los documentos duplicados, sellados y atestiguados en la antigüedad se hacían en planchas de metal, el material específico sobre el cual se escribió el Libro de Mormón, y que pocos ejemplos de dichos documentos se conocían antes de 182933. "Debido a que la mayoría de las planchas conocidas se han descubierto en los últimos cien años- concluyeron Welch y Lambert -los estudios más importantes de títulos romanos militares hechos en bronce no podrían haber comenzado sino hasta el siglo XX, por lo que estas piezas eran prácticamente desconocidas en la época de José Smith"34.

LECTURAS ADICIONALES

John W. Welch y Kelsey D. Lambert, "Two Ancient Roman Plates", BYU Studies 45, no. 2 (2006): 55–76.

Véase también John A. Tvedtnes, "Sealed Books", en The Book of Mormon and Other Hidden Books: "Out of Darkness To Light" (Provo, UT: FARMS, 2000), 59–73.

John W. Welch y Gregory J. Welch, "Sealed or Sealed-Up Documents", en Charting the Book of Mormon: Visual Aids for Personal Study and Teaching (Provo, UT: FARMS, 1999), gráfico 118.

John W. Welch, "Doubled, Sealed, Witnessed Documents: From the Ancient World to the Book of Mormon", en Mormons, Scripture, and the Ancient World: Studies in Honor of John L. Sorenson, ed. Davis Bitton (Provo, Utah: FARMS, 1998), 391–444.

ESCRITURAS RELEVANTES

2 Nefi 27:6–24

Éter 3:21–28

Éter 4:1–5

Éter 5

NOTAS A PIE DE PÁGINA

Libro de Mormón