Evidencia #6 | Septiembre 19, 2020
Descripción general del Quiasmo
Publicación aportada por
Scripture Central

Resumen
Las estructuras quiásticas, a menudo complejas, presentes a lo largo del Libro de Mormón se explican mejor si suponemos que provienen de varios escritores antiguos que si decimos que fueron inventadas por José Smith, especialmente bajo las circunstancias descritas por los testigos de la traducción.Introducción
El quiasmo es un tipo de estructura literaria que se ha utilizado, tanto en poesía como en prosa, durante miles de años en una variedad de culturas e idiomas. Puede describirse como un paralelismo invertido, en el que las palabras, frases o ideas clave en la primera mitad de la estructura se invierten y se repiten en la segunda parte. Por ejemplo, Jesús enseñó: "[M]uchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros" (Mateo 19:30). Para ayudar a los lectores a identificar los elementos correspondientes, los quiasmos suelen tener el siguiente formato:
A | muchos primeros | ||||||||||
B | serán postreros, | ||||||||||
B | y los postreros, | ||||||||||
A | primeros. |
Sin embargo, no todos los quiasmos son tan sencillos ni siguen exactamente el mismo patrón. Este quiasmo más complejo del Sermón del monte de Cristo tiene una estructura de 8 niveles:
A | Por sus frutos | ||||||||||||
B | los conoceréis. | ||||||||||||
C | ¿Se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? | ||||||||||||
D | Así, todo buen árbol | ||||||||||||
E | da buenos frutos, | ||||||||||||
F | mas el árbol malo | ||||||||||||
G | da malos frutos. | ||||||||||||
H | No puede el árbol bueno | ||||||||||||
G | dar malos frutos, | ||||||||||||
F | ni el árbol malo | ||||||||||||
E | dar buenos frutos. | ||||||||||||
D | Todo árbol | ||||||||||||
C | que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. | ||||||||||||
A | Así que, por sus frutos | ||||||||||||
B | los conoceréis. (Mateo 7:16–20) |
Observe que en este quiasmo el elemento central (H) se encuentra por sí solo sin repetirse. Además, en lugar de ser similares o iguales, los elementos C son conceptos relacionados pero opuestos (el primer elemento menciona a los hombres que recogen frutos para la cosecha y el segundo menciona los árboles frutales que son echados al fuego para ser destruidos). Por lo tanto, mientras que la estructura paralela fundamental (repetición invertida) siempre está presente, el quiasmo puede aplicarse de diversas formas diferenciadas.
Criterios para identificar el Quiasmo
En los últimos cincuenta años, estudiosos de muchos campos han encontrado, o se han propuesto encontrar, quiasmos en los antiguos escritos ugaríticos, hebreos, arameos, griegos, latinos y mesoamericanos, así como en la literatura medieval, renacentista, árabe, hindú y moderna, incluyendo Shakespeare, Montaigne y otros. También han sido ampliamente identificados en el Libro de Mormón1.
Algunos investigadores se han dedicado con celo excesivo a lo que puede llamarse quiasmanía: ver quiasmos en todas partes en los escritos, sean intencionados o no2. Otros, por su parte, han argumentado que el quiasmo puede haberse presentado por mera casualidad en el Libro de Mormón o en otros textos3. Estas perspectivas opuestas atestiguan la necesidad de contar con criterios fiables para distinguir entre los patrones quiásticos que fueron probablemente creaciones deliberadas y los que ocurren al azar. Afortunadamente, varios estudiosos han abordado este tema y sus esfuerzos se han unido para facilitar la comparación en el sitio web Chiasmus Resources4. Los criterios más aceptados pueden resumirse de la siguiente manera:
- Los quiasmos deben ajustarse a los límites literarios naturales.
- El clímax o punto de inflexión suele encontrarse en el centro.
- El patrón invertido de un quiasmo debe mostrar una simetría relativamente equilibrada.
- La mayoría de las palabras o ideas que se repiten en un quiasmo deben tener un significado relevante.
- Los quiasmos deben manifestar poca, o ninguna, repetición extraña o información discordante.
- Las estructuras quiásticas no deben competir o superponerse con otras formas literarias importantes.
Si bien estos criterios son útiles, la evaluación de las estructuras quiásticas sigue siendo inevitablemente un ejercicio de interpretación. Por lo tanto, en lugar de emitir juicios absolutos y definitivos, quienes proponen estructuras quiásticas en un texto, deben reconocer que todos los "pasajes con quiasmos manifiestan diversos grados de quiasticidad"5. Incluso es posible que diferentes individuos estén de acuerdo en términos generales en que un pasaje es quiástico, pero pueden discrepar en los detalles de su estructura. A fin de cuentas, nunca puede demostrarse con total seguridad que un autor haya querido aplicar un quiasmo. Sin embargo, cuando una propuesta determinada cumple con muchos o todos los criterios más comúnmente aceptados, la probabilidad de que un quiasmo sea intencional aumenta significativamente.
En este sentido, algunos investigadores han tratado de limitar el papel de la subjetividad del lector mediante el uso de métodos estadísticos para evaluar patrones quiásticos6. Estos métodos son capaces de determinar que muy probablemente algunos patrones quiásticos propuestos hayan sido creados de forma deliberada, pero no pueden demostrar si otros que, estadísticamente hablando, podrían haber ocurrido accidentalmente, en realidad ocurrieron por casualidad7. Como tal, el análisis estadístico se aplica de mejor manera junto a criterios adicionales para evaluar los méritos de cualquier quiasmo propuesto8.
El Quiasmo en el Libro de Mormón
La presencia del quiasmo en el Libro de Mormón fue descubierta por John W. Welch en 1967 mientras servía como misionero en Alemania9. Después de regresar de su misión, Welch profundizó en sus descubrimientos y los publicó10, lo que ayudó a iniciar una ola de nuevos estudios literarios sobre el Libro de Mormón, incluyendo muchas más exploraciones sobre el uso del quiasmo11. Desde entonces, varios eruditos e investigadores han propuesto cientos de estructuras quiásticas en sus páginas (véase Chiasmus Resources).
Estos quiasmos varían en longitud, complejidad y capacidad de persuasión, pero muchos de ellos están a la altura incluso comparados con criterios más estrictos. Por ejemplo, el análisis estadístico realizado por Boyd y Farrell Edwards indica que es muy poco probable que algunos de los quiasmos del Libro de Mormón, es decir, Alma 36, Mosíah 3:18–19, Mosíah 5:10–12 y Helamán 6: 9-11, se hayan presentado al azar o por accidente12. Más recientemente, Dennis Newton ha aplicado la misma técnica estadística en 15 quiasmos en 1 y 2 Nefi, encontrando que "hay una fuerte probabilidad de que nueve de ellos fueran redactados intencionalmente y que otros tres fueran intencionales"13.
En general, el Libro de Mormón manifiesta un notable grado de quiasticidad. Incluso si algunos de sus quiasmos propuestos no fueron deliberadamente planificados por los autores del texto, hay tantos buenos candidatos que es difícil verlos colectivamente como si hubieran sido producidos involuntariamente o por casualidad.
¿José Smith podría haber sabido sobre el quiasmo en 1829?
Algunos autores renacentistas14, especialmente William Shakespeare15, hicieron uso del quiasmo en textos ingleses. Y, en diversos grados, la estructura invertida persistió hasta el siglo XIX16. Sin embargo, los estudios sobre el quiasmo (o conceptos relacionados) parecen presentarse con poca frecuencia en la literatura de la época de José Smith o en las extensas colecciones de crítica literaria que se han publicado desde entonces sobre la literatura de su tiempo17. Incluso cuando se ha identificado el quiasmo en textos del siglo XVIII o principios del XIX, la mayoría de los casos propuestos son simples patrones A-B-B-A18. Algunos ejemplos de estructuras macroquiásticas (a veces conocidas en estudios literarios como "composiciones anulares" o "estructuras de anillo") también se encuentran en textos de esa época19, pero esas grandes estructuras son bastante diferentes de la mayoría de los quiasmos propuestos en el Libro de Mormón20.
También es posible que José Smith pudiera haber aprendido sobre el quiasmo a partir de estudios bíblicos emergentes, pero la investigación pertinente se estaba publicando principalmente al otro lado del océano, en Londres. En su investigación sobre este tema a lo largo de los años, Welch no ha encontrado evidencia de que la investigación publicada "haya llegado a Estados Unidos, y mucho menos a Palmyra o Harmony, en la década de 1820"21. Lo más cercano que puede encontrarse, es un breve resumen de la obra de John Jebb de 1820 que se incluyó en la segunda edición de 1825 de la extensa introducción de Thomas Hartwell Horne al estudio crítico de la Biblia, impresa tanto en Londres como en Filadelfia22. Sin embargo, como Welch ha argumentado, es poco probable que José Smith haya encontrado este resumen23.
Finalmente, algunos pueden suponer que José Smith simplemente se percató del quiasmo en la Biblia o en los escritos de Shakespeare o de alguna otra fuente. Esta posibilidad no puede ser completamente descartada, pero hay que recordar que cualquier cosa mucho más compleja que los versos quiásticos no suele ser notada conscientemente por los lectores. Tuvieron que pasar más de 130 años para que alguien hiciera notar las estructuras quiásticas complejas y abundantes en el Libro de Mormón. Y es probable que millones de personas hayan leído extensamente la Biblia sin reconocer nunca sus numerosos quiasmos. Simplemente, no es una estructura literaria que los lectores, especialmente los occidentales, estén predispuestos a notar conscientemente sin que se les señale24.
¿Qué demuestra el quiasmo en el Libro de Mormón?
El Libro de Mormón indica que fue escrito en egipcio por antiguos profetas americanos que preservaron la tradición literaria de sus antepasados hebreos. Siendo ese el caso, cabe destacar que el quiasmo aparece antiguamente en los textos egipcios25, y era un "elemento predominante, si no esencial, de la escritura hebrea" en los siglos cercanos a los días de Lehi26. La evidencia preliminar también sugiere que el quiasmo fue prominente en los primeros documentos de Mesoamérica27, donde muchos eruditos e investigadores Santos de los Últimos Días creen que los principales acontecimientos registrados en el Libro de Mormón tuvieron lugar. Por lo tanto, la gran cantidad de estructuras quiásticas identificadas en el Libro de Mormón es lo que los lectores podrían esperar encontrar, según las propias afirmaciones del texto sobre sus orígenes y la comprensión de José Smith de su entorno geográfico.
Por otro lado, las estructuras quiásticas propagadas del Libro de Mormón parecen estar fuera de lugar para un texto de principios del siglo XIX. Tal vez algún día la investigación demuestre que otros textos de esa época literaria son comparables en cuanto a la cantidad y variedad de quiasmos complejos y de múltiples capas, pero hasta entonces, el Libro de Mormón parece tener un grado notable, y tal vez sin igual, de quiasticidad general para su época.
También debe tenerse en cuenta que varios testigos describieron el Libro de Mormón, un libro notablemente extenso y complejo, como si hubiera sido dictado rápidamente (la evidencia histórica sugiere que fue completado en aproximadamente 60 días de trabajo28) por un campesino sin educación que no hizo uso de ningún resumen, material de referencia, notas de trabajo o revisiones importantes29. Las teorías naturalistas sobre los orígenes del texto no explican cómo un autor inexperto como José Smith pudo haber implementado tantas estructuras quiasticas impresionantes en circunstancias tan restrictivas30. Como mínimo, la extraordinaria quiasticidad del texto pone una pesada carga sobre tales teorías, mientras que al mismo tiempo ayuda a afirmar los supuestos orígenes antiguos del Libro de Mormón.
Alma 36
Alma 36 fue uno de los primeros quiasmos descubiertos por John W. Welch en 1967. Desde entonces, varios académicos han hecho contribuciones para mejorar nuestra comprensión de esta estructura, cada uno ofreciendo diferentes propuestas y análisis. Aquí presentamos varias publicaciones que detallan sus hallazgos y propuestas:
LECTURAS ADICIONALES
Donald W. Parry, Poetic Parallelism in the Book of Mormon: The Complete Text Reformatted (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2007), 565.
Robert F. Smith, "Assessing the Broad Impact of Jack Welch's Discovery of Chiasmus in the Book of Mormon", Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 2 (2007): 68–73, 98–99.
Boyd F. Edwards y W. Farrell Edwards, "Does Chiasmus Appear in the Book of Mormon by Chance?" BYU Studies Quarterly 43, no. 2 (2004): 103–130.
John W. Welch, "What Does Chiasmus in the Book of Mormon Prove?" en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 199–224.
John W. Welch, "Criteria for Identifying and Evaluating the Presence of Chiasmus", Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 2 (1995): 1–14.
John W. Welch, "Chiasmus in the Book of Mormon", Ensign, febrero de 1972, en línea en ChurchofJesusChrist.org.
Además, existe una nueva propuesta sugerida por Ryan Dahle, el gerente de proyectos de Central de Evidencias. Se basa en varias de las publicaciones anteriores, pero sugiere una serie de nuevas estructuras. En esta propuesta, el texto subrayado señala los paralelismos entre las secciones principales (resaltadas en rojo), mientras que el texto en negritas indica los paralelismos dentro de las subestructuras. Obsérvese que algunas secciones principales tienen múltiples subestructuras propuestas.
NOTAS A PIE DE PÁGINA
- 1. Véase "Chiasmus Index", en línea en chiasmusresources.org.
- 2. Véanse, por ejemplo, varias propuestas en latterdaychiasmus.com o davidicchiasmus.com.
- 3. Véase, por ejemplo, Brent Lee Metcalfe, "Apologetic and Critical Assumptions about Book of Mormon Historicity", Dialogue: A Journal of Mormon Thought 26, no. 3 (1993): 162–171. Para ver una respuesta a Metcalfe, véase William J. Hamblin, "An Apologist for the Critics: Brent Lee Metcalfe's Assumptions and Methodologies", Review of Books on the Book of Mormon, 6, no. 1 (1994): 493–499. Boyd F. Edwards y W. Farrell Edwards, "Does Chiasmus Appear in the Book of Mormon by Chance?"BYU Studies Quarterly 43, no. 2 (2004): 105–106. Para ver una amplia colección de debates sobre el fenómeno del quiasmo en general, véase Boris Wiseman y Anthony Paul, ed., Chiasmus and Culture (New York, NY: Berghahn Books, 2014).
- 4. Véase "Criteria Chart", en línea en chiasmusresources.org.
- 5. John W. Welch, "Criteria for Identifying and Evaluating the Presence of Chiasmus", Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 2 (1995): 14.
- 6. Véase Boyd F. Edwards y W. Farrell Edwards, "Does Chiasmus Appear in the Book of Mormon by Chance?" BYU Studies 43, no. 2 (2004): 103–130; Boyd F. Edwards y W. Farrell Edwards, "When are Chiasms Admissible as Evidence?" BYU Studies 49, no. 4 (2010): 131-154; Dennis Newton, "Nephi's Use of Inverted Parallels", Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 22 (2016): 79–106; Yehuda T. Radday, "Chiasmus in Hebrew Biblical Narrative", en Chiasmus in Antiquity: Structures, Analysis, Exegesis, ed. John W. Welch (Hildesheim, GER: Gerstenberg Verlag, 1981; reimpresión Provo, UT: Research Press, 1999), 50–117. Para una investigación lingüística estadística reciente dirigida de manera más general en detectar el quiasmo en los textos, véase Marie Dubremetz y Joakim Nivre, "Rhetorical Figure Detection: Chiasmus, Epanaphora, Epiphora", Frontiers in Digital Humanities 5 (2018); Marie Dubremetz y Joakim Nivre "Machine Learning for Rhetorical Figure Detection: More Chiasmus with Less Annotation", Proceedings of the 21st Nordic Conference of Computational Linguistics, May 2017, 37–45; Marie Dubremetz y Joakim Nivre, "Syntax Matters for Rhetorical Structure: The Case of Chiasmus", Proceedings of the Fifth Workshop on Computational Linguistics for Literature, 2016, 47–53; Marie Dubremetz y Joakim Nivre, "Rhetorical Figure Detection: the Case of Chiasmus", Proceedings of the Fourth Workshop on Computation Luistics for Literature, 2015, 23-31.
- 7. Véase Edwards y Edwards, "Does Chiasmus Appear", 109: "Aunque un valor moderado o grande de P para un pasaje implica que su estructura quiástica podría replicarse fácilmente mediante reordenamientos aleatorios, esto no implica que sea probable que la estructura quiástica haya sido involuntaria por parte del autor. Los valores moderados y grandes de P no dicen absolutamente nada sobre la intencionalidad. El autor de un pasaje con un valor moderado o grande de P bien puede haber aplicado intencionalmente la forma quiástica al componer el pasaje, pero tal valor simplemente no proporciona ninguna evidencia de que lo hiciera, ni tampoco proporciona evidencia de que no lo hiciera". Véase también, Edwards y Edwards, "When are Chiasms Admissible?", 141, 154: "Algunos quiasmos con P > 0.05 tienen valor literario y bien podrían haber aparecido intencionadamente... Fallar en nuestra prueba de admisibilidad estadística no significa que un quiasmo no fuera intencional. Para tales quiasmos, pueden considerarse otros méritos compensatorios y otros enfoques analíticos, como los quince criterios de Welch, para llegar a un juicio sobre la intencionalidad". Newton, "Nephi's Use of Inverted Parallels", 88 enfatiza este mismo punto: "Esto no significa que los candidatos de menor probabilidad no se escribieron intencionalmente". Esto es inherente al razonamiento estadístico, que es la razón por la que un valor p < 0.05 produce la conclusión de "rechazar la hipótesis nula" (que X se presenta al azar), pero un valor p >0.05 solo conduce a la conclusión de "no rechazar la hipótesis nula" en lugar de simplemente aceptar la hipótesis nula.
- 8. Para un intento de emplear métodos estadísticos junto con criterios adicionales, véase Newton, "Nephi's Use of Inverted Parallels", 79–106.
- 9. Para el recuento de Welch de esta historia, véase John W. Welch, "The Discovery of Chiasmus in the Book of Mormon: Forty Years Later", Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 2 (2007): 74–87, 99; John W. Welch, "Forty-FiveYears of Chiasmus Conversations: Correspondence, Criteria, and Creativity", discurso de la Conferencia FairMormon 2012, en línea en fairmormon.org. Véase también, Central de las Escrituras, "¿Cómo se descubrió el quiasmo en el Libro de Mormón? (Mosíah 5:11)", KnoWhy 353 (abril 30, 2018).
- 10. Para la primera publicación de Welch sobre el quiasmo, véase John W. Welch, "Chiasmus in the Book of Mormon", BYU Studies 10, no. 1 (1969): 69–84.
- 11. Véase Robert F. Smith, "Assessing the Broad Impact of Jack Welch's Discovery of Chiasmus in the Book of Mormon", Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 2 (2007): 68–73, 98–99. Para un amplio estudio de publicaciones sobre el quiasmo en general, consulte "Chiasmus Bibliography", en línea en chiasmusresources.org.
- 12. Edwards y Edwards, "Does Chiasmus Appear", 125.
- 13. Newton, "Nephi's Use of Inverted Parallels", 98.
- 14. Véase William E. Engel, Chiastic Designs in English Literature from Sidney to Shakespeare (Burlington, VT: Ashgate Publishing, 2009); Jeffrey Bilbro, "The Form of the Cross: Milton's Chiastic Soteriology", Milton Quarterly 47, no. 3 (2013): 127–148; William E. Engel, "John Milton's Recourse to Old English: A Case Study in Renaissance Lexicography", LATCH 1 (2008): 19–20; Dunya Muhammad Miqdad I'jam y Zahraa Adnan Fadhil, "Chiasmus as a Stylistic Device in Donne's and Vaughan's Poetry", Journal of Education and Practice 7, no. 26 (2016): 43–52.
- 15. Véase James E. Ryan, Shakespeare's Symmetries: The Mirrored Structure of Action in the Plays (Jefferson, NC: McFarland & Company, 2016); William L. Davis, "Structural Secrets: Shakespeare's Complex Chiasmus", Style 39, no. 3 (2005): 237–258; William L. Davis, "Better a Witty Fool than a Foolish Wit: the Art of Shakespeare's Chiasmus", Text and Performance Quarterly 23, no. 4 (2003): 311–330; Ira Clark, "'Measure for Measure': Chiasmus, Justice, and Mercy", Style 35, no. 4 (2001): 659-680.
- 16. Véase Richard Copley, The Formal Center in Literature: Explorations from Poe to the Present (Rochester, NY: Camden House, 2018); Mark J. Bruhn, "William Wordsworth: The Prelude (1798, 1799, 1805, 1850)", en Handbook of British Romanticism, ed. Ralf Haekel (Boston, MA: De Gruyter, 2017), 399–402; Sanford Budick, "Chiasmus and the Making of Literary Tradition: The Case of Wordsworth and 'The Days of Dryden and Pope'", ELH 60, no. 4 (1993): 961-987; Keith G. Thomas, "Jane Austen and the Romantic Lyric: Persuasion and Coleridge's Conversation Poems", ELH 54, no. 4 (1987): 893-924; Richard Kopley, "Chiasmus in Walden", The New England Quarterly 77, no. 1 (2004): 115–121.
- 17. Además de los resultados relativamente escasos obtenidos de la búsqueda de varios términos relacionados con el quiasmo en textos del siglo XIX (o en la literatura posterior sobre esos textos) en motores de búsqueda en línea y bases de datos, los estudios bastante recientes sobre este tema a menudo insinúan que el conocimiento formal o el análisis sobre el quiasmo eran escasos en los días de José Smith. Por ejemplo, Davis, "Structural Secrets", 237 señala que "a pesar de que estos patrones [quiásticos] se utilizaban comúnmente en siglos anteriores, la conciencia de los patrones bíblicos a gran escala parece haber comenzado a desvanecerse en la historia con el paso del tiempo, y los libros renacentistas ingleses sobre retórica y poesía no mencionan el tema".
- 18. Por ejemplo, el uso frecuente de quiasmos simples por parte de Henry David Thoreau (con un patrón A-B-B-A) parece algo desconcertante para Richard Kopley, quien escribe: "No se sabe con exactitud cómo aprendió Thoreau su habilidad quiástica". Esta incertidumbre probablemente no existiría si el quiasmo fuera una parte estándar de la instrucción literaria del siglo XIX o un asunto que se mencionara con frecuencia en la crítica literaria de la época. Como posibilidad, Kopley propuso que tal vez Thoreau aprendió sobre el quiasmo a través de "su libro de texto de retórica en Harvard, Richard Whately's Elements of Rhetoric, que analiza el patrón ABBA". Kopley, "Chiasmus in Walden", 120. Sin embargo, el texto de Whately (publicado en 1832) no solo no describe explícitamente el patrón A-B-B-A, sino que ni siquiera muestra ningún ejemplo del mismo. Otra posibilidad presentada en la nota a pie de página es que Thoreau aprendió sobre el quiasmo por George Campbell, The Philosophy of Rhetoric, 2 vols. (London: W. Strahen, T. Cadell y W. Creech, 1776), 2:353–355. Esta parece ser una opción mucho más probable y ofrece varios ejemplos de quiasmo, al que se refiere como una disposición "invertida" de palabras repetidas (pág. 354). Este texto tan influyente podría haber sido una fuente para Thoreau u otros autores de finales de los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, parece que su manejo del quiasmo nunca va más allá de simples versos con la fórmula A-B-B-A.
- 19. No todas las propuestas de lo que se ha llamado "composición anular" son necesariamente macroestructuras (a veces la composición anular puede referirse a quiasmos más pequeños), pero la mayoría de los ejemplos tienden a involucrar cantidades de texto mucho mayores que la mayoría de los quiasmos propuestos en el Libro de Mormón.
- 20. Para un breve estudio sobre la composición anular en relación con el Libro de Mormón, véase Benjamin McGuire, "The Book of Mormon as a Communicative Act: Translation in Context", presentación de la Conferencia Fair Mormon 2016, en línea en fairmormon.org. Para las propuestas de composición anular en una variedad de textos antiguos y modernos, véase Mary Douglas, Thinking in Circles: An Essay on Ring Composition (New Haven, CT: Yale University Press, 2007); William L. Benzon, "Ring Composition: Some Notes on a Particular Literary Morphology", en línea en academia.edu. Para una crítica cautelosa de las propuestas de composición anular, véase Joseph A. Dane, "The Notion of Ring Composition in Classical and Medieval Studies: A Comment on Critical Method and Illusion", Neuphilologische Mitteilungen 94, no 1. (1993): 61–67. Véase también Welch, "Criteria for Identifying and Evaluating the Presence of Chiasmus", 4: "El grado de certeza sobre la presencia de quiasmo en un texto suele variar en proporción inversa a la longitud total del texto. En otras palabras, cuanto más extenso es el quiasmo propuesto, menos seguro se vuelve el hecho de su quiasticidad, salvo en circunstancias notables. Por lo tanto, cuanto más extendido sea el quiasmo propuesto, mayor será la necesidad de múltiples factores de corroboración antes de que el pasaje pueda ser descrito de manera significativa como quiástico".
- 21. John W. Welch, "How Much Was Known about Chiasmus in 1829 When the Book of Mormon Was Translated?" FARMS Review 15, no. 1 (2003): 76.
- 22. En 1825, Horne publicó la 4ª edición de Introduction to the Critical Study and Knowledge of the Holy Scriptures en tres volúmenes (Philadelphia, PA: Littell, 1825). Parece que fue la primera publicación estadounidense en mencionar el trabajo de Jebb sobre el quiasmo. Una 6ª edición de esta enciclopedia bíblica fue publicada en 1828, con cambios principalmente en su composición tipográfica. En 1827, Horne publicó la 2ª edición de una versión condensada de su enciclopedia, llamada Compendious Introduction to the Study of the Bible (New York, NW: Arthur), y en 1829 publicó una 3ª edición. Estas obras contenían una mención aún más breve de los escritos de Jebb relacionados con el quiasmo (pág. 191 en la edición de 1827 y pág. 144 en la de 1829). Estos volúmenes enciclopédicos nunca analizaron la investigación de Boyd sobre el quiasmo en los Salmos y en el Nuevo Testamento, y parece que solo la edición de 1825 de Horne fue publicada en Estados Unidos. Esta información corrige y amplía lo que se sabía en las décadas de 1960 y 1970 sobre estas fuentes desconocidas. Véase Welch, "¿How Much Was Known about Chiasmus in 1829?" 63–68.
- 23. En su capítulo de 28 páginas sobre poesía hebrea, la publicación de Horne contiene solo tres ejemplos cortos de "líneas paralelas invertidas" en el Antiguo Testamento y dos ejemplos A-B-B-A en el Nuevo Testamento. Horne, Introduction to the Critical Study, 456–457, 467. Además, como Welch ha observado, "la obra de Horne es enormemente intimidante... [y] menciona prácticamente todo en el mundo conocido de la erudición bíblica. El mero hecho de localizar el análisis del quiasmo, epánodo o paralelismo invertido en esta vasta gama es difícil, incluso cuando uno sabe qué buscar. Véase Welch, "How Much Was Known about Chiasmus in 1829?", 78. Por lo tanto, si bien es técnicamente posible que José Smith podría haberse topado con un resumen de la investigación realizada en Londres, parece poco probable que lo haya hecho realmente.
- 24. Véase John W. Welch, "What Does Chiasmus in the Book of Mormon Prove?" en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 219: "Por otro lado, puede sugerirse que José Smith podría haber percibido intuitivamente la naturaleza e importancia del quiasmo como lector de la Biblia. Sin embargo, este factor no es muy persuasivo por varias razones. En primer lugar, rara vez ocurre que los patrones quiásticos hebreos o griegos se hayan preservado rigurosamente a través del proceso de traducción al inglés. En muchos casos, los traductores angloparlantes prefirieron corregir el orden de los verbos invertidos y reestructurarlos en un orden más fluido de palabras en inglés. Además, muchos eruditos bíblicos que trabajan regularmente con los textos no escriben ellos mismos de forma natural en formas quísticas, y muchos de ellos no tienen en cuenta, ni consciente ni subconscientemente, la estructura quiástica del texto bíblico. Cuando presenté un documento sobre el quiasmo en la ley bíblica en una conferencia en la Jewish Law Association [Asociación de Derecho Judío] celebrada en Boston, varios distinguidos eruditos judíos se mostraron bastante asombrados de que un gentil pudiera mostrarles algo tan distintivo y notable en su propia Torá como las disposiciones en Levítico 24 y en otras partes. No fui el primero en descubrir el quiasmo en Levítico 24, pero el objetivo actual es simplemente mostrar que estructuras como estas no saltan naturalmente a la vista de los lectores, incluso a aquellos que leen este texto regular y asiduamente, y en hebreo, sin que alguien les señale estos patrones. En consecuencia, es demasiado presuntuoso creer que la lectura en inglés de la versión del rey Santiago de la Biblia por parte del joven José Smith explica adecuadamente los casos extensos y objetivamente rigurosos de quiasmo en el Libro de Mormón".
- 25. Véase "Ancient Egyptian Texts", en línea en chiasmusresources.org.
- 26. Welch, "What Does Chiasmus in the Book of Mormon Prove?", 213.
- 27. Véase Central de las Escrituras, "¿Se usaron los quiasmos en la antigua América? (Alma 29:4)", KnoWhy 346 (abril 17, 2018); Kerry M. Hull y Michael D. Carrasco, eds., Parallel Worlds: Genre, Discourse, and Poetics in Contemporary, Colonial, and Classic Maya Literature (Boulder, CO: University Press of Colorado, 2012); Allen J. Christenson, "The Use of Chiasmus in Ancient Mesoamerica " (FARMS Preliminary Report, 1988); Allen J. Christenson, "Chiasmus in Mayan Texts ", Ensign, October 1988, en línea en churchofjesuschrist.org;
- 28. Véase John W. Welch, "Timing the Translation of the Book of Mormon: 'Days [and Hours] Never to Be Forgotten'", BYU Studies Quarterly 57, no. 4 (2018): 10–50; Central de las Escrituras, "¿Por qué es el tiempo de traducción del Libro de Mormón tan 'maravilloso'? (2 Nefi 27:26)", KnoWhy 506 (marzo 27, 2019).
- 29. John W. Welch, "The Miraculous Timing of the Translation of the Book of Mormon", en Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestations, 1820–1844, ed. John W. Welch, 2nd edition (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Press, 2017), 143, 168; Daniel C. Peterson, "Editor's Introduction-Not So Easily Dismissed: Some Facts for which Counterexplanations of the Book of Mormon Will Need to Account", FARMS Review 17, no. 2 (2005): xiii–xvi; Royal Skousen, "How Joseph Smith Translated the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript", Journal of Book of Mormon Studies 7, no. 1 (1998): 24.
- 30. Para un breve resumen de los diversos tipos de complejidad del Libro de Mormón, véase Melvin J. Thorne, "Complexity, Consistency, Ignorance, and Probabilities", en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 179–193.