Junio 6, 2024

Los zoramitas

Publicación aportada por

 

Noé Correa

Imagen vía  churchofjesuschrist.org
Imagen vía churchofjesuschrist.org

El versículo 1 del capítulo 31 de Alma relata que los zoramitas se estaban postrando “ante ídolos mudos”. No hay duda de que tanto en las Américas como por todo el mundo adorar imágenes era de lo más común. ¿Por qué será? Los ídolos son tú creación (o la creación del artesano). Una vez que tú creas tu propio dios, tú escoges que exigirá de ti según tu entendimiento y tus caprichos. Los pueblos e incluso los miembros de un pueblo en particular pueden tener sus diferencias. Las diferencias nos abren la mente y nos permiten tener una mejor óptica. Sin embargo, las diferencias dentro de un pueblo deben unificar y enriquecer. En este sentido, entonces, la diferencia entre adorar un Dios verdadero o adorar a ídolos mudos y sordos parece ser irremontable. Los zoramitas fantásticos mantuvieron su fanatismo.

En el versículo 2, aprendemos que Alma se aflige “en extremo” por la “separación de los zoramitas de los nefitas”. Aunque Dios todo lo puede, el albedrío se respeta. Los zoramitas decidieron separarse. Y la separación es tanto espiritual como física. Zarahemla estaba en el “centro de la tierra” (Helamán 1:27). Antiónum, la tierra de los zoramitas, se encontraba cerca de la costa del este, junto a la tierra de Jersón del pueblo de Ammón (Alma 31:3). Así, tanto Antiónum como Jersón estaban en los extremos del gobierno nefita, lo más lejos del centro de la tierra. El pueblo de Ammón, de descendencia lamanita, había sido acorralado por fuerza a un extremo del país (Alma 27), pero los zoramitas se habían separado a los extremos, cerca de los lamanitas, por voluntad propia.

Aunque Mormón menciona ídolos, lo que vemos de su adoración no tiene imágenes. El “ídolo”, más bien, era el que se subía en una “plataforma” elevada, ocupando la “parte superior” para hablar de su propia superioridad (31:14-18), adornado y ornamentado (v. 28). Si tú te crees ser el “pueblo electo”, ¿qué necesidad tienes de una imagen? 

Cuando los zoramitas identifican a su dios, declaran que es “un espíritu, y que [era] un espíritu y que [será] un espíritu para siempre” (31:15). En hebreo (y también en griego), la palabra traducida como “espíritu” significa aire o viento. Su dios (o concepto erróneo de Dios) era de aire. (Por lo menos el dios Ehécatle-Quetzalcóatle, dios mesoamericano del viento, tenía su imagen tallada.) El dios zoramita solo es un viento, y era un viento y será un viento para siempre. Fue este dios viento que los había “separado de [sus] hermanos” (31:16). Como decía al principio, el dios que tú creas es y hace lo que te conviene. Si te quieres alejar, di que tu dios te lo exige. Si no quieres ayudar al prójimo, di que tu dios dice que solo te preocupes de ti mismo. Tu dios te sirve a ti. Siendo así para los zoramitas, ni siquiera era necesario que hablasen de este dios entre semana (v. 23).

Sin embargo, los ídolos eran otros. Los zoramitas se postraban entre ellos (v. 1), ante ellos mismos (vv. 13-14), invocando barbaridades, “consumidos en su orgullo” (v. 27). ¡Qué dicha! Eran el “pueblo electo” del viento que no hace acepción de personas. Tal vez se manifieste el sentido de humor de Mormón cuando habla de sus “ídolos mudos” (v. 1), mudos porque que hablaban pero no decían nada.

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