Profetas y profetisas: mensajeros de Dios

Título

Profetas y profetisas: mensajeros de Dios

Tipo de Publicación

Infográficos

Año de Publicación

2022

Resumen

José Smith enseñó esta importante verdad: Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso"[1].

Los profetas y profetisas de Dios tenían responsabilidades significativas y notables en el entorno del Antiguo Testamento. Eran maestros de la rectitud; denunciaban el pecado; advertían de la perdición inminente; bendecían la vida de los individuos, comunidades y naciones; profetizaban, instruían y predicaban; revelaron los convenios, las leyes y las ordenanzas de Dios. Los profetas hicieron gala de su genio literario en la presentación de los libros y pasajes de las Escrituras que escribieron y editaron; emplearon preguntas retóricas, formas simbólicas, figuras retóricas, lamentaciones, paralelismos poéticos, así como otras formas de poesía, entre otros tipos literarios.

Los profetas expusieron varias profecías y a menudo usaron formas de discurso profético como "así dice el Señor". Los profetas enseñaban y profetizaban por el poder del Espíritu Santo. Como escribió Pedro: " porque la profecía nunca fue dada por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pe.1:21). La profecía no se limita a los hombres; los ejemplos de mujeres con el don de profecía incluyen a Débora, Miriam y Hulda. Tanto los hombres como las mujeres tenían el poder de profetizar (Núm. 11:29; 1 Cor. 14:1-5, 29, 31, 39).

A pesar de todas estas responsabilidades significativas y dignas de mención, el mensaje central de los profetas era Jesucristo (Apocalipsis 19:10) y Su sacrificio expiatorio. Profetizaron el ministerio de Jesús, su sacrificio expiatorio y su resurrección, así como su segunda venida y su reinado milenario. En la mayoría de sus profecías, o en todas ellas, utilizaron símbolos y figuras retóricas.

Los profetas no se dirigían únicamente al pueblo del convenio, sino que también pronunciaban las palabras de Dios al mundo conocido. Isaías, por ejemplo, advirtió y profetizó a Siria, Babilonia, Moab, Egipto, Filistea, Etiopía, Sidón, Asiria, Elam, Edom y Arabia. Del mismo modo, Jeremías advirtió o profetizó contra muchas naciones y pueblos, como Egipto, Filistea, Moab, Amón, Edom, Damasco, Cedar, Hazor, Elam y Babilonia (Jer. 47-51).

Las fechas del cuadro son aproximadas y se presentan a efectos de dar una idea del marco temporal.

 


[1] Smith, Enseñanzas.

Cita bibliográfica

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