Los Salmos: alabanzas al Señor Jesucristo

El libro de los Salmos es una colección de himnos y cantos que los antiguos israelitas expresaban en ocasiones de adoración, reflexión y devoción. De manera significativa, los salmos son una colección de alabanzas sobre el Señor y Su majestad, omnipotencia, amor y misericordia. Por esta razón, la palabra hebrea para el libro de los Salmos es Tehillim, que significa "alabanzas".

Aunque el libro de los Salmos contiene 150 salmos, las pruebas del salterio de los Rollos del Mar Muerto indican que antiguamente existían muchos más salmos.

El coro levítico (2 Cró. 5:12-13) o una congregación de fieles cantaban muchos de los salmos. A veces el canto se acompañaba de instrumentos musicales de tres tipos (véase el Salmo 150): vientos (es decir, cuerno, trompeta, flauta), percusión (es decir, pandero o tambor de mano, platillos) y cuerdas (es decir, dos tipos de lira).

Más de setenta de los salmos se atribuyen a David o se asocian con él. Otros salmos se asocian a otros personajes, como Moisés (Sal. 90), Salomón (Sal. 72, 127), Asaf (Sal. 50, 73-83) y Etán (Sal. 89). Muchos salmos son anónimos. Muchos tienen títulos históricos o introducciones. El Salmo 3 se titula "Salmo de David, cuando huía de la presencia de su hijo Absalón". Véanse también los salmos 7, 18, 34, 51, 52, 54, 56, 57, 60, 63 y 142.

Siguiendo las conclusiones de los eruditos bíblicos, este cuadro intenta clasificar la mayoría de los salmos según su género. A menudo es difícil clasificar ciertos salmos, y los estudiosos rara vez se ponen de acuerdo sobre su género. Además, muchos salmos pertenecen a dos o más categorías; por ejemplo, el Salmo 99 tiene elementos que lo convierten en un salmo de alabanza al mismo tiempo que tiene otros elementos que lo categorizan como un salmo real.