José de Egipto: presagio de Cristo

Gran parte de Génesis 37-50 está dedicada a la narración de José de Egipto; de hecho, hay más capítulos y versículos del Génesis que pertenecen a José que a cualquier otro personaje de ese libro, incluidas figuras prominentes como Adán, Eva, Abraham y Sara.

Estos capítulos revelan incidentes específicos en la vida de José, comenzando cuando éste era un pastor de diecisiete años que cuidaba los rebaños con sus hermanos. En esa ocasión, el texto explica que Israel "le hizo una túnica de diversos colores" y que sus hermanos "le aborrecían" (Gén. 37:4). Tan grande era su odio que idearon un plan en el que José fue despojado de esta prenda especial y vendido como un esclavo común por veinte piezas de plata (Gén. 37:28). Sus compradores lo llevaron a Egipto, donde continuaron sus experiencias. Pasaron los años, y finalmente José cumplió treinta años, un momento crucial en la vida de este profeta.

Estas experiencias y muchas otras son paralelas a casos similares en la vida de Jesucristo, lo que hace de José un tipo y una sombra, o una similitud, de Jesucristo. También Jesús era un "buen pastor" (Juan 10:11-15), que cuidaba de las ovejas de su Padre. Jesús comenzó su ministerio a los treinta años de edad. Los hermanos de Jesús y sus compañeros mortales le odiaban y perseguían. Idearon planes inicuos contra Él, y finalmente Él también, como José de antaño, fue vendido por el precio de un esclavo. Poco antes de la muerte de Jesús, fue despojado de su vestimenta. Como indica el cuadro, la lista de paralelismos entre las vidas de José y Jesús es extensa y significativa.