El símbolo de Jonás: señalando a la muerte de Cristo

Cuando algunos escribas y fariseos le dijeron a Jesús: "Maestro, queremos ver una señal tuya", Él respondió: "La generación mala y adúltera demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás" (Mateo 12:38-39). A continuación, Jesús enseñó a los escribas y fariseos valiosas lecciones. La comparación de Jesucristo con Jonás tiene tres aspectos significativos:

1. Tal vez esa generación mala buscaba una señal inmediata, como la curación de los enfermos o de los ciegos, pero Jesús les ofreció la señal más grande de todas, una que apunta a su muerte y posterior resurrección.
2. Jesús comparó los tres días y las tres noches de Jonás en la ballena con los tres días y las noches que Él, Jesús, pasaría en la morada de los espíritus de los muertos. La señal del profeta Jonás se refiere a la muerte, sepultura y resurrección de Jesús^[1].
3. Cuando Jesús dijo "aquí hay uno mayor que Jonás", se estaba comparando con él. En efecto, Jesús es más grande que Jonás.

Jesús informó a su audiencia que los habitantes de Nínive se habían arrepentido ante la predicación de Jonás, pero la audiencia de Jesús no se había arrepentido ante su enseñanza, a pesar de que Él era más grande que Jonás.

Hay otras formas en las que Jonás sirvió como tipo de Jesucristo. Un ejemplo destacado es cuando Jonás estaba durmiendo en el barco durante la furiosa tormenta. El capitán del barco se acercó a él y le dijo: “¿Qué tienes, dormilón? Levántate y aclama a tu Dios. Quizá tu Dios piense en nosotros y no perezcamos” (Jonás 1:6).

Esto es paralelo a lo que ocurrió cuando Jesús dormía en la embarcación durante una gran tormenta y otros le despertaron y dijeron: " Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?" (Marcos 4:38-39). En el primer caso, el hecho de que Jonás fuera arrojado al mar fue la causa de que cesara la tormenta, y en el segundo, Jesús hizo que cesara la tormenta.