El Señor revela los ciclos del tiempo sagrado

Título

El Señor revela los ciclos del tiempo sagrado

Tipo de Publicación

Infográficos

Año de Publicación

2022

Resumen

Dios reveló a Su pueblo del convenio una serie de leyes relativas a los ciclos del tiempo sagrado: la luna nueva, el día de reposo, el año sabático y el año de jubileo. Estos ciclos existían además de los festivales y ayunos anuales, como la Pascua y el Día de la Expiación.

Para cada uno de los ciclos, Dios reveló el ritmo de recurrencia, su propósito y sus expectativas para los hijos de Israel. Los ciclos tenían aplicaciones temporales, ya que permitían a los israelitas descansar de sus labores, proveer a los pobres y liberar a los siervos.

Los ciclos también tenían aplicaciones espirituales porque enseñaban a Israel sobre Dios, la Expiación y varios principios religiosos. Por ejemplo, al descansar cada sábado y permitir que la tierra descansara cada año sabático al igual que cada año de jubileo, los israelitas tenían que demostrar que tenían fe en que Dios les proveería. Al perdonar las deudas, los israelitas aprendieron el principio del perdón. Y a través de la liberación de los siervos, los israelitas tal vez adquirieron conocimientos sobre su propia liberación del pecado y de la esclavitud espiritual.

Cada ciclo estaba relacionado con el calendario y los movimientos de las esferas celestes. La Luna Nueva, caracterizada por el toque de trompeta y los sacrificios, se producía el primer día del ciclo lunar. Los otros tres ciclos sagrados -el sábado, el año sabático y el año de jubileo- ocurrían según los movimientos del sol. Dado que tanto la luna como el sol son esferas celestes muy visibles que proporcionan luz a las criaturas de la Tierra, quizás los hijos de Israel reconocían a Dios como el poder de la creación y la fuente de luz.

Además, al ser testigos de la regularidad de los movimientos del sol y la luna, los israelitas pudieron comprender el orden de Dios en el control de Sus obras creativas.

El número siete es un símbolo significativo en los ciclos del tiempo. El sábado, el año sabático y el año del jubileo tenían como característica el número siete: el sábado ocurría cada siete días, el año sabático ocurría cada siete años y el año del jubileo ocurría después de cada siete ciclos de siete años, o cada cincuenta años[1].

El número siete, que simboliza la plenitud y la totalidad y se asocia a la celebración de convenios, está relacionado con el calendario y marcado por los ciclos de tiempo establecidos.

 


[1] Finegan, Handbook of Biblical Chronology, 116–30.

Cita bibliográfica

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